El M¨¦xico m¨¢s pobre recita a Cervantes
Un grupo de mujeres de una comunidad olvidada de Guanajuato convierte el teatro en su "espacio de libertad", a pesar de las cr¨ªticas de sus vecinos quienes les acusan de desatender su hogar
Mayra Garc¨ªa llora despu¨¦s de la funci¨®n. ¡°Actuar en Guanajuato no es cualquier cosa¡±, comenta emocionada. Vive en una comunidad, situada a 80 kil¨®metros de esta ciudad del centro de M¨¦xico y, sin embargo, la ha visitado por primera vez gracias al proyecto teatral en el que participa. Como sus compa?eras, es ama de casa, cuida de sus hijos y cuando le dan la oportunidad limpia nopal. Una vida dedicada al cuidado y la subsistencia de los suyos, en la que por seis meses ha habido un hueco para ella. ¡°El teatro es un espacio en el que no estoy haciendo tareas del hogar, ni cr¨ªo a los ni?os. Me permite no pensar en nada¡±.
Mayra y 18 de sus vecinas han participado en el Proyecto Ruelas, un programa que organiza el Festival Cervantino para acercar el teatro a las comunidades m¨¢s pobres del Estado de Guanajuato. Durante medio a?o han gozado de ¡°un ratito de libertad¡±, cuenta una de las participantes. Un tiempo dedicado a ellas en el que han hecho suyo El coloquio de los perros de Miguel de Cervantes. Las met¨¢foras, algunos de los di¨¢logos y la estructura de esta obra que forma parte de las Novelas Ejemplares del escritor les han permitido romper el silencio. Con ella, sus problemas han sido escuchados, las injusticias que soportan han cobrado voz y sus preocupaciones han quedado expuestas ante el p¨²blico.
¡°Me siento m¨¢s importante¡±, cuenta Josefina Ranbl¨¢s. ¡°Antes de hacer teatro no me gustaba hablar sobre lo que sent¨ªa, me daba mucha pena (verg¨¹enza) y me sent¨ªa mal¡±, a?ade Araceli C¨¢rdenas. Todas coinciden en que este proyecto les ha cambiado la vida. Ahora son m¨¢s poderosas, m¨¢s fuertes, y es que ¡°no cualquiera participa en Festival Cervantino¡±, comentan.
Por un tiempo se han sentido representantes de su comunidad. Su obra denuncia las carencias que soporta Puerto de Valle, hace visible la necesidad de construir un nuevo pozo o contar con un sistema de drenaje y traslada al p¨²blico los riesgos que corren al tener que cruzar a pie todos los d¨ªas la carretera. Una representaci¨®n en la que el nopal se convierte en protagonista y las historias que alg¨²n d¨ªa marcaron su pueblo atraviesan el cerro y llegan hasta la capital del Estado.
¡°No se representa la obra de Cervantes en su totalidad, sino que a trav¨¦s de ella tratamos de llegar a su universo. Se visibilizan muchos de los problemas a los que se enfrenta esta comunidad y creamos un espacio en el que se expresan quienes no suelen contar con la posibilidad de hacerlo. Al final, todas estaban en una especie de ¨¦xtasis al haber hecho p¨²blicas cosas que les importan¡±, se?ala la codirecta de la obra, Laura Uribe.
Una funci¨®n que comienza con el elenco situado entre las butacas y dispuesto a susurrarles a los asistentes algunos de sus m¨¢s ¨ªntimos secretos. Hacen p¨²blico lo que para su comunidad es tachado de irrevelable y logran as¨ª tumbar un buen n¨²mero de prejuicios. ¡°Hay muchas cosas que uno tiene guardadas y contarlas no es sencillo. M¨¢s a¨²n si lo haces frente a tus vecinos. Daba miedo porque aqu¨ª te etiquetan por cualquier cosa¡±, relata Mayra.
19 mujeres dispuestas a acabar con tab¨²s, superar sus miedos y plantarle cara a una parte de la comunidad que nunca vio con buenos ojos que hicieran teatro. Las criticaban por dejar desatendidos a sus maridos y tambi¨¦n ellos se convert¨ªan en objeto de un sinf¨ªn de rumores por permitirles ser actrices. Incluso hab¨ªa quien aseguraba que solo acud¨ªan a los ensayos porque un asistente del proyecto las saludaba con un beso en la mejilla.
¡°Dec¨ªan que and¨¢bamos haciendo pantomimas, que no nos ocup¨¢bamos de nuestro hogar y que acud¨ªamos a los ensayos porque un chico nos daba un beso al saludarnos. Hasta a ¨¦l le pusieron un mote. Aqu¨ª la gente no est¨¢ acostumbrada a este saludo¡±, cuentan.
Antes de que este proyecto llegase a su comunidad, ninguna hab¨ªa visto una representaci¨®n teatral y tampoco sab¨ªan de la existencia de Cervantes. Y a pesar de todo ello, durante seis meses se han convertido en actrices. Han sido las protagonistas de una obra que jam¨¢s imaginaron representar. Pero con la ¨²ltima funci¨®n, su sue?o se ha esfumado. Ya no hay ensayos, ni actuaciones programadas. El programa ha terminado. ¡°Nosotras solas no podemos. Somos como un cieguito. A donde nos llevan all¨ª vamos¡±, aseguran entre risas.
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