M¨®nica Margarit: ¡°Un d¨ªa volveremos a leer sin mirar cuatro veces al m¨®vil¡±
Fil¨®loga de 52 a?os, promueve el talento de los j¨®venes desde la Fundaci¨®n Princesa de Girona. Empez¨® a perder concentraci¨®n y busc¨® serenidad
?Encuentra que este pa¨ªs ha perdido capacidad de concentraci¨®n? Las personas somos las primeras en perderla. No gestionamos bien nuestra relaci¨®n con las nuevas tecnolog¨ªas y perdemos concentraci¨®n. Es l¨®gico que tengamos la misma impresi¨®n cuando observamos a la sociedad o al pa¨ªs en general.
?Por qu¨¦ ocurre eso? Porque estamos en un periodo de transici¨®n (?espero!) hacia una buena gesti¨®n de la relaci¨®n con las nuevas tecnolog¨ªas y con esa cantidad ingente de informaci¨®n que nos llega por distintas v¨ªas y formatos. Pasar¨¢, y seguiremos leyendo un libro entero o un art¨ªculo hasta el final, sin interrumpirlo con cuatro miradas al m¨®vil. Pero pasar¨¢ un tiempo.
?Qu¨¦ consecuencias tiene eso en la vida cotidiana? Muchas. Siempre estamos pendientes de lo que no estamos haciendo en ese momento y no disfrutamos de nada. Por eso es importante aprender a concentrarse y ser conscientes de lo que estamos haciendo en cada momento y no de lo que tendr¨ªamos que haber hecho y no hemos hecho.
?Qu¨¦ consecuencias tuvo para usted? En algunos casos perd¨ªa la capacidad entender y aprehender de las personas con las que trataba. Cuando eres plenamente consciente del momento en el que est¨¢s llegas mucho m¨¢s all¨¢ y eres m¨¢s capaz de entender sus aristas. Trabajo con j¨®venes: concentrarme me ayuda a entender qu¨¦ necesitan y eso me ayuda a dise?ar su plan de trabajo.
Usted dirige la Fundaci¨®n Princesa de Girona, que premia a j¨®venes talentos, dirigi¨® la Fundaci¨®n para la proyecci¨®n internacional de las universidades espa?oles¡ ?Qu¨¦ ve que necesitan los j¨®venes espa?oles? Visibilidad, tiempo para explicar lo que est¨¢n haciendo, herramientas que les permitan desarrollar su ilusi¨®n, su energ¨ªa y sus ganas de construir, que no han perdido. Sus ganas de comerse el mundo. Pero es dif¨ªcil encontrar espacios, tiempo para ellos.
?Por qu¨¦? Porque de alguna forma los hemos obviado, no los hemos priorizado lo suficiente. No podemos dejar que pare su incorporaci¨®n a la vida activa el hecho de que ya todo el que quiera puede ir a la Universidad. Muchos de esos j¨®venes que van a la Universidad son hijos de taxistas o de camareros que no tienen a nadie en su contexto social que les anime a seguir y se paran en la Universidad. Deben continuar.
A los j¨®venes les afectar¨¢ tambi¨¦n la falta de concentraci¨®n que les sucede a los mayores¡ Menos que a nosotros. Quiz¨¢ porque ya han nacido en un entorno mucho m¨¢s parecido al que tenemos hoy y eso se lo facilita. Pero muchos de los que est¨¢n estudiando me dicen que en la era de Facebook y Twitter la concentraci¨®n en el estudio no es igual. Seguramente tienen que hacer un esfuerzo suplementario.
?C¨®mo advirti¨® usted que estaba perdiendo concentraci¨®n? Yo ya soy mayor. La inercia que ten¨ªa de leer entero el art¨ªculo del peri¨®dico y los libros todav¨ªa me dura; m¨¢s que perder concentraci¨®n tuve la sensaci¨®n de que no estaba llegando al fondo de cada cosa que viv¨ªa y de que permanentemente estaba con todo el resto de las cosas en la cabeza. Ni disfrutaba ni viv¨ªa realmente lo que hac¨ªa en cada momento. Eso fue lo que me llev¨® a buscar alg¨²n sistema que me ayudara.
?Y qu¨¦ le ayud¨®? Una amiga que practicaba el mindfulness me explic¨® lo que era. Me di cuenta de que pod¨ªa llegar a ser una herramienta, que no hac¨ªa falta que de repente uno se convirtiera a la fe budista ni a nada por el estilo. Y funcion¨®.
?C¨®mo le cambi¨® la vida? Tampoco quiero exagerar. Me seren¨®, me permiti¨® estar en lo que estaba haciendo en cada momento y en la persona con la que estaba. Me permiti¨® distinguir entre lo urgente y lo importante. Ser capaces de no contestar o mirar correos o wasapps depende de una voluntad. Forzando espacios de concentraci¨®n, meditando, volveremos a saber discernir. Ahora leo, y tengo la suerte de que mi librera, Lola Larumbe, elige por mi y me facilita la vida. Y leo en silencio, sin la tentaci¨®n del m¨®vil, que viaja conmigo, silenciado. El silencio no significa soledad, tambi¨¦n significa serenidad.
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