Tim Roth, el actor ¡®mexicano¡¯ de moda

Al otro lado de la l¨ªnea telef¨®nica, un cerrad¨ªsimo tono cockney delata a Tim Roth (Londres, 1961). Excepcional imitador de acentos, tanto que muchos espectadores creen que este ni?o bonito de Tarantino es estadounidense, en la vida real Roth mantiene el deje del barrio de su infancia. Eso s¨ª, su risa es la misma que se escucha en la pantalla, un estallido que provoca un cierto miedo al interlocutor.

Roth empez¨® en la televisi¨®n y el cine independiente brit¨¢nico ¡ªcomo Meantime, de Mike Leigh, y la soberbia Rosencrantz y Guildenstern han muerto, de Tom Stoppard¡ª a mediados de los ochenta, hasta que el debutante Quentin Tarantino le eligi¨® para una pel¨ªcula de bajo presupuesto estadounidense, Reservoir Dogs. Su carrera sali¨® catapultada y, hay que reconoc¨¦rselo, ¨¦l ha sabido navegar entre diferentes proyectos de todo tama?o, incluidos los t¨ªpicos villanos que Hollywood siempre reserva a los int¨¦rpretes brit¨¢nicos. En este viaje estaba cuando presidi¨® el jurado de la secci¨®n Una cierta mirada, de Cannes y, tras premiar a la mexicana Despu¨¦s de Luc¨ªa, se puso al servicio de su director, Michel Franco, que le tom¨® la palabra y le pidi¨® que protagonizara Chronic. El productor de ese drama, que transcurre en Estados Unidos, es Gabriel Ripstein (veterano en esta faceta e hijo de Arturo Ripstein), que a su vez preparaba su salto a la direcci¨®n, 600 millas, un thriller que transcurre a ambos lados de la frontera. El actor principal estadounidense contratado previamente abandon¨® el proyecto y as¨ª Roth entr¨® en ¨¦l.

De repente, el int¨¦rprete se ha convertido en el nuevo actor mexicano de moda, el tipo que protagoniza en el filme considerado mejor ¨®pera prima de la pasada Berlinale y que se estren¨® en Espa?a el pasado viernes. "Y sin saber nada de espa?ol, aunque entiendo m¨¢s de lo que parece", se carcajea por tel¨¦fono. "Soy brit¨¢nico, y en mi educaci¨®n prim¨® el franc¨¦s, un lastre que ahora pago. Me gusta trabajar con cineastas j¨®venes, y Franco y Ripstein poseen un gran talento". ?Le recuerda a anteriores hornadas del cine indie estadounidense? "M¨¢s bien dir¨ªa a la generaci¨®n brit¨¢nica de los setenta y ochenta, como Ken Loach, Stephen Frears, Mike Leigh... Incluso a la Nouvelle Vague. Yo trabajo buscando esta clase de proyectos". Pero usted act¨²a en bastantes pel¨ªculas de gran presupuesto. "Y me siento fuera de lugar en ellas. Prefiero esto". Aunque a continuaci¨®n confiesa que conoc¨ªa poco M¨¦xico. "Solo la parte tur¨ªstica. Ahora con este rodaje he visto m¨¢s all¨¢".

El t¨ªtulo de 600 millas hace referencia a la distancia que viajan en un coche un agente federal estadounidense que investiga el contrabando de armas de EE UU a M¨¦xico, y un ladronzuelo mexicano, que le secuestra cuando est¨¢ a punto de detenerle. La pareja conduce hasta la casa del t¨ªo del chaval, l¨ªder de un poderoso cartel. Si el arranque asusta al mostrar la facilidad con que se puede comprar cualquier arma de fuego en EE UU, los 10 minutos finales esconden dos antol¨®gicos, astutos y cre¨ªbles giros de guion que dejan al espectador patidifuso, y perfilan a¨²n m¨¢s el personaje de Roth. "La muerte ronda a su protagonista, al igual que al de Chronic, porque es el gran tema de ambos filmes. Si hablas de la vida, tienes que reflexionar sobre la muerte. Sobre lo del final de 600 millas, reconozco que es cool. Es brutal, ?verdad? Asusta en cierto modo, y maravilla, desde luego".

"Me siento m¨¢s europeo que brit¨¢nico. Y casi prefiero estar en el centro del mapa que no en unas islas que se asoman en el borde cartogr¨¢fico. El Brexit es una verg¨¹enza"

La charla con Roth transcurre la noche de la tragedia de Dallas y semanas despu¨¦s del Brexit. "Vot¨¦ por quedarnos. Creo que el drama de los refugiados tiene algo que ver con la labor hecha por tropas brit¨¢nicas. Y eso solo se puede arreglar dentro de la UE. No podemos ignorar lo que ocurre. ?Que si me siento a¨²n europeo? Pues mira, me siento m¨¢s europeo que brit¨¢nico. La mayor parte de mi vida, casi 27 a?os, ha transcurrido en EE UU, y cuando voy a Europa me siento m¨¢s parte del continente que de las islas. Y, adem¨¢s, casi prefiero estar en el centro del mapa que no en unas islas que asoman en el borde cartogr¨¢fico [se r¨ªe]. El Brexit es una verg¨¹enza". En 600 millas hay un soterrado mensaje sobre la necesidad de controlar la venta y el uso de armas. "Mira lo que ha pasado en Dallas. Est¨¢ claro, ?no? Pero el lobby proarmamento es poderoso, y no veo una soluci¨®n cercana. Es terrible".

Uno no puede acabar sin preguntarle por Tarantino, con quien ha vuelto a trabajar en Los odiosos ocho. "Solo puedo definirle como maravilloso. Es ¨²nico, no hay un voz contempor¨¢nea como la suya. Adem¨¢s, es mi amigo... Le encanta trabajar con los actores y crea unas magn¨ªficas relaciones paternofiliales entre ¨¦l y sus int¨¦rpretes. Por eso, cuando acaban sus rodajes no termina tu relaci¨®n con ¨¦l. Y eso no hay nadie m¨¢s que lo haga en el cine". Ah¨ª queda eso.