Cae la selva, sube la marea negra

Si el teatro documental no ha llegado a¨²n a las salas comerciales, no ser¨¢ porque no conmueva. Veracruz, de Luisa Pardo, es el segundo de una serie de 32 reportajes esc¨¦nicos, uno por cada Estado federado, con el cual la compa?¨ªa mexicana Lagartijas Tiradas al Sol quiere chequear la salud de la democracia en su pa¨ªs. En lo que va de a?o, Lagartijas ha estrenado otros dos: Santiago Amoukalli y Tijuana, donde Gabino Rodr¨ªguez, su codirector, cuenta en primera persona como vive un obrero conminado a trabajar 16 horas al d¨ªa por el salario m¨ªnimo, tras emular en una maquiladora, asegura, la experiencia que G¨¹nter Wallraff narra en su ¨¦xito editorial Cabeza de turco.

La trilog¨ªa se representa en Temporada Alta, festival de oto?o catal¨¢n. En Veracruz, Luisa reconduce un encargo de otro festival espa?ol, que le pidi¨® una conferencia sobre el asesinato en M¨¦xico DF de su amiga Nadia Vera, activista social, de otras tres j¨®venes y del fotoperiodista Rub¨¦n Espinosa, el 31 de julio de 2015. Nadia y Rub¨¦n se hab¨ªan visto obligados a abandonar el Estado, tras ser amenazados por sus indagaciones y opiniones sobre Javier Duarte, su gobernador, sobre quien la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica ha abierto una investigaci¨®n por enriquecimiento il¨ªcito. Duarte, que estudi¨® en la Universidad Complutense madrile?a y es admirador declarado de Franco, aparece en un v¨ªdeo advirtiendo a los periodistas ¡°que andan en malos pasos: vamos a sacudir el ¨¢rbol y se van a caer muchas manzanas podridas¡±.

Estrenado mundialmente en Compostela y representado el fin de semana pasado en Madrid (sala Pradillo), Veracruz es un peque?o gran ejemplo de c¨®mo el teatro period¨ªstico ayuda a quitarle el velo de Maya a la realidad. Sola en escena, Luisa Pardo, de ascendencia veracruzana, alterna el encuadre hist¨®rico con el relato personal y los testimonios f¨ªlmicos, mientras confecciona un altarcito para sus compa?eros asesinados. Impresiones, datos y proyecciones se complementan con una selecci¨®n musical de sones jarochos, que oxigenan la relaci¨®n precisa de latrocinios, depredaciones de recursos naturales y complicidades entre narcotraficantes y miembros del Partido Revolucionario Institucional, gobernante de este Estado desde los a?os treinta.

Como int¨¦rprete, Luisa transmite emoci¨®n verdadera, porque creci¨® en Xalapa, conoci¨® a los protagonistas de este reportaje y sinti¨® miedo al prepararlo: habl¨¢ndonos de su aldea y llamando a las cosas por su nombre, nos habla del mundo, nos tiene prendidos de lo que cuenta y nos deja con ganas de m¨¢s.