¡®Mar de pl¨¢stico¡¯ y sus mundos

Es muy f¨¢cil engancharse a un thriller en el que hay un asesinato de por medio. Si se plantea bien la cuesti¨®n, se mantendr¨¢ el inter¨¦s de los espectadores por conocer qu¨¦ ocurri¨®, qui¨¦n lo hizo y por qu¨¦ lo hizo. Es f¨¢cil si el asunto se centra en lo que se debe centrar, el caso y los personajes. Si tienes que dar rodeos, ampliar universos y a?adir tramas laterales para rellenar tiempo sin posibilidad de profundizar en los personajes, la cosa se complica. Fue uno de los principales problemas de la primera temporada de Mar de pl¨¢stico. Ese y las diferencias del nivel interpretativo entre unos actores y otros, en unos casos por falta de experiencia y en otros, como el del protagonista, por vaya usted a saber qu¨¦ motivo. Por suerte, ah¨ª estaban Pedro Casablanc o Patrick Criado para equilibrar la balanza.

La segunda temporada, que Antena 3 estren¨® este lunes, soluciona en parte uno de estos problemas con la eliminaci¨®n de una de las tramas m¨¢s insulsas y forzadas de la serie, la del amor interracial entre los personaje de Jes¨²s Castro y Yaima Ramos. Rodolfo Sancho vuelve ¡ªque para algo es el protagonista¡ª y lo hace m¨¢s inspirado que en la primera temporada, dando vida ahora a un H¨¦ctor hundido emocionalmente.

A lo que no renuncia la serie es a esa red de tramas laterales que desv¨ªan la atenci¨®n. Es normal tener que incluir otras historias para llenar 13 cap¨ªtulos (ya en la primera temporada parecieron demasiados) de 70 minutos (el viejo problema de la ficci¨®n televisiva espa?ola). Pero algunas pueden hacer que se pierda de vista el meollo de la cuesti¨®n. Mar de pl¨¢stico no es solo la investigaci¨®n de un asesinato, sino tambi¨¦n una constelaci¨®n de historias y personajes de diferentes mundos, culturas, razas y nacionalidades que chocan entre ellas y que encuentran en el crimen su lazo com¨²n. O eso es lo que nos vende la serie.

A los ya conocidos de la temporada anterior se suma la mafia serbia (con su fiesta de desfase con m¨²sica folcl¨®rica, droga y alcohol incluida) y el mundo carcelario en el que reside ahora el Descuartizador (el asesino de la temporada pasada). Todav¨ªa es pronto para saber si esos diferentes universos paralelos funcionar¨¢n esta vez mejor que la temporada pasada o si volver¨¢n a ser un lastre para la serie.

Lo que s¨ª hace bien es seguir apostando por su mayor valor, una identidad visual propia con una luz casi quemada, muy c¨¢lida, que llega a asfixiar y que traslada el ambiente de la Almer¨ªa de los invernaderos a la peque?a pantalla. Un mundo propio que sigue presente y se ampl¨ªa con nuevos espacios que dan aire a la serie y dejan respirar al espectador. Argumentalmente, se ha vuelto algo m¨¢s oscura y sangrienta. Pero no olvida que es una serie para mayor¨ªas, no para minor¨ªas.

Mar de pl¨¢stico ha tenido casi un a?o para aprender de sus errores. Por el arranque de la segunda temporada, parece ir por buen camino. A pesar de volver a caer en ciertos t¨®picos, tambi¨¦n ha plantado la semilla para historias que pueden dar frutos interesantes. Veremos.