¡°A veces, hasta los paranoicos tenemos raz¨®n¡±
El cineasta Oliver Stone presenta en el festival de San Sebasti¨¢n su cinta sobre el hacker m¨¢s famoso de EE UU
El director Oliver Stone (Nueva York, 1946) ha llegado a sus 70 a?os arremetiendo contra todo. Hombre de pol¨¦micas, ya sea por su visi¨®n de la guerra del Vietnam (Platoon), de la pol¨ªtica (Nixon, JFK), de la historia (La historia no contada de EE UU), o de la econom¨ªa (Wall Street). Stone nunca se muerde la lengua y suele buscar en la realidad el germen de su pr¨®ximo filme. Solo la pol¨ªtica espa?ola parece acallarle la boca en v¨ªsperas a su viaje a San Sebasti¨¢n para presentar el jueves 22 en la secci¨®n Oficial, aunque fuera de concurso, su ¨²ltimo largometraje, Snowden. ¡°En Mallorca conoc¨ª a representantes de Podemos y he hablado con la alcaldesa de Barcelona. Pero en unos d¨ªas voy al festival y no, ahora realmente no puedo responderte m¨¢s¡±, se evade por una vez en su vida.
En cambio, en pantalla sigue guerrero. Su nuevo trabajo, que se estrena comercialmente en Espa?a el 14 de octubre, se centra en la controvertida figura de Edward Snowden, el analista del servicio secreto estadounidense que en 2013 propici¨® la mayor filtraci¨®n p¨²blica de documentos clasificados, entre ellos destap¨® los informes de los programas de vigilancia masiva del Gobierno estadounidense. A los ojos del cineasta, Snowden es ¡°alguien que pasar¨¢ a la historia¡± por tomar cartas en el asunto en un momento en el que en su opini¨®n en la sociedad domina la apat¨ªa. ¡°Llevo tantos a?os siendo un personaje p¨²blico que no he cambiado mis costumbres¡±, asegura sobre la sociedad orwelliana en la que Snowden dej¨® claro que vivimos. ¡°Seguro que pueden sacarme trapos sucios pero yo solo ya me meto en l¨ªos vergonzosos. Los que me preocupan son todos esos j¨®venes ignorantes que pasan de todo porque dicen que no tienen nada que ocultar. Es ese tipo de gente que no se preocupa por el mundo en el que vive, porque se violen los derechos, las libertades que muchos antes defendieron en la Constituci¨®n. Me preocupa la pasividad que veo a mi alrededor¡±.
A pesar de su vehemencia, Stone es honesto y reconoce que de entrada ¨¦l tampoco se hab¨ªa interesado en la figura de este hombre con gafas y aspecto de rat¨®n de biblioteca en el centro de estas filtraciones. ?l hubiera preferido hacer un filme sobre la figura de Martin Luther King. Y con una carcajada reafirma: ¡°Efectivamente, ya tengo suficientes pel¨ªculas pol¨¦micas en mi curr¨ªculo¡±. Pero el precio que le toca pagar por una filmograf¨ªa cr¨ªtica contra los Estados Unidos es no poder hacer siempre lo que quiere. Un momento de frustraci¨®n art¨ªstica que le llev¨®, a principios de 2014, a conocer a Snowden personalmente. Ese fue el primero de tres encuentros que marcaron su nuevo proyecto. ¡°Me encontr¨¦ con alguien nervioso y desgastado que no sab¨ªa si quer¨ªa hacer una pel¨ªcula de ficci¨®n o un documental. Lo ¨²nico que sab¨ªa es que no quer¨ªa una biograf¨ªa de estas de televisi¨®n. O todav¨ªa peor, una pel¨ªcula dise?ada por Obama¡±.
Los ataques de este liberal criado en el seno de una familia republicana contra el actual presidente estadounidense son continuos. Lo mismo que contra la candidata dem¨®crata, Hilary Clinton. ¡°Obama es muy bueno en los cambios cosm¨¦ticos que no sirven para nada. Su fama es buena, en cambio hasta ¨¦l ning¨²n presidente hab¨ªa hecho tanto uso del Acta de Espionaje para acallar a los informantes¡±, asegura vitri¨®lico. Con Clinton tampoco ve una mejora, convencido de que Snowden tendr¨¢ que pasar unos cuantos a?os m¨¢s, si no toda la vida, en Rusia a falta de otro refugio o de un improbable perd¨®n en su pa¨ªs. ¡°Snowden se fue a Rusia porque nadie m¨¢s le ofrec¨ªa protecci¨®n. La Europa de los sesenta y los setenta le habr¨ªa apoyado. Era mucho m¨¢s independiente de los Estados Unidos. Suecia le habr¨ªa dado asilo. O la Francia de De Gaulle, eso dalo por seguro. En Alemania, la poblaci¨®n est¨¢ con Snowden. Pero los gobiernos...¡±, deja la frase sin acabar mordi¨¦ndose la lengua. ¡°Estamos viviendo tiempos verdaderamente terribles y eso s¨ª que me da miedo¡±.
Stone est¨¢ especialmente preocupado por quienes intentaron el cambio en EE UU apostando sin ¨¦xito por el senador Bernie Sanders como aspirante a la Casa Blanca. ¡°Tendr¨¢n que pagar el precio y ser¨¢n espiados y desacreditados como grupo¡±, les augura. ¡°Lo digo en serio: a veces hasta los paranoicos tenemos raz¨®n¡±. Estos tiempos actuales asustan a Stone. Aunque espera celebrar tranquilo: ¡°Lo que me gustar¨ªa es poder contar con otras dos d¨¦cadas llenas de energ¨ªa porque, ?para qu¨¦ negarlo?, a veces es duro levantarse por las ma?anas¡±.
Babelia
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