?Muerte? ?Resurrecci¨®n?
Que Lorca vive se podr¨ªa considerar una licencia po¨¦tica o un t¨®pico, pero es una realidad
Hay tantas ideas en la literatura de Lorca, ideas que adem¨¢s generan nuevas y nuevas ideas¡y m¨¢s, y m¨¢s y parece que, cuanto m¨¢s, m¨¢s ramificaciones y la propia inercia de su energ¨ªa generan nuevas ideas en su propia boca o en la boca de otros artistas y a trav¨¦s del tiempo y en otras mentes, e imaginar nuevos escenarios volviendo sobre esas primeras ideas, que parece imposible que el origen de todo eso, esa mente y ese coraz¨®n y esa alma, originarios de toda esta explosi¨®n, se pueda pensar que muere por el hecho de que el complejo multiorganismo f¨ªsico se colapse y se desintegre biol¨®gicamente, as¨ª que, que Lorca vive se podr¨ªa considerar una licencia po¨¦tica o un t¨®pico, pero es una realidad.
En realidad, todos estamos sujetos a estos hechos, pero dejar plasmados esos pensamientos, haber removido otras conciencias con ellos, haber modificado comportamientos por haber tenido la voluntad de transmitirlos, haberse gestado en un momento y en un sitio convulsionando a una comunidad, lo hacen m¨¢s obvio al com¨²n de los mortales que una vida de pastor en el monte compartiendo sus pensamientos con el firmamento.
Parece una condici¨®n del arte, te metes tan dentro de la obra de un artista que parece que tambi¨¦n te pudieras introducir en su mente, de su alma. A m¨ª me ha pasado, no tanto con la literatura, sino m¨¢s l¨®gicamente con la m¨²sica. Cuando una obra te apasiona, quieres saber m¨¢s y m¨¢s y m¨¢s, en la m¨²sica, tambi¨¦n sus secretos t¨¦cnicos, si eres capaz de o¨ªrlos, de verlos, de sentirlos, as¨ª uno llega a profundizar tanto que parece vivir en esa cabeza, en ese coraz¨®n, en esa alma de ese artista que cre¨® esa obra, sufriendo un abstracto viaje en el tiempo, en el espacio, l¨®gicamente solo intuido, aunque, por qu¨¦ no, quiz¨¢ esa intuici¨®n te pueda llevar a otra realidad¡
Tambi¨¦n esa es una realidad del arte y de los artistas que crean esa fantas¨ªa real. De un giro vocal, de una frase, de una simple palabra, de un par de notas, de una secuencia r¨ªtmica apenas sugerida, o vista, o sentida de otra obra de arte, se puede precipitar un poema, una nueva canci¨®n o incluso obras de mayor envergadura, as¨ª es el mundo de la creaci¨®n/re-creaci¨®n en cadena, te fijas en cosas aparentemente insignificantes para elaborar, explicar o desarrollar un mundo, un universo paralelo.
Por eso es por lo que me parece que Lorca, con ese gran mundo dentro de s¨ª mismo generando sus peque?os mundos, de los cuales otros humanos (artistas confesos o inconfesos) hemos bebido y seguramente seguir¨¢ sucedi¨¦ndose esa cadena pr¨¢cticamente interminable, quisiera asemejarse a la propia cadena de la vida biol¨®gica (ADN) u ondas electromagn¨¦ticas u encadenamientos k¨¢rmicos, solo que en el mundo de las ideas, de las sensaciones, de los sentimientos¡, que viene a ser lo mismo ya que ciencia-arte-m¨ªstica se besan¡
Todos los artistas, confesos o no, tenemos parte en esa cadena, pero siempre hay casos excepcionales como Federico, que en tan poco tiempo debido a su corta vida, gener¨® no solamente cientos o miles de ideas, de obras, sino que su influencia ilumina ya algunas generaciones de todas las latitudes que hemos disfrutado de su arte, y recogido su inspiraci¨®n y surfeado su onda.
Federico ha sabido sacar a sus personajes de su peque?ez y hac¨¦rnoslos sentir en cualquier latitud, en cualquier clima, en cualquier casa y en cualquier tiempo
Desconozco si hay una relaci¨®n directa entre Federico y Goethe, si uno era admirador del otro o viceversa, ya que por lo antes expuesto bien pudiera haber imaginado Goethe en alguno de sus ensue?os un personaje como Federico, en otro pa¨ªs, en otra cultura, en otro tiempo, en su contemporaneidad¡ Desconozco, y no me importa seguir desconociendo, si Federico oje¨® las obras de Goethe, pero como dos artistas disfrutando de su libertad y comunicando a su mundo los pensamientos de su coraz¨®n y su esp¨ªritu, forman parte de mi cadena, no puedo asegurar m¨¢s, pero mi intuici¨®n dice que la gran cadena pasa por Granada y por Fr¨¢ncfort, am¨¦n de otros pueblos y otras fechas.
¡°¡ El arte y la ciencia, como todos los sublimes bienes del esp¨ªritu, pertenecen al mundo entero¡ respetando todo lo que el pasado nos leg¨®¡¡±. Esta reflexi¨®n de Goethe siempre me ha llevado a pensar que el arte y la ciencia son una, que Oriente y Occidente son dos caras de una misma moneda.
Cuando contempl¨¦is la naturaleza,
mirad el detalle y la cosa entera;
nada est¨¢ dentro ni est¨¢ afuera,
pues est¨¢ lo de dentro tambi¨¦n afuera¡
Goethe
Cuando las personas llegan a saber lo que es bello, aparece tambi¨¦n la noci¨®n de lo feo.
Cuando llegan a saber lo que es bueno, aparece tambi¨¦n la noci¨®n de lo malo.
De esta manera, existencia-inexistencia, lo dif¨ªcil y lo f¨¢cil, lo largo y lo corto, lo alto y lo bajo permiten conocer mutuamente lo uno y lo otro.
Lao Tse
Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba
Nada est¨¢ inm¨®vil; todo se mueve; todo vibra.
Hermes Trimegisto
Lorenz
Que en lo m¨¢s peque?o est¨¢ lo m¨¢s grande, en lo m¨¢s com¨²n lo m¨¢s extraordinario, en un beso una eternidad y en lo m¨¢s local lo m¨¢s universal, as¨ª muchos de los personajes de Federico tan ensimismados en su peque?o mundo, ¨¦l ha sabido sacarlos de su peque?ez y hac¨¦rnoslos sentir en cualquier latitud, en cualquier clima, en cualquier casa y en cualquier tiempo. Tuve la oportunidad de adentrarme en algunos de sus personajes hace unos a?os, cuando Luis Olmos nos encarg¨® a mi hermano Jes¨²s y a m¨ª para el Teatro de la Danza musicar algunos fragmentos de El retablillo de Don Crist¨®bal, Do?a Rosita, el enfermo, el poeta, etc¨¦tera, desde entonces se incorporaron a mi inconsciente, aunque pareciera que siempre hubieran estado ah¨ª¡
Como si un djinn pudiera traerlos y llevarlos en el tiempo y cambiarlos de ropa, de costumbres, de cara, de pa¨ªs, de tiempo o de galaxia y darles un soplo de vida y sentarles a tu mesa. ?Eso es arte, se?ores! Como tambi¨¦n puede ser ciencia.
Mi otra interpretaci¨®n de Federico es su sentido del ritmo en la poes¨ªa. Como m¨²sico no puedo dejar de significar ese perfil que te martillea el sentido cuando lees algunos de sus poemas y quieres poner entonaci¨®n y encarcelar en un para¨ªso polirr¨ªtmico el propio ritmo de sus versos, toda una tentaci¨®n que tendr¨ªa que vivir en siete vidas m¨¢s para dejar constancia de ello y as¨ª poder cerrar otro c¨ªrculo¡
La belleza es la mina, el amor el diamante¡
?Ay qu¨¦ trabajo me cuesta quererte como te quiero!
Por tu amor me duele el aire, el coraz¨®n y el sombrero
?Qui¨¦n me comprar¨ªa a m¨ª este cintillo que tengo
y esta tristeza de hilo blanco para hacer pa?uelos?
?Ay qu¨¦ trabajo me cuesta quererte como te quiero!
Lorca
PD. Agradezco a J. M. Bravo la oportunidad que me ha brindado por haber tenido que remover mis entra?as y exponerme a mis contradicciones para escribir estos pensamientos. Se sufre pero se aprende, y al aprender se pasa p¨¢gina, al pasar p¨¢gina te regeneras, al regenerarte te sublimas, mueres un poco, y renaces.
Jorge Pardo (Madrid, 1955) es m¨²sico y compositor.
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