El p¨ªcaro Urdemalas
La Joven CNTC, que ofrece una versi¨®n fresca y apocopada de la comedia cervantina, est¨¢ poniendo a diario el cartel de no hay billetes
Creaci¨®n del inconsciente colectivo, el p¨ªcaro Pedro de Urdemalas sigue protagonizando innumerables cuentos de tradici¨®n oral en M¨¦xico (donde se le conoce como Pedro Urdemales), Per¨² (Pedro Rimales), Argentina (Pedro Ordim¨¢n), Paraguay (Perurim¨¢, en guaran¨ª)¡ Su figura avispada es el equivalente hisp¨¢nico del Till Eulenspigel germano y del divertido y penetrante Mul¨¢ Nasrudin, antiheroe sufi, llamado Goha en Egipto, Djeha en el Magreb y Yoj¨¢ entre los sefard¨ªes.
PEDRO DE URDEMALAS
Autor: Cervantes. Versi¨®n: Jer¨®nimo L¨®pez Mozo. Int¨¦rpretes:
, Kev de la Rosa, David Soto. Direcci¨®n: Denis Rafter. Madrid.
la Comedia, hasta el 22 de diciembre y del 10 al 22 de enero.
Cervantes, lo hizo protagonista de una comedia larga, donde enhebra episodios como el del alcalde bobo metido a juez, t¨ªpico entrem¨¦s de pasillo. Poca fortuna con el teatro tuvo Cervantes en vida y apenas m¨¢s ha tenido en este IV Centenario de su muerte, pr¨®digo en dramatizaciones inspiradas en su figura y en su narrativa, y ocasi¨®n perdida de producir en condiciones La entretenida, la m¨¢s sugestiva de entre sus Ocho comedias junto con la Numancia y Pedro de Urdemalas.
Como esta se monta en ocasiones contadas, hacerla tal cual es hubiera servido para irla fijando en el imaginario. Jer¨®nimo L¨®pez Mozo, su adaptador, convierte la funci¨®n en un metateatro, donde Cervantes concibe a sus criaturas y las ve actuar. Tambi¨¦n modifica la estructura de las dos jornadas ¨²ltimas, y poda el verso, con m¨¢s acierto cuando elimina quintillas completas (respetando as¨ª la rima) que cuando quita dos de los cuatro versos de la redondilla, dej¨¢ndola mocha y sin musicalidad. Ello afecta la comprensi¨®n del recitado: en poes¨ªa, la forma es veh¨ªculo del concepto.
El montaje, cuya duraci¨®n anunciada en Almagro era de una hora y cuarenta y cinco minutos, se ha quedado en hora y quince en la versi¨®n que se ofrece en Madrid: sus peripecias parecen apocopadas. Los int¨¦rpretes de la Joven Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico son vitalistas, tienen una energ¨ªa muy bonita, empuje y futuro. Denis Rafter los ha dirigido con buena mano, pero no ha podido evitar meter gui?os a Shakespeare, sobrantes si de lo que se trata es de abreviar, por log¨ªstica (el p¨²blico de la flamante sala peque?a de la CNTC ha de estar en la calle antes de que se d¨¦ la entrada al de la sala grande).
Jimmy Castro, expresivo actor de origen nigeriano, se erige en coprotagonista de un esforzado trabajo coral, salpicado de canciones, que acaba desplazando la figura de Urdemalas a un plano general. David Castillo y Carolina Herrera se singularizan por sus perfiles c¨®micos y Natalia Huarte por su manera de estar.
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