Las monjas de Sijena ocultaron el paradero de 23 piezas

El caso Sijena, que enfrenta a Catalu?a y Arag¨®n en un litigio por unas pinturas murales rom¨¢nicas y 97 bienes del monasterio oscense de Santa Mar¨ªa de Sijena que se conservan en la comunidad vecina, tiene un nuevo cap¨ªtulo. Se trata ahora de otro lote de 23 piezas catalogadas por la Generalitat cuyo paradero se desconoce desde 1993 porque las monjas que las custodiaban no dan informaci¨®n sobre ello. Las religiosas pueden enfrentarse a una multa de 138.000 euros por esa raz¨®n.

Con este nuevo lote son, al menos, 120 las piezas que las monjas sacaron en 1970 del monasterio de Huesca y llevaron con ellas hasta Catalu?a. Al cabo de unos a?os, en 1983 y 1992, vendieron 97 de las obras y adornos de aquel monasterio a la Generalitat, que acabaron depositadas en el Museo de Lleida y en 1994 al Museo Nacional de Arte de Catalu?a (MNAC). Todas, por casi 300.000 euros.

Una reciente sentencia del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 1 de Huesca oblig¨® a devolver a Arag¨®n esas piezas y Catalu?a ya ha entregado 53. Pero otras 44, consideradas las m¨¢s destacadas, siguen expuestas en Lleida, pese a que la juez puede enviar a la polic¨ªa a recogerlas y trasladarlas a Arag¨®n a partir de este jueves, d¨ªa en que se retoma la actividad judicial tras el mes de agosto.

A principios de los setenta, cuando las monjas llegaron a Catalu?a, dejaron las piezas ¡°para su custodia¡± en los museos de arte municipales de Barcelona con un acuerdo, firmado por la priora del monasterio, Angelita Opi, y el director de los museos, Joan Ainaud Lasarte, que permit¨ªa recuperarlas en cualquier momento. Esas 23 piezas, ahora en paradero desconocido, las reclamaron las monjas al museo en 1993 alegando razones sentimentales. La Generalitat cumpli¨® y se las entreg¨®, pero antes las catalog¨® como bienes culturales, una protecci¨®n que obliga a informar del destino y situaci¨®n en el que se encuentran las piezas, algo que ahora se desconoce, como aseguran en la Generalitat, a pesar de que el convento donde estaban se clausur¨® en 2007 y la Administraci¨®n no ha intervenido desde entonces.

Una falta as¨ª puede suponer, seg¨²n la Ley de Patrimonio, una sanci¨®n de hasta de 6.000 euros por cada pieza; sumadas todas, la cifra ascender¨ªa a 138.000 euros que deber¨ªan abonar las monjas si la Generalitat pone en marcha el proceso sancionador. Pero solo dicen: ¡°Estamos estudiando el tema y la situaci¨®n de las piezas y lo que ha pasado. Luego se tomar¨¢ una decisi¨®n¡±.

No es este el ¨²nico caso en el que objetos que pertenecen a patrimonio nacional o que est¨¢n catalogados est¨¢n en manos privadas. Entre los objetos recuperados por las monjas, seg¨²n la relaci¨®n a la que ha tenido EL PA?S, hab¨ªa seis relicarios, uno de ellos con restos que pertenecen, seg¨²n los cat¨®licos, a la cruz de Jesucristo, y otro de San Juan Bautista; dos portapaces de plata, uno con el Buen Pastor y dos ¨¢ngeles y otro con un crucifijo, dos cajitas eucar¨ªsticas, tres platos de cer¨¢mica, dos cucharas, un jarro, una tapa de libro, un ni?o Jes¨²s de marfil, su cuna y varios elementos de un pesebre de plata.

En la base de datos de la Generalitat consta que la entrega se hizo en marzo de 1993 a las monjas que resid¨ªan en la calle Santjoanistes de Sant Cugat (Barcelona). Y desde entonces no se ha sabido nada m¨¢s de ellas hasta que a comienzos de este a?o apareci¨® en una subasta la ya famosa cuna de Sijena, que se vend¨ªa con un precio de salida de 10.000 a 12.000 euros. Para calibrar su importancia se aseguraba que la cuna estaba catalogada. Eso puso en alerta al Departamento de Cultura que mand¨® a los Mossos para que la retiraran de la venta, al no haberse notificado, tal y como establece la Ley de Patrimonio, que iba a cambiar de destino. Desde julio, la cuna est¨¢ en posesi¨®n del Gobierno de Arag¨®n (depositada en el Museo de Zaragoza) tras enviar en enero pasado un juez de Huesca a la polic¨ªa judicial al domicilio barcelon¨¦s de sus due?os y llev¨¢rsela, sin notificarlo a la Generalitat, algo que motiv¨® la queja formal del consejero de Cultura, Santi Vila, al Ministerio del Interior, que a¨²n no ha dado respuesta.

M¨¢s irregularidades

La cuna es la muestra de las irregularidades en que han incurrido las monjas de Sijena. Seg¨²n las leyes de patrimonio, el poseedor de un bien catalogado debe de notificar a la Administraci¨®n los actos jur¨ªdicos, los traslados y el cambio de propiedad que afecten a estos bienes. Las sanjuanistas no informaron de la salida de las piezas en 1970 desde el monasterio, ni de su venta en 1983, 1992 y 1994. Por eso, estas monjas eran parte demandada por el Gobierno aragon¨¦s y el Ayuntamiento de Sijena en el juicio que ha acabado obligando a Catalu?a a devolver las 97 piezas. Aunque, finalmente, la jueza las exculpa.

Las monjas tampoco informaron a la Generalitat de que la cuna, y posiblemente todos los bienes entregados en 1993, hab¨ªa pasado a manos de Pilar Alcalde Bret¨®n (madre de la persona que intent¨® subastarla), como agradecimiento, dijeron, por haberlas ayudado econ¨®micamente, o sea, a cambio de dinero. S¨ª consta en la base de datos de la Consejer¨ªa de Cultura que Alcalde Bret¨®n comunic¨® en 2001 (tal y como exige la ley) que la cuna, el ni?o Jes¨²s y dos candelabros viajar¨ªan a Madrid para participar en una exposici¨®n de belenes espa?oles que organizaba la Fundaci¨®n Germ¨¢n S¨¢nchez Ruip¨¦rez.