Risotadas frente a la desmemoria
La sala Cuarta Pared cierra temporada con 'Aqu¨ª va a pasar algo', comedia que indaga en el olvido y la falta de pasado
Dos hombres que han perdido la memoria. No saben quienes son, ni lo que han sido. No recuerdan nada sobre sus vidas ni si ten¨ªan v¨ªnculos familiares. En un parque algo destartalado, con un banco, un columpio y una canasta de baloncesto, los dos hombres se encuentran y fabulan sobre su pasado. Juegan a encontrar pistas que les sugieran algo de lo que han sido. Sin dolor ni especial preocupaci¨®n. Aqu¨ª va a pasar algo, el montaje de la compa?¨ªa Zanguango, cierra la temporada de la sala Cuarta Pared de Madrid. El montaje, dirigido por Miguel Mu?oz e interpretado por Miguel Garc¨¦s y Txubio Fern¨¢ndez, es una comedia de tintes po¨¦ticos en la que se indaga en el olvido y la falta de pasado.
Aunque la palabra alzheimer no aparece en ning¨²n momento en el texto del montaje, las sugerencias a esta p¨¦rdida de memoria son claras, aunque bien alejadas de cualquier toque de patetismo o tristeza. Las risotadas resuenan en los patios de butacas de los teatros en los que se ha representado esta obra de la compa?ia Zanguango, que en sus catorce a?os de existencia ha estrenado un total de 18 montajes dramat¨²rgicos.
¡°Mis dos padres han fallecido hace poco v¨ªctimas de alzheimer¡±, asegura Miguel Mu?oz, valenciano de 56 a?os y uno de los fundadores de esta compa?¨ªa teatral, que tiene una particular manera de trabajar y de abordar sus espect¨¢culos tanto en sala como en la calle. El ¨²ltimo acto de todo el proyecto, que dura varios meses, es la escritura. Es una creaci¨®n colectiva, en la que intervienen todos, actores y director, que va tomando cuerpo a partir de una idea, que en el caso de Aqu¨ª va a pasar algo se centr¨® en la enfermedad. La b¨²squeda de la manera, del estilo, las reflexiones pol¨ªticas, personales y sociales van configurando escenas e improvisaciones para finalmente terminar en el texto.
Esos dos hombres desmemoriados que se encuentran en el parque intentan simular, imaginar, recordar algo o alguien para poder explicar el presente, sin obsesiones ni sufrimientos. Este juego conforma la primera parte del espect¨¢culo, de unos 70 minutos de duraci¨®n. ¡°Me da una pena este muchacho¡±, dice un personaje del otro, mientras se divierten como dos chiquillos, saltan a la comba y tratan de encestar en la canasta.
Es, tras este juego infantil, cuando los dos hombres deciden no seguir buscando en su pasado y aceptan su estado, quit¨¢ndose la presi¨®n de los recuerdos y aceptando su nueva situaci¨®n.
¡°La memoria es lo que sustenta al ser humano. La memoria define nuestras vidas pero tambi¨¦n nos esclaviza de alguna manera, nos obliga a una coherencia con lo que somos y con nuestro pasado, nos hace someternos al reflejo de lo que transmitimos a los dem¨¢s¡± explica Garc¨¦s, vallisoletano de 42 a?os. ¡°La memoria construye nuestra personalidad pero, al mismo tiempo, es una coraza que nos quita libertad. Si somos simp¨¢ticos tenemos que ser simp¨¢ticos, ¡±, a?ade Mu?oz.
Zanguango, cuyos montajes se han estrenado en diferentes pa¨ªses de Latinoam¨¦rica, es uno m¨¢s de los ejemplos de la constancia y tenacidad de los peque?os grupos de teatro que buscan su hueco entre enormes dificultades y ante la ¡°desidia de los poderes p¨²blicos¡±. De los once fundadores de la compa?¨ªa ¡ª¡°viv¨ªamos entonces todos de nuestro oficio¡±¡ª ahora solo quedan tres. Nacieron en Salamanca, pasaron por Burgos y hace dos a?os se instalaron en Vitoria.
Aqu¨ª va a pasar algo se estrena en la Cuarta Pared ma?ana viernes para continuar su representaci¨®n en los dos pr¨®ximos fines de semana.
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