Daniel Clowes, retratista del patetismo estadounidense en el c¨®mic: ¡°Estoy enfadado y horrorizado con mi pa¨ªs¡±
El historietista regresa a sus primeros trabajos en los tebeos con ¡®Bola Ocho Integral¡¯ y contempla en Madrid la idea de mudarse a Europa: ¡°Piensas en los jud¨ªos en 1932¡ y tienes que ser precavido¡±
Sucia, llena de perdedores de vida embarrada, pat¨¦tica y tambi¨¦n surrealista, llena de humor y colorista. Nadie ha dibujado la experiencia estadounidense como Daniel Clowes (Chicago, 63 a?os), retratista de la adolescencia contestataria en Ghost World y tambi¨¦n autor de la biograf¨ªa traum¨¢tica de M¨®nica (Fulgencio Pimentel, 2023). Pero, sin embargo, a uno de los historietistas m¨¢s relevantes de EE UU se le nota agotado y frustrado por la idea actual de su pa¨ªs: ¡°Estamos contemplando la posibilidad de mudarnos a Europa, por si acaso. Piensas en los jud¨ªos en 1932¡ y tienes que ser precavido¡±, apuntaba en Madrid a primeros de noviembre, antes de dar una charla en el Museo Reina Sof¨ªa que nada casualmente se llam¨®: Make America Weird Again (Hagamos raro a EE UU otra vez): ¡°Nadie quiere a los estadounidenses aqu¨ª por buenas razones. Pero mi esposa siempre me dice: ¡®En Europa valoran a los artistas, as¨ª que igual alg¨²n pa¨ªs te adopta¡±.
Ahora que presenta en espa?ol el recopilatorio de su primera revista de c¨®mics en Bola Ocho Integral (Fulgencio Pimentel, 2024), donde public¨® Ghost World, Clowes casi mira con nostalgia aquel 1989 cuando comenz¨® a publicar c¨®mics. Aquel veintea?ero solitario y marginal vio entonces que el tebeo underground era el que le pod¨ªa sacar de su encierro en la mesa de dibujo: ¡°Esa ¨¦poca fue una de las m¨¢s tranquilas y menos locas de la historia estadounidense. Era muy aburrido. Recuerdo que en las elecciones ambos partidos eran b¨¢sicamente lo mismo. No ten¨ªas elecci¨®n real. Y los esc¨¢ndalos eran la nada. Pero sent¨ªas que por debajo hab¨ªa una rabia contenida que siempre hab¨ªa estado all¨ª. Quer¨ªa explorarla. Hoy esa locura ha tomado la delantera y se ha liberado. Ha sido como una caja de Pandora¡±, explica a EL PA?S.
Su obra exploraba personajes inc¨®modos y de rasgos complicados con los que no te querr¨ªas tomar un caf¨¦. Tramas enrevesadas y surrealistas inspiradas por el cine negro, su gran afici¨®n. Y quiz¨¢s ninguna tuviera sentido ni se dirigiese a un lugar claro. Era una experimentaci¨®n del g¨¦nero. Ten¨ªa voz propia, y sus c¨®mics han mantenido esa rareza. En Paciencia (Fulgencio Pimentel, 2016), un hombre del futuro viaja en el tiempo para recuperar a su amante asesinada. En Wilson (Reservoir Books, 2010) retrataba a un soci¨®pata de mediana edad en la m¨¢s at¨ªpica y depresiva tira de peri¨®dico. Pero a ¨¦l le sigue sorprendiendo lo que puede llegar a creerse el p¨²blico actual: ¡°Cuando iba al supermercado de ni?o, hab¨ªa peri¨®dicos como The National Enquire que publicaban que el gemelo de Elvis hab¨ªa sido descubierto en un feto. Me preguntaba: ?qui¨¦n se lo va a creer? Y mi madre dec¨ªa que hab¨ªa quien lo hac¨ªa solo por estar impreso, pero ?qui¨¦nes eran? Pues hoy son la mitad del pa¨ªs. Eso siempre estuvo ah¨ª. Y yo, que siempre estuve interesado en las teor¨ªas de la conspiraci¨®n, me encuentro luchando contra ellas. Los cultos y las conspiraciones son ahora mainstream¡±, algo en lo que precisamente se adentraba M¨®nica, su ¨²ltima obra hasta el momento y que tard¨® en escribir siete a?os.
Clowes siempre ha tratado de entender a sus personajes, por complicados e insufribles que fueran, incluso con las malas decisiones que tomaran. ¡°He tratado de representar personajes opresivos. O con quienes tuviera alguna relaci¨®n. Cuando vamos por ah¨ª, mi esposa me dice: ¡®Ese es como uno de tus personajes¡¯. El objetivo siempre es tratar de habitar en ellos y entender su perspectiva y decisiones. A veces pienso: ?qu¨¦ personajes no podr¨ªa escribir? Quiz¨¢s carceleros nazis, gente que fuera malvada sin pensarlo. No puedo meterme en esa mente, pero me gustan los tipos antisociales y ver c¨®mo se sienten. Ser¨ªa muy dif¨ªcil encontrar empat¨ªa en un Elon Musk o Silicon Valley, se notar¨ªa un desprecio, pero seguro que hallaba algo, tienen que tener cierta fragilidad. Aunque parece in¨²til y quiz¨¢s no lo merezcan, intento entenderlos¡±, reflexiona.
Con el tiempo, Clowes hab¨ªa dejado atr¨¢s el cinismo de la juventud para abrazar una ternura que, aunque sigue portando (¡°Te das cuenta de que hay muchas cosas dignas de tu afecci¨®n y aprovechas las cosas buenas¡±), le cuesta expresar en este momento: ¡°Estoy demasiado enfadado y horrorizado para contestar algo m¨¢s sobre las elecciones ahora mismo¡±, responde por email d¨ªas despu¨¦s de su visita a Europa, ya con Trump elegido como presidente. ¡°La gente en Europa apoya mucho m¨¢s las artes que en EE UU, y la cultura es mucho menos estresante. Volveremos¡±, asegura. En su visita ya hablaba de su fascinaci¨®n por la capital espa?ola, ya que ve en su realidad sucia algo que le recuerda al oscuro Chicago de su adolescencia donde erigi¨® su mundo de ficci¨®n, aunque lleve m¨¢s de 30 en la progresista Oakland (California).
Los c¨®mics no est¨¢n hechos para los museos. Deben ser le¨ªdos en soledad, en una butaca c¨®moda y en silencio. As¨ª consigues la conexi¨®n emocional¡±
?C¨®mo ha cambiado ¨¦l en lo personal? ¡°Yo era una persona muy aislada, muy t¨ªmido y con ansiedad. Lo ¨²nico que hac¨ªa era estar encerrado en mi habitaci¨®n trabajando. Me sentaba frente a una hoja y pensaba en mujeres bonitas y amigos molones, en que alguien me leyera. Era mi conexi¨®n con el mundo. Hoy habr¨ªa estado completamente pegado a las redes, as¨ª que estoy feliz de haber crecido con esa soledad. Con 63 a?os y tras viajar y conocer mucho, creo que ese chaval tom¨® muy buenas decisiones sobre su arte, y me siento orgulloso de tener una visi¨®n propia desde el principio, eso nunca falla¡±, recuerda este hombre delgado y calvo, como se ha autorretratado innumerables veces, que ha aprovechado su estancia en Madrid para darse varias comilonas y disfrutar.
Recuerda que aquel ni?o solitario habr¨ªa deseado que con 12 a?os compartir con alg¨²n compa?ero en el recreo su afici¨®n por los c¨®mics de Thor, que entonces no eran populares. ¡°Y ahora ves a un tipo de 50 a?os con una camiseta de Thor por la calle. Es perturbador, y alien¨ªgena. En Europa al menos ves a adultos vestidos como adultos¡±, apunta, y reconoce que dej¨® de coleccionar y leer c¨®mics Marvel con 14 a?os: ¡°Nunca volv¨ª a mirarlos¡±.
Clowes es especialmente cr¨ªtico con la deriva emocional de la sociedad, y ese ¡°frustrante¡± mensaje de la generaci¨®n Z de solo querer ver personajes con los que identificarse: ¡°Es devastador para la ficci¨®n y para desarrollar pensamiento cr¨ªtico. La ¨²nica manera de desarrollar perspectiva y entender a los personajes es leer ficci¨®n y los cl¨¢sicos, y los j¨®venes ya no lo hacen. Hay quienes ahora leen Ghost World y piensan que las protagonistas son viles y horribles. Nadie dec¨ªa eso en los primeros 30 a?os tras su publicaci¨®n, sino que te sent¨ªas reflejado, eran humanas. Pero ahora tienen que representar nuestros ideales y valores. Admiro a los artistas j¨®venes, porque en este momento yo me autocensurar¨ªa. Todo el que se censure no tendr¨¢ una obra que viva en 20 a?os y ser¨¢ visto con desprecio en el futuro¡±.
?l fue raro desde el principio. ¡°Veo la tensi¨®n por ser profesional en esos dibujos primigenios, las venas explotando en mis manos, en el trazo. Fui aprendiendo mientras lo hac¨ªa. Mi vida depend¨ªa de que fueran buenos. Hoy ya no siento el pincel en mi mano, es como la pluma de un p¨¢jaro¡±, cuenta este autor que todav¨ªa se niega a llamar a sus obras largas novela gr¨¢fica: ¡°Es tonto, pretencioso, aunque la verdad es que ha sido ¨²til para acercar a otro p¨²blico. Chris Ware y yo tratamos de dar con un nombre mejor y no nos sali¨®, solo pensamos en bromas¡±. Para ¨¦l siempre ser¨¢n c¨®mics, y punto, sean en formato revistas, serializados o en obras autoconclusivas para adultos.
Pese a que hoy presente su obra en un museo, Clowes sigue creyendo que los ¡°c¨®mics no est¨¢n hechos para los museos. Deben ser le¨ªdos en soledad, en una butaca c¨®moda y en silencio. As¨ª consigues la conexi¨®n emocional¡±. Eso y la pel¨ªcula que se pone cada noche constituye su refugio frente a un mundo que hoy le aterra un poco m¨¢s que ayer. ¡°Y se va a volver peor, con la inteligencia artificial, todo espacio p¨²blico va a estar contaminado. Acabaremos no sabiendo si hablamos a nuestros amigos. Quien asegura que una IA producir¨¢ mejor que un humano deja claro que no tiene ni idea de lo que es el buen arte, pero es como discutir con un trumpista. No sirve de nada¡±, claudica.
Babelia
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