La c¨¢mara como un arma, Gordon Parks
Una exposici¨®n recorre la obra del artista que luch¨® contra la opresi¨®n, el racismo, la violencia y la desigualdad
Le gustaba contar que naci¨® muerto. Igual que Picasso. Pero si bien fue el humo del puro de su t¨ªo lo que hizo bramar con furia al artista malague?o, ser¨ªa el hielo de una palangana, donde sumergieron al reci¨¦n nacido, lo que resucit¨® al autor americano. ¡°Comenc¨¦ a gritar, y no he dejado de gritar desde entonces¡±, recordaba Gordon Parks (Fort Scott, Kansas, 1912- Nueva York, 2006) en el documental Half Past Autumn: The Life and Works of Gordon Park.
Naci¨® en la pobreza, fue el menor de quince hermanos. A los catorce a?os qued¨® hu¨¦rfano de madre. Pronto conoci¨® la injusticia y la rabia en una Am¨¦rica segregada. Nunca olvid¨® a sus compa?eros de juegos que murieron atravesados por las balas de la polic¨ªa, ni a aquella profesora que le recomend¨® no desperdiciar el dinero de su familia intentando acceder a una educaci¨®n secundaria; siendo negro estaba destinado a acabar de portero. A ella le dedic¨® su nombramiento honorario como Doctor en Humanidades por la Universidad de Boston; le indujo a demostrarse a s¨ª mismo y al mundo que la profesora no ten¨ªa raz¨®n. Llegar¨ªa a ser el primer fot¨®grafo negro de plantilla de la revista Life y el primer cineasta negro en producir y realizar un largometraje de ¨¦xito en Hollywood, The Learning Tree, en 1969.
Fue despu¨¦s de ver en una revista un reportaje sobre el trabajo de los emigrantes firmado por varios fot¨®grafos del Farm Security Administration (FSA), cuando se decidi¨® a comprar su primera c¨¢mara. Un objeto muy valioso para este joven que se ganaba la vida tocando el piano en un burdel y como mozo de estaci¨®n. ¡°Me di cuenta de que la c¨¢mara pod¨ªa ser un arma contra la pobreza, contra el racismo, contra todo tipo de males sociales. Entonces supe que ten¨ªa que tener una¡±, recordaba el artista en una entrevista en 1999.
¡°Cuando lleg¨® a la treintena, Parks ya hab¨ªa topado personalmente con las peores facetas de Am¨¦rica. Al final de su vida, hab¨ªa trabajado con algunos de los grandes nombres de la moda, del cine, del deporte y de la pol¨ªtica. En medio, busc¨® sin tregua mediar entre un lado y otro, tender un puente entre las desigualdades que consideraba una amenaza para Am¨¦rica¡±, escribe Peter W. Kunhardt, director ejecutivo de The Gordon Parks Foundation, en I Am You: Selected Works, 1942-1978,?monogr¨¢fico publicado por la editorial Steidl Verlag, que acompa?a a la exposici¨®n que lleva su mismo nombre y se exhibe en el C/O Berlin.
La muestra exhibe 150 im¨¢genes pertenecientes a la colecci¨®n de la Fundaci¨®n. Considera su obra fotogr¨¢fica en conjunto con la que realiz¨® para el mundo del cine, con el prop¨®sito de estudiar la identidad del artista. Autodidacta en ambos medios, su talento le llev¨® tambi¨¦n a probar suerte en la m¨²sica y en la escritura. ¡°Sacaba fotos como un cineasta, compon¨ªa im¨¢genes como un m¨²sico y las ensartaba como poeta, en narrativas que ocupar¨ªan vol¨²menes acerca de sus protagonistas¡±, se?ala Kunhardt.
Parks no tardar¨ªa en desarrollar un estilo que le convertir¨ªa en uno de los fot¨®grafos m¨¢s c¨¦lebres de su ¨¦poca. Romp¨ªa estereotipos a la vez que creaba im¨¢genes de gran expresividad que ahondaban en el impacto social y econ¨®mico del racismo. Fue capaz de mantener su devoci¨®n por el realismo documental al tiempo que se permit¨ªa hacer evidentes sus propios sentimientos. Como lo demuestra una de sus primeras fotograf¨ªas, ¡°American Gothic¡±, destinada a convertirse en una definici¨®n de la injusticia social; en la que Ella Watson pos¨® para ¨¦l con una fregona y una mopa delante de la bandera de los Estados Unidos. La tom¨® en un estado de indignaci¨®n, una tarde despu¨¦s de que se le negara el servicio sucesivamente en una tienda, en un restaurante y en un teatro por el mismo motivo; ser negro.
Su ojo para los temas humanitarios no le incapacit¨® para regodearse en la sofisticaci¨®n de la fotograf¨ªa de moda, convirti¨¦ndose en un asiduo colaborador de Vogue. ¡°Demostr¨® su capacidad de sacar partido a las modelos y sus ropajes, situ¨¢ndolas dentro de contextos din¨¢micos, frecuentemente insertados en formas arquitect¨®nicas. El uso del color no solo le sirvi¨® para avivar el color audaz y vivo de la ¨¦poca, sino que le permiti¨® combinaciones m¨¢s sutiles que revelan el encanto y la sofisticaci¨®n de las modelos¡±, se?ala Felix Hoffmann, comisario de la muestra.
Tanto la exposici¨®n como el libro recorren la trayectoria del artista a trav¨¦s de algunos de sus trabajos m¨¢s se?alados. Entre ellos ¡°Harlem Gang Leader¡±, su primer reportaje, que libre de los estereotipos raciales, fue publicado en 1948 en Life, una revista donde los lectores eran predominantemente blancos. ¡°Parks confiaba en que sacando a la luz la brutalidad de Harlem, podr¨ªa disipar el peligro que amenazaba a sus residentes. Demuestra sus habilidades multifac¨¦ticas en im¨¢genes que combinan elegantemente el movimiento de la calle, con la plasticidad de los ropajes y la imponente desenvoltura de los protagonistas¡±. Con la publicaci¨®n de ¡°Flavio¡±, un reportaje centrado en la vida de un ni?o enfermo en una favela brasile?a, conseguir¨ªa que se recaudar¨¢n 30,000 d¨®lares para desplazar al ni?o a un hospital en Denver.
Parks fue tambi¨¦n conocido por sus reportajes de famosos y pol¨ªticos, como los que realiz¨® a su idolatrado Duke Ellington, a Alberto Giacometti y a Alexander Calder o el retrato psicol¨®gico, tierno y humano, del arrogante Muhammad Ali reci¨¦n convertido al islam. El art¨ªculo fue de gran ayuda para redefinir la imagen del boxeador. Tambi¨¦n son conocidas las instant¨¢neas que tom¨® a Ingrid Bergman y a Roberto Rossellini, por requerimiento de la pareja, durante el rodaje de Stromboli. El esc¨¢ndalo por el affaire extra matrimonial de estos se encontraba entonces en su punto m¨¢s ¨¢lgido.
La revista Life normalmente le encargaba reportajes que hubiesen supuesto una gran dificultad para un blanco, como el que realiz¨® a los Musulmanes Negros o al partido de las Panteras Negras. Sin embargo, con frecuencia se vio acusado por los negros de trabajar para el opresor blanco, al tiempo que ¨¦l autor se quejaba de que sus jefes en la revista?a veces se cuestionaban su capacidad de ser objetivo.
¡°En alg¨²n sentido soy un p¨¢jaro raro¡±, reconoc¨ªa el artista en una entrevista con The New York Times en 1997 ¡°. Creo que en gran medida ha dependido de mi determinaci¨®n de no consentir que la discriminaci¨®n me impidiese salir adelante¡±.
?I Am You: Selected Works, 1942-1978. C/O Berlin, Berl¨ªn. ?Hasta el 4 de diciembre
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