La rebeld¨ªa de James Dean, m¨²sica para los o¨ªdos de la Filarm¨®nica de Los ?ngeles
Scott Dunn dirige a la LAphil en el estreno mundial del filme de Nicholas Ray en una proyecci¨®n con m¨²sica en directo
James Dean muri¨® hace m¨¢s de seis d¨¦cadas y tras solo tres pel¨ªculas, pero su fama sigue tan viva que es uno de los muertos m¨¢s venerados de la historia. Sin embargo, el hombre que puso m¨²sica a su carrera, el compositor que pudo ser Stravinsky si Hollywood no se hubiera cruzado en su camino no recibir¨¢ el reconocimiento que se merece hasta el pr¨®ximo 17 de noviembre. Solo entonces la partitura que Leonard Rosenman (Nueva York, 1924-2008) compuso para Rebelde sin causa en 1955 se escuchar¨¢ por primera vez donde se merece, a manos de la orquesta sinf¨®nica de Los ?ngeles en el auditorio Walt Disney de esta ciudad. ¡°Tanto ¨¦l como Alex North fueron quienes introdujeron la m¨²sica moderna dodecaf¨®nica en el campo de las bandas sonoras. Pero pese a los Oscar o a los Emmy conseguidos nunca recibieron el respeto del mundo de la m¨²sica formal¡±, declar¨® el pianista y director de orquesta Scott Dunn.
?l se encargar¨¢ de dirigir la LAphil en este estreno mundial del filme de Nicholas Ray en una proyecci¨®n acompa?ada de su m¨²sica en directo que espera visitar otros auditorios mundiales. Su forma de darle las gracias a un gran maestro que cuando conoci¨® a James Dean no era m¨¢s que otro compositor intentando llegar a fin de mes. Porque Rosenman fue compa?ero de piso de Dean adem¨¢s de su profesor de piano y as¨ª conoci¨® primero a Elia Kazan, para quien compuso Al este del ed¨¦n (1955), y luego a Ray. ¡°Pero entonces la m¨²sica cl¨¢sica y la de cine eran mundos inmiscibles¡±, recuerda Dunn. Leonard Bernstein, Aaron Copland, incluso Sergei Prokofiev, pudieron hacer sus escaramuzas en Hollywood porque ya estaban asentados como compositores formales. ¡°Pero Leonard qued¨® marcado con la H de Hollywood. Y es una pena porque la falta de reconocimiento formal no le dej¨® nunca disfrutar plenamente del incre¨ªble ¨¦xito que tuvo como compositor de bandas sonoras¡±, recuerda de quien considera su maestro y mentor.
Son m¨¢s los que merecen el reconocimiento formal de la sinf¨®nica de Los ?ngeles. Tras Rebelde sin causa en el auditorio Walt Disney se proyectar¨¢n otros cl¨¢sicos del cine y la m¨²sica como La ley del silencio (1954) y Casablanca (1942) para honrar respectivamente a Leonard Bernstein y Max Steiner, sus compositores. Una iniciativa de la filarm¨®nica de Los ?ngeles, ciudad que quiere aunar su tradici¨®n cinematogr¨¢fica con el reconocimiento musical que se merecen sus pel¨ªculas. Como se lamenta Dunn, las proyecciones cinematogr¨¢ficas con m¨²sica en directo son cada vez m¨¢s numerosas pero no siempre las que deben de ser. ¡°Para muchos es la primera vez que escuchan a una orquesta pero desafortunadamente muchos de estos conciertos est¨¢n dedicados a taquillazos para atraer a la audiencia sin prestar atenci¨®n a la calidad de su m¨²sica¡±, comenta sin decir nombres. Prefiere hablar del valor musical de Rosenman. Una m¨²sica como dice con fuertes influencias de Igor Stravinsky, Arnold?Sch?nberg y Alban Berg pero que solo ¡°un peque?o c¨ªrculo de aficionados a las bandas sonoras conoce¡±. Para Dunn, concertista cl¨¢sico alejado de normal del mundo de Hollywood, es tambi¨¦n su forma de dar las gracias al hombre que devolvi¨® la m¨²sica a sus manos. Pianista desde ni?o, Dunn abandon¨® su carrera musical por la de cirujano oftalm¨®logo por culpa de sus nervios y su temperamento. Pero nunca abandon¨® la pr¨¢ctica. As¨ª hasta que conoci¨® a Rosenman. Le presentaron como el oftalm¨®logo que era pero el m¨²sico vio a un virtuoso en la m¨²sica y le anim¨® a volver a los escenarios. ¡°Eso s¨ª. Nunca quiso que me dedicara al cine¡±, resume de una disciplina que incluso en la actualidad ¡ªadmite¡ª sigue sin tener el reconocimiento formal que se merece. Al menos hasta el 17 de noviembre.
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