Magnates del cobre contra arquitectura del pueblo
Dos oligarcas rusos quieren regalar a Yekaterinburg, una ciudad de los Urales famosa por sus edificios constructivistas, una catedral ortodoxa al estilo del siglo XVI que romper¨ªa el conjunto urbano
Andr¨¦i Kozitsin y Igor Altushkin, dos oligarcas que controlan la primera y la segunda compa?¨ªa productora de cobre de Rusia respectivamente, se han empe?ado en ¡°regalar¡± una caprichosa y anacr¨®nica catedral ortodoxa a Yekaterinburg, sin que les importe la opini¨®n de los habitantes (1,5 millones) de esta ciudad de los Urales fundada en el siglo XVIII como centro metal¨²rgico.
Los oligarcas no solo quieren edificar un templo en estilo del siglo XVI, cuando la ciudad era inexistente, sino que pretenden colocar la iglesia (parecida a la catedral de San Basilio en la plaza Roja de Mosc¨²), sobre una isla artificial, a construir en un popular estanque sobre el r¨ªo Iset. La isla eclipsar¨ªa el estadio Dinamo, una de las obras m¨¢s emblem¨¢ticas del constructivismo ruso, que se alza a las orillas del estanque, cerca del lugar elegido por los ¡°benefactores¡± para su proyecto.
Contra los planes de los mecenas se han movilizado arquitectos e intelectuales, temerosos de que el ¡°cuerpo extra?o¡± altere la percepci¨®n del centro urbano de Yekaterinburg, caracterizado por sus abundantes muestras de la arquitectura constructivista, la tendencia de vanguardia de los a?os veinte y principios de los treinta del pasado siglo, que en esta urbe se ha conservado como conjunto a diferencia de las muestras m¨¢s fragmentadas en otras localidades rusas.
De los 140 edificios vanguardista de Yekaterinburg, s¨®lo unos 20 est¨¢n protegidos, afirma Bor¨ªs Dem¨ªdov, uno de los 150 arquitectos que iniciaron una petici¨®n en contra del emplazamiento de la nueva catedral. Dem¨ªdov y sus colegas en Yekaterinburgo y Mosc¨² buscan la forma de tramitar con urgencia la inclusi¨®n del estadio Dinamo en la lista del patrimonio arquitect¨®nico protegido de la UNESCO.
Juntos y por separado, Kozitsin y Altushkin han financiado la construcci¨®n de decenas de iglesias en Yekaterinburg y tambi¨¦n en otros lugares, Chechenia y Londres incluidos. La catedral proyectada en Yekaterinburg tiene el apoyo del gobernador de la provincia y del alcalde de la ciudad. Los holdings controlados por los mecenas poseen terrenos propios en la ciudad y, por su patrimonio, la Iglesia Ortodoxa rusa local puede equipararse a ¡°cualquier gran empresa inmobiliaria¡±, afirman fuentes locales. Pero, para la catedral quieren el estanque.
Los oligarcas han formado la sociedad de la iglesia de Santa Catalina en recuerdo del templo demolido en ¨¦poca comunista que, con ese nombre, fue el primero que se edific¨® en Yekaterinburg en el siglo XVIII. Las obras se comenzar¨¢n en 2017 para poder estrenar el local en 2023, coincidiendo con la conmemoraci¨®n del 300 aniversario de la fundaci¨®n de la ciudad. El coste del edificio ser¨¢ de unos 100 millones de d¨®lares (unos 95 millones de euros), afirma el constructor Vlad¨ªmir Puzankov, director de la sociedad Iglesia de Santa Catalina. El templo, de 65 metros de altura, 500 metros cuadrados de superficie y capacidad para 2000 personas, estar¨¢ forrado de mosaico y requerir¨¢ por lo menos diez a?os de trabajo para estar totalmente listo. La isla, de 1500 metros cuadrados, quedar¨¢ unida por puentes a la orilla del estanque, y es el ¡°elemento innovador¡± del proyecto, seg¨²n Puzenkov.
Excepto el nombre, la catedral proyectada por los oligarcas nada tiene que ver con la iglesia original que estaba emplazada en otro lugar (hoy la plaza del Trabajo), donde las autoridades eclesi¨¢sticas ortodoxas quer¨ªan reconstruirla en 2010, antes de verse disuadidas por las manifestaciones de protesta de la ciudadan¨ªa.
Kiozitsin y Altushkin debaten sus planes con los eclesi¨¢sticos ortodoxos, los arquitectos y los funcionarios regionales, pero reh¨²yen el di¨¢logo con sus conciudadanos. Los habitantes de Yekaterinburg, preocupados por el efecto distorsionador de la catedral, han fundado un comit¨¦ para defender el estanque y el estadio, despu¨¦s de que unos fornidos provocadores ¡°reventaran¡± recientemente un debate p¨²blico sobre el tema. El periodista Yuri Glazkov, activo oponente de la construcci¨®n, ha sido despedido de su trabajo en el peri¨®dico Uralskii Rabochii, perteneciente a un holding controlado por la administraci¨®n provincial. Glazkov atribuye su despido a su postura c¨ªvica.
¡°La administraci¨®n municipal y regional, con problemas de presupuesto, no se atreve a contrariar a los caprichosos oligarcas, porque dependen de su voluntad de contribuir a los proyectos sociales¡±, afirma un funcionario municipal que prefiere mantener el inc¨®gnito.
Hace un a?o, la administraci¨®n regional arrebat¨® las competencias urban¨ªsticas al municipio, lo que, seg¨²n estas fuentes, fue la venganza de un constructor-diputado regional que hab¨ªa tenido conflictos con el municipio.
¡°Los dos benefactores no quieren s¨®lo una iglesia, sino una iglesia especial y la quieren sobre el agua porque no ven un lugar mejor. En el pasado se consideraba que la mayor¨ªa ten¨ªa la raz¨®n. Ahora vivimos en otra sociedad distinta, donde la raz¨®n no la tiene la mayor¨ªa, sino la minor¨ªa que tiene talento y concentra dinero, pero resulta que no estamos preparados para respetar las decisiones de esta minor¨ªa¡±, dice Puzenkov. ¡°Los benefactores son gente que siempre consiguen sus fines, tanto en la beneficencia como en el negocio¡±, a?ade.
La arquitectura de vanguardia del constructivismo acompas¨® la industrializaci¨®n acelerada de Sverdlovsk (as¨ª se llamaba Yekaterinburg en ¨¦poca comunista), que de 1923 a 1934 fue la capital de la regi¨®n de los Urales, un enorme territorio de m¨¢s de 1,6 millones de kil¨®metros cuadrados. A desarrollar aquella capital las autoridades sovi¨¦ticas en Mosc¨² enviaron brigadas de arquitectos formados en las tendencias de vanguardia de la ¨¦poca, como Bella Shefler, que estudi¨® y trabaj¨® en la Bauhaus, en Alemania. En 1931, cuando los nazis arremetieron contra esa escuela de arquitectura, Hannes Meyer, director de la Bauhaus entre 1928 y 1930, se traslad¨® a Mosc¨² donde imparti¨® clases a los j¨®venes arquitectos sovi¨¦ticos.
La proyectada catedral est¨¢ en las ant¨ªpodas del estilo lac¨®nico y geom¨¦trico de edificios como la Casa de la Prensa, la sede de Correos, y la llamada ¡°casa de los Chequistas¡±, esta ¨²ltima con su caracter¨ªstica fachada semicircular. Estos edificios son algunas de las joyas del constructivismo de Yekaterinburg, que jalonan la avenida Lenin, como sigue llam¨¢ndose la principal arteria de Yekaterinburg.
El estadio Dinamo fue construido por el arquitecto Veniam¨ªn Sokolov, que lo planifico en1931 y lo concluy¨® en 1934. Es un complejo deportivo multiuso destinado inicialmente a deportistas de los cuerpos policiales y de seguridad. Por su forma y su fachada, el estadio evoca un barco con la proa hacia el estanque. Los arquitectos que se oponen al proyecto, entre ellos Vlad¨ªmir Kagan¨®vich, aseguran que los promotores de la catedral han minimizado deliberadamente el impacto real que tendr¨¢. Adem¨¢s de impactar en la silueta global, la catedral rebajar¨¢ la importancia de la iglesia sobre la Sangre, construida en 2003 en memoria del zar Nicol¨¢s II y su familia, asesinados en Yekaterinburgo en 1918.
¡°El centro de Yekaterinburg est¨¢ ya saturado de iglesias, que se vayan si quieren a restaurar las que fueron destruidas de los peque?os pueblos donde la gente se siente abandonada. Los hay a montones a pocos kil¨®metros de Yekaterinburg¡±, dice el director de teatro Nikol¨¢i Koliada, que tambi¨¦n se ha sumado a la protesta.
El constructivismo y la identidad urbana
La actitud de los ciudadanos de Yekaterinburg ante los edificios constructivistas que los rodean ha cambiado radicalmente en pocos a?os. De la indiferencia o ignorancia reinante hace pocos a?os, el constructivismo ha pasado a formar parte de la identidad de la ciudad, afirma el arquitecto municipal Timur Abdullaiev, que atribuye esta evoluci¨®n a los esfuerzos para popularizar ese estilo.
Hoy son numerosas las excursiones guiadas por excelentes profesionales que realizan rutas constructivistas por la ciudad, entre las que destaca el paseo por el distrito industrial de Uralmash, totalmente planificado en ese estilo. En la primavera se inaugurar¨¢ el primer museo instalado en una vivienda constructivista tipo (dos niveles y 32 metros de superficie) en el edificio Dom Uraloblsovet, de los arquitectos Moisei Ginzburg y Aleksandr Pasternak.
Dmitri Moskvin, polit¨®logo y organizador de excursiones urbanas, considera parad¨®jico que el oligarca Altushkin, el m¨¢s ferviente partidario de edificar la catedral en est¨¦tica desfasada, ha encargado la nueva sede de su empresa productora de cobre al arquitecto brit¨¢nico Norman Foster. ¡°La tarea medieval que resuelven esos oligarcas es demostrar de forma simb¨®lica que ellos son los due?os aqu¨ª y hacen lo que quieren¡±, dice Moskvin, y a?ade. ¡°Se trata de un gran desaf¨ªo para la ciudad¡±.
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