El t¨²nel perdido del Holocausto
Un equipo de investigadores localiza el lugar por el que se fugaron decenas de deportados jud¨ªos en Lituania
Arrastrando los dedos en la tierra helada o con cucharas lograron cavar un profundo t¨²nel y huir del horror nazi. Al final de la Segunda Guerra Mundial, los prisioneros fueron obligados a desenterrar e incinerar decenas de miles de cuerpos de jud¨ªos asesinados cerca de Vilna (actual capital de Lituania) para borrar las huellas de una masacre nazi. Ten¨ªan claro que la muerte era el destino que les esperaba despu¨¦s de cumplir con la espeluznante tarea que les hab¨ªan asignado sus verdugos. Por eso, pese a estar destrozados f¨ªsicamente y aterrorizados, fueron capaces de cavar un t¨²nel durante tres meses utilizando lo poco que ten¨ªan a mano. Once de los presos, que se escaparon la noche del 15 de abril de 1944, sobrevivieron a la guerra, pero el t¨²nel se perdi¨®, aunque no el recuerdo de aquella fuga. Ahora, 70 a?os despu¨¦s, gracias a la tecnolog¨ªa que se utiliza para encontrar yacimientos de petr¨®leo y minerales, el t¨²nel ha sido localizado y en breve podr¨¢ ser visitado.
El t¨²nel de Ponar, un lugar cercano a la capital lituana ahora llamado Paneriai donde fueron fusiladas unas 100.000 personas, en su mayor¨ªa jud¨ªos, as¨ª como intelectuales polacos y lituanos, es una de las muchas historias que oculta la tragedia interminable del Holocausto y adem¨¢s un suceso cargado de significado. Por un lado, ilustra uno de los aspectos m¨¢s oscuros de la Shoah, que todav¨ªa sigue siendo tab¨²: los verdugos de Ponar no eran solamente soldados alemanes, sino colaboracionistas lituanos, algo que ocurri¨® en muchos otros lugares de Europa. La mitad de las v¨ªctimas de la Soluci¨®n Final no fueron asesinadas en campos de exterminio, sino ejecutadas (lo que se ha llamado el Holocausto de las balas). Pero, sobre todo, hallazgos como este nos ense?an c¨®mo, en mitad del horror, se produjeron actos de hero¨ªsmo cuando parec¨ªa imposible mantener ninguna esperanza.
"Dispon¨ªamos de varios testimonios sobre el t¨²nel de Ponar, entre ellos los de tres presos que lograron huir, Motke Zeidel, Yuri Farber y Itzhak Dugim. Fue una fuga bastante famosa", explica por correo electr¨®nico Jon Seligman, que particip¨® en el descubrimiento como investigador de la Autoridad de Antig¨¹edades Israel¨ª, una de las instituciones que han trabajado en la excavaci¨®n junto a la Universidad Hartford de Connecticut, el Museo Jud¨ªo de Vilna y la empresa de prospecciones canadiense Adivisian, que es la que proporcion¨® la tecnolog¨ªa de georradar que permiti¨® localizar la oquedad. La televisi¨®n p¨²blica estadounidense PBS planea emitir el a?o pr¨®ximo un documental sobre el descubrimiento.
Pese a la cantidad de datos, la situaci¨®n exacta del t¨²nel se perdi¨® al final de la guerra, aunque el lugar de la matanza siempre estuvo localizado y hoy existe un memorial y un peque?o museo. Seligman, de una familia jud¨ªa de origen lituano, asegura que se emocion¨® cuando descubri¨® el emplazamiento. "De los cerca de 40 jud¨ªos que utilizaron el t¨²nel, solo 15 lograron escapar antes de ser descubiertos por los guardias nazis. De ellos solo 11 sobrevivieron a la guerra. Todos los dem¨¢s, incluidos el resto de prisioneros de Ponar, fueron asesinados", prosigue el investigador israel¨ª.
La mayor¨ªa de los asesinatos en el bosque de Ponar tuvieron lugar en 1941 y fueron llevados a cabo por los Einsatzkommandos,los escuadrones de la muerte de las SS, y los Ypatingasis Burys (Escuadrones Especiales), las unidades de exterminio lituanas integradas por voluntarios. La participaci¨®n local "sigue siendo tab¨²", explica Seligman, "especialmente en Lituania porque muchos de estos colaboracionistas lucharon luego contra los sovi¨¦ticos y son considerados h¨¦roes nacionales. En el lugar de la masacre se reconoce que lituanos participaron en el asesinato de jud¨ªos, pero no son identificados. Esto todav¨ªa representa un problema, aunque se est¨¢ produciendo un lento cambio".
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