Vivir la primera Gran Guerra
El videojuego ¡®Battlefield 1¡¯ propone una experiencia hiperrealista del conflicto armado
La tierra sin due?o es un bosque quemado en la noche. Aunque se escuchan gritos, el crepitar de las llamas y el lejano retumbar de disparos y explosiones, hay un silencio de tumba. Un joven parece dormir apoyado contra un terrapl¨¦n, pero no respira ya. En las trincheras, sombras demasiado r¨¢pidas para identificarlas como enemigos o aliados cruzan fugazmente una intersecci¨®n. Las ratas corren por el barro en peque?as manadas. Y en cualquier momento, una bala perdida, una bayoneta en las tripas o el horror del gas mostaza puede ponerle fin a todo.
Battlefield 1, que se lanza ma?ana en Espa?a para ordenadores y las consolas PlayStation 4 y Xbox One y que supone un nuevo juego en una franquicia que ha vendido m¨¢s de 60 millones de copias, no es un videojuego de h¨¦roes. Es un videojuego de hombres y mujeres abocados a la muerte. La frase que el jugador lee antes de entrar por primera vez en el campo de batalla es: ¡°No se espera que sobrevivas¡±. La compa?¨ªa sueca que lo ha creado, Dice, llevaba m¨¢s de una d¨¦cada so?ando con representar este conflicto. Y ahora que el videojuego ha llegado al hiperrealismo se han atrevido al fin con la primera Gran Guerra.
¡°Sab¨ªamos mucho sobre Vietnam, sobre la Segunda Guerra Mundial, sobre Irak, pero no sab¨ªamos tanto sobre la Gran Guerra. Y se nos hizo claro que, m¨¢s all¨¢ de los t¨®picos, este fue probablemente el gran conflicto mundial en el sentido del n¨²mero de naciones que participaron y de su complejidad interna¡±, explica Lars Gustavson, director del Battlefield 1 desde la sede de Dice en Estocolmo.
La forma de lidiar con esta complejidad ha sido asumir un enfoque coral. Cinco historias desgranan cinco visiones sobre el conflicto: la de un aviador norteamericano, un veterano de Gal¨ªpoli, un arditi ¡ªsoldados que vest¨ªan armadura pesada¡ª italiano, el conductor brit¨¢nico de un tanque y una joven beduina a las ¨®rdenes de Lawrence de Arabia. ¡°Para ser respetuosos con la historia sent¨ªamos que deb¨ªamos describirla desde todos estos ¨¢ngulos. Esta guerra no es, como la Segunda, una batalla reducible a dos bandos. Es algo mucho m¨¢s complejo¡±, subraya Gustavson. El jugador tiene la libertad completa de qu¨¦ historia quiere jugar en cada momento. Todas se despliegan sobre un mapamundi y el orden de elecci¨®n es completamente libre.
Los videojuegos suelen emplear el deseo de ¨¦pica para alimentar sus tramas y dise?o. El jugador vive un videojuego desde el punto de vista del h¨¦roe, el asesino en masa que, como los semidioses de la Il¨ªada, es capaz de acabar en solitario con un ej¨¦rcito. Battlefield 1 se alimenta de una emoci¨®n muy distinta a la ¨¦pica, aunque esta brote en momentos puntuales. El miedo es lo que siente el jugador. El miedo a morir en cualquier instante. Y la sensaci¨®n de que esta muerte puede ser tan azarosa como un mortero que silba y cae, por mala suerte, justo donde estaba el jugador.
¡°Es un ejemplo de c¨®mo la tecnolog¨ªa nos permite recrear un sentimiento. La capacidad de recrear enormes espacios abiertos, cualquier tipo de terreno de batalla. El fotorrealismo al que podemos aspirar en cada detalle. La cantidad de soldados que pueden mostrarse simult¨¢neamente. La simulaci¨®n del tiempo meteorol¨®gico. La destrucci¨®n din¨¢mica del entorno. El sonido envolvente. Todo contribuye a crear una experiencia de ser un soldado en la guerra¡±, detalla Gustavson.
Este c¨®ctel de elementos tecnol¨®gicos no solo lucen en el modo para un jugador donde se vive la historia coral, sino especialmente en el modo multijugador. Los 64 usuarios simult¨¢neos que juegan en un escenario de Battlefield emulan la sensaci¨®n de guerra total. A veces se muere porque un bombardero deja caer su cargamento letal sobre una casa. A veces por el obus de un tanque que ni siquiera est¨¢ a la vista. Y cualquier parapeto, sea de sacos de madera, sea un edificio, un b¨²nquer o un muro de piedra puede estallar en pedazos con el arma adecuada. Porque en la guerra, como recuerda este videojuego en su pr¨®logo, no se espera que sobrevivas.
Babelia
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