Trilog¨ªas completas y series abortadas
El tremendo ¨¦xito internacional de sagas como 'Crep¨²sculo' o 'Cincuenta sombras de Grey' viene desde hace a?os excitando la codicia mim¨¦tica de grandes y medianos editores
Lo que queda de Hollywood vive, sobre todo, de las series y de las secuelas. Y como las grandes compa?¨ªas de la llamada ¡°industria de contenidos¡± controlan tambi¨¦n a algunas de las editoriales m¨¢s poderosas del planeta, la moda de la serializaci¨®n se ha impuesto en determinados segmentos de la edici¨®n. El tremendo ¨¦xito internacional de sagas como Crep¨²sculo, de Stephenie Meyer (m¨¢s de 100 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo), de la que todos los libros alcanzaron el n¨²mero 1 en las listas de The New York Times, o de Cincuenta sombras de Grey, de E. L. James (unos 125 millones hasta 2015), viene desde hace a?os excitando la codicia mim¨¦tica de grandes y medianos editores. Lo del mimetismo es algo real: recuerdo que, en mi ¨¦poca m¨¢s s¨®rdida de editor, el consejero delegado de mi empresa (que era un poco mala bestia) dec¨ªa que el secreto del ¨¦xito era copiar lo que ya lo ten¨ªa. Ahora se publican trilog¨ªas con un evidente protocolo de mercadotecnia: llegan a las librer¨ªas en fechas fijas y con breve intervalo de tiempo entre una otra, para generar la fidelidad de un lector poco exigente al que se busca enganchar durante un tiempo r¨¦cord. De las trilog¨ªas que las editoriales anuncian para la rentr¨¦e me han llamado la atenci¨®n, por su representatividad tem¨¢tica y por los p¨²blicos a los que se dirigen, tres que publicar¨¢n sellos de Random House: la trilog¨ªa El affaire Stark (Grijalbo; primera entrega, ¡®Di mi nombre¡¯, el 8 de septiembre), de la californiana J. Kenner (en realidad se llama Julie, pero la ¡°J.¡± queda como m¨¢s ¡°sombras de Grey¡±), un t¨®rrido ¡°romance¡± er¨®tico centrado en las relaciones entre una ejecutiva encargada de urbanizar una ¡°isla paradisiaca¡± del Caribe y un exitoso, ¡°viril e independiente¡± arquitecto (?uf!, ya me estoy quemando); Suma de Letras publicar¨¢ (primera entrega, 15 de septiembre) la trilog¨ªa rom¨¢ntica juvenil My Dilemma Is You, de la italiana (de 16 a?itos, dicen que ten¨ªa cuando lo escribi¨®) Cristina Chiperi; y Fantascy anuncia (6 de octubre) la primera entrega de La reina del Tearling, una ¡°adictiva nueva trilog¨ªa¡± de fantas¨ªa heroica.
Hadas
Angela Carter (1940-1992), una de las autoras clave del posmodernismo brit¨¢nico de los setenta y ochenta, dijo en cierta ocasi¨®n que preguntar de d¨®nde ven¨ªan los cuentos de hadas era como preguntar qui¨¦n hab¨ªa inventado las alb¨®ndigas. El concepto de fairy tale, literalmente cuento de hadas, se refiere, en todo caso, a los relatos tradicionales y folcl¨®ricos an¨®nimos que se transmiten y modifican de generaci¨®n en generaci¨®n hasta que los folcloristas (Perrault, los Grimm) les dan forma definitiva y los fijan, inspir¨¢ndose en ellos para sus propias reelaboraciones. Esos cuentos son, en su origen, y antes que nada, la literatura de los que no escriben. A Angela Carter le encantaban. Tanto que no ten¨ªa empacho en volverlos del rev¨¦s e introducir en aquellos mundos fant¨¢sticos creados por otros su propia ideolog¨ªa feminista, su inter¨¦s por el psicoan¨¢lisis, sus reflexiones sobre las relaciones entre hombres y mujeres de su tiempo, convirtiendo aquellos cuentos que, seg¨²n la tradici¨®n, se contaban las mujeres para entretenerse mientras hilaban en aut¨¦nticas ¡ªadem¨¢s de divertidas¡ª reelaboraciones literarias no siempre aptas para menores. As¨ª hizo, por ejemplo, en su estupenda colecci¨®n de relatos La c¨¢mara sangrienta (de 1979; reeditado en Sexto Piso), con cuentos tradicionales como ¡®Barba Azul¡¯ o ¡®Caperucita Roja¡¯. La mayor¨ªa de novelas y cuentos de Angela Carter fueron publicados en Espa?a por Minotauro, pero muchos de ellos se encuentran hoy inexplicablemente descatalogados, en espera de que lleguen nuevos editores con menos presi¨®n por la cuenta de resultados y los ¡°descubran¡±, como sucede con frecuencia, poni¨¦ndolos de moda otra vez. Por eso me ha alegrado enterarme de que Impedimenta publicar¨¢ en oto?o los Cuentos de hadas de Angela Carter, una recopilaci¨®n de narraciones breves procedentes de todo el mundo (esta vez sin ¡°retocar¡±) que nuestra autora prepar¨® para la editorial feminista Virago. Todos ellos son cuentos tradicionales protagonizados por mujeres que Angela Carter recogi¨® de folcloristas y etn¨®grafos, y en los que ¡ªcontra su costumbre¡ª no introdujo su particular sesgo ir¨®nico y feminista, entre otras cosas porque no lo necesitan. Una colecci¨®n de magn¨ªficos relatos con diferentes grados de fantas¨ªa que forman un mosaico narrativo nada convencional del universo femenino a lo largo del tiempo y de los cinco continentes, y proporcionan oblicuamente una radiograf¨ªa intelectual de las obsesiones de esta narradora a¨²n poco conocida en Espa?a.
Retrasos
Tuve un sue?o pr¨¦sago (como tambi¨¦n tuvo do?a Alda, la esposa de don Rold¨¢n, en el c¨¦lebre romance de materia francesa) en el que vi entronizado a Rajoy rodeado de sus querubines, sus tronos, sus dominaciones, sus principados y sus potestades (incluida Rita Barber¨¢). Total, que me despert¨¦ de la pesadilla ba?ado en sudor a las tres de la madrugada, cuando s¨®lo se escuchaba el siempre inquietante fragor de los aparatos de aire acondicionado de mis vecinos durmientes, y convencido de que ya no conciliar¨ªa el sue?o. Me molestan las cosas sin acabar, tanto el sue?o como los libros que los editores se niegan a completar, dejando a los lectores con un palmo de narices. De modo que, en vez de contar ovejitas para adormecerme, me puse a enumerar libros abortados (espero que no todos definitivamente) y me salieron varios. Ah¨ª van: Cr¨ªtica (Planeta) sigue sin completar el tomo X de la Historia de Espa?a, pendiente desde hace varios a?os de que lo entregue Santos Juli¨¢; Seix Barral (Planeta) nunca complet¨® las Obras completas de Rafael Alberti; Alianza (Anaya) se cans¨® de publicar, entre otros, la estupenda biograf¨ªa de Picasso de John Richardson; Tusquets (hoy Planeta) interrumpi¨® la biograf¨ªa de Sade de Jean Jacques Pauvert; Destino (Planeta) dej¨® sin acabar las Obras completas de Dal¨ª; nada se ha vuelto a saber de las Obras completas (pero hasta la fecha muy incompletas) de Nabokov, Dostoievski o Kafka de Galaxia Gutenberg, y Gredos (RBA) no sabe no contesta cuando los libreros preguntan por el futuro de la colecci¨®n de cl¨¢sicos grecorromanos (muy ralentizada en los cuatro ¨²ltimos a?os). Y conste que lo anterior es s¨®lo una muestra. En bastantes casos, esos proyectos se iniciaron hace m¨¢s de una d¨¦cada. De modo que me pregunto, mientras me sobreviene el primer bostezo: ?d¨®nde y a qui¨¦n protestan los lectores / consumidores que compraron el primer volumen crey¨¦ndose lo que promet¨ªan los editores?
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