Ganan los buenos. Pues qu¨¦ bien
El filme 'La doctora de Brest' me resulta monocorde, previsible, plana, con un final que deseas r¨¢pido pero que se alarga hasta provocar el bostezo
Independientemente del estado de ¨¢nimo, el subid¨®n es transparente cada vez que llego a esta preciosa ciudad. La tensi¨®n desciende placenteramente: si ha salido un sol razonable, es fant¨¢stica, pero si cae un diluvio y el mar ruge, a¨²n es mejor; la melancol¨ªa y la hipnosis que provoca algo tan inclemente como ver llover tiene efectos curativos en mi caso. ?nase esto al terrible y metaf¨ªsico dilema de tener que elegir un restaurante o un bar excelente cada noche para que tu sentido gastron¨®mico se alborote y reencontrarte con amigos de siempre para percibir la llegada de la euforia. ?Y el cine, que es la presunta y m¨¢s trascendente raz¨®n para aterrizar aqu¨ª a mediados de septiembre durante m¨¢s de 30 a?os? Bueno, pues rezas aunque seas agn¨®stico para que la mayor¨ªa del tiempo que permanezcas en la oscuridad te regale sensaciones gratas, descubras pel¨ªculas y autores en posesi¨®n de algo m¨¢gico, o simplemente que te interese, que te entretenga, que no ejerza el intolerable pecado del aburrimiento.
Y aunque entre mis vicios no figure el de pasarme horas consultando el cat¨¢logo de lo que se va a exhibir durante nueve d¨ªas, no soy tan fr¨ªvolo e irresponsable como para no echarle un vistazo. Y en ¨¦l puedes encontrarte con directores cuya obra conoces y que te hacer concebir esperanza, expectativas o puro terror y otros de los que no sabes nada. Y quieres confiar en el criterio de aquellos que lo han seleccionado, anhelando la calidad en nombre de tu propio bien pero tambi¨¦n deseando el ¨¦xito de los responsables del festival que dirige con esfuerzo proteico mi c¨¢lido y entra?able amigo Jos¨¦ Luis Rebordinos.
Sabes que la parte del le¨®n se la llevan los festivales de Venecia y de Toronto, inmediatamente anteriores a este, y que el olfato debe ir acompa?ado de la suerte para estrenar aqu¨ª grandes t¨ªtulos. Sabes que no tienen problemas para que el cine espa?ol m¨¢s selecto se preste a figurar en San Sebastian (las ¨²ltimas pel¨ªculas de Alberto Rodr¨ªguez y de Juan Antonio Bayona se estrenar¨¢n aqu¨ª), pero no solo del buen cine espa?ol vive el paladar del cin¨¦filo. Y San Sebastian siempre ha cuidado los horizontes latinos, que seg¨²n la nueva moda que quieren lanzar los impostores de siempre es el cine m¨¢s valioso que se realiza en la actualidad. Y dices: ¡°Vale¡±. Pero tambi¨¦n me encuentro en el programa con la fascinante noticia de que un maestro del cine coreano y otro del cine filipino van a presentar a sus nuevas criaturas. Pero como mi insensibilidad es lamentable respecto a la mayor¨ªa de presuntas obras de arte del cine oriental, empiezo a sudar. Ojal¨¢ que al final de esta larga cita conserve la sonrisa.
David contra Goliat
?Y el arranque? Se titula La doctora de Brest. No tengo nada contra las buenas intenciones, a condici¨®n de que est¨¦n dotadas de arte. Y aqu¨ª no lo percibo. Me resulta monocorde, previsible, plana, con un final que deseas r¨¢pido pero que se alarga hasta provocar el bostezo. La historia que cuenta es real, supuestamente confirma que alguna vez David ha podido vencer a Goliat. Yo creo que esa leyenda es inventada, que Goliat siempre le arranca la cabeza al infrecuente y heroico David mientras que est¨¢ preparando el lanzamiento de su piedra. Pero es inevitable que se afronte muy de vez en cuando el desaf¨ªo del invulnerable monstruo. Aqu¨ª la vileza est¨¢ encarnada por las farmac¨¦uticas, capaces de comercializar unas pastillas que entra?an riesgo de muerte para los diab¨¦ticos y los obesos que las consumen. Una m¨¦dico aparentemente insignificante pero con una tenacidad y un sentido de la justicia ilimitados se enfrentar¨¢ a los tiburones y ganar¨¢ pagando una notable factura en su vida cotidiana, sinti¨¦ndose acorralada y calumniada, a punto de perder las cosas que m¨¢s le importan. ?Recuerdan la magistral El dilema, la lucha de un productor de televisi¨®n y de un qu¨ªmico para demostrar como las compa?¨ªas tabacaleras enganchan con metodolog¨ªa siniestra a su clientela y mienten sobre su responsabilidad? Pues La doctora de Brest solo se parece en su tem¨¢tica. La forma de contarlo es lamentable. Y me pone muy nervioso la interpretaci¨®n de Sidse Babett Knudsen, la admirable protagonista de la serie Borgen. No para de hablar y de chillar, pone caritas todo el rato, no la soporto. Imagino que obedeciendo ordenes de la directora Emmanuelle Bercot.
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