El novillero Emilio Silvera sorprende al natural y escucha los tres avisos
Comienza la feria de Huelva con un descafeinado mano a mano entre novilleros locales
Emilio Silvera cambi¨® las dos orejas del bondadoso cuarto novillo por el tremendo disgusto de escuchar los tres avisos debido a su mala punter¨ªa con el descabello. Dio la impresi¨®n de que la suerte final de apuntillar a su oponente le sonaba a chino o es que ¡ªas¨ª ser¨¢¡ª no la ha practicado en su vida, y cuando le ha hecho falta ha comprobado en su maltrecho ¨¢nimo que debe dedicarle m¨¢s atenci¨®n. De momento, su impericia ha emborronado su hoja de servicios. En su casa, y delante de sus paisanos, no est¨¢ nada bien.
Y peor, incluso, despu¨¦s de su buena actuaci¨®n ante ese mismo novillo, un inv¨¢lido que se derrumb¨® tras el picotazo que recibi¨® en el caballo y para el que se pidi¨® su devoluci¨®n. No lo consider¨® as¨ª el presidente y el animal lleg¨® a la muleta con el tranco suficiente para mostrar buenas cualidades por su noble y generosidad, de modo que el novillero pudo desplegar su juvenil tauromaquia.
Y no son desde?ables las formas toreras de este onubense, hijo del torero del mismo nombre, a quien ha superado en pellizco art¨ªstico, aunque est¨¢ por ver si tambi¨¦n en coraz¨®n. Se mostr¨® Silvera como un aspirante con buenas maneras, y destac¨® especialmente por naturales en varias tandas de largos y sentidos muletazos que encandilaron a los tendidos. Se adorn¨® con vistosos circulares y toreo por alto, pero todo lo desluci¨® tras un pinchazo y una estocada contraria que dieron paso a un mitin desastroso con el descabello. Y, aunque comprensible en alguien que empieza, esa es una lecci¨®n con la que se debe venir aprendida, porque puede ocurrir lo que nadie pod¨ªa imaginar, pero sucedi¨®: que te devuelvan el novillo al corral y te den la tarde ante los tuyos.
Otro buen novillo fue su primero y en este pareci¨® aliviarse un poco m¨¢s y practic¨® un toreo despegado y con poco mando. Pase¨® una oreja, pero el animal mereci¨® algo m¨¢s. Manso, de corto recorrido y huidizo fue el sexto, y el chaval se justific¨®.
La Dehesilla/Conquero y Silvera, mano a mano
Novillos de La Dehesilla, muy chicos, blandos, sosos y con poca clase; destacaron por su nobleza segundo y cuarto.
Alejandro Conquero: tres pinchazos y bajonazo (silencio); estocada baja (ovaci¨®n); pinchazo, bajonazo y un descabello (silencio).
Emilio Silvera: pinchazo aviso y estocada (oreja); pinchazo, estocada contraria aviso, cuatro descabellos ¡ªsegundo aviso¡ª nueve descabellos ¡ªtercer aviso¡ª (ovaci¨®n): tres pinchazos, media ¡ªaviso¡ª (ovaci¨®n).
Plaza de toros de Huelva. Primer festejo de feria. 3 de agosto. Casi lleno.
Su compa?ero de batalla, el tambi¨¦n onubense Alejandro Conquero, dio la de arena. No se encontr¨® en toda la tarde, lo intent¨®, qu¨¦ duda cabe, pero ofreci¨® una muy pobre impresi¨®n. Con escaso mando en los enga?os, dubitativo y despegado, se enfrent¨® al lote menos propicio para el triunfo, pero no dej¨® entre sus paisanos el regusto de un torero con porvenir. Si no cambia, su sino es pasar desapercibido por esta profesi¨®n. Dej¨® una impresi¨®n muy desva¨ªda.
Babelia
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