Juan Manuel Bonet: la vanguardia en la cabeza
El nuevo director del Cervantes, experto en arte y literatura del siglo XX, poeta y bibli¨®filo empedernido, debe llevar al instituto a la plena autonom¨ªa
Cuando reside en Madrid tiene una cita ineludible cada domingo: su inmersi¨®n en el Rastro. Y eso, para Juan Manuel Bonet, despu¨¦s de sus ¨²ltimos a?os al frente del Instituto Cervantes de Par¨ªs, la ciudad donde naci¨® hace 63 a?os, ser¨¢ un vicio recuperado con amigos suyos, como el escritor Andr¨¦s Trapiello.
Esa costumbre la ha mantenido en mercadillos de la capital francesa. ¡°Pero¡±, dice su compa?ero de pesquisas y husmeos en los puestos, ¡°tambi¨¦n en cualquier ciudad del mundo ¨Cy viaja mucho-, donde no hay trastienda, almac¨¦n, ni librer¨ªa de viejo que se le resista¡±. As¨ª es como, volumen a volumen, Bonet ha ido conformado una biblioteca propia, aunque dividida en tres casas, con unos 50.000 vol¨²menes.
Es lo que calculan a ojo algunos amigos, que lo califican de imbatible dentro de la bibliofilia. Entre las copias, cuenta con miles que han ayudado a construir la gran obra de referencia de este cr¨ªtico y poeta: el Diccionario de las vanguardias en Espa?a 1907-1936 (Alianza Editorial). No le asust¨® a quien viene de familia dedicada al estudio ¨Chijo del presidente de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, Antonio Bonet-, con algunos antepasados ultra¨ªstas por la rama gallega, como su t¨ªo Evaristo Correa Calder¨®n, que fue buen amigo, entre otros, de Jorge Luis Borges.
El Diccionario, as¨ª y todo, le supuso a?os de trabajo despu¨¦s de que se le ocurriera hacerlo junto a Guillermo de Osma, galerista entregado tambi¨¦n a rupturas y rarezas. Este le propuso un buen d¨ªa elaborarla como una simple gu¨ªa b¨¢sica para una de sus exposiciones. ¡°Pensamos que ser¨ªa importante no s¨®lo poner en valor a los poetas y los artistas de principios del XX en Espa?a, sino a todos aquellos que tej¨ªan el panorama cultural de entonces: editores, directores de revistas, cr¨ªticos, empresarios, animadores¡ En mi mente estaba hacer un librito, pero al poco tiempo, Juan Manuel me llam¨® y me mostr¨® 20 folios, s¨®lo con nombres¡±.
Le toca exigir una ley de independencia, que le convierta en objeto de deseo del Ministerio de Cultura y del de Exteriores
Bonet tiene la vanguardia en la cabeza. Un olfato y una pasi¨®n insaciable por todo aquello que huela a raro y por esa estirpe de nombres ocultos, ajenos al canon, pero igual de importantes, comenta Javier Rioyo, director del Cervantes en Lisboa. ¡°Es un gran cart¨®grafo de la cultura hisp¨¢nica en muchos ¨¢mbitos. Sabe situar como nadie a los personajes en sus contextos¡±, asegura Trapiello. Un rasgo a destacar que ha demostrado como responsable tambi¨¦n del IVAM, en Valencia o del museo Reina Sof¨ªa, entre los a?os 2000 y 2004.
No le va a sobrar en el Cervantes, del que se pone al frente a partir de esta semana. Le cae en una etapa crucial de la instituci¨®n encargada de ense?ar el espa?ol en todo el mundo y difundir la cultura que se crea y labra en dicho idioma. Cuenta con una red de 87 centros en 44 pa¨ªses y un presupuesto de 115 millones de euros. Un trasatl¨¢ntico que ha mantenido su estrategia m¨¢s o menos enderezada desde que se creara hace 25 a?os, pero que necesita reformas urgentes.
La primera debe venir desde el Gobierno. Pero sin que Bonet lo deje de reivindicar el primer d¨ªa, tal como hasta el ¨²ltimo lo ha hecho su predecesor, V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha. Una ley de independencia, que le suelte amarras inc¨®modas y le convierta en objeto de deseo constante del Ministerio de Educaci¨®n y Cultura y del de Exteriores. Una capacidad de acci¨®n y gesti¨®n que le otorgue autonom¨ªa para actuar con criterio propio y fuerza frente a la vampirizaci¨®n que habitualmente ejerce un cuerpo diplom¨¢tico absolutamente amateur en cuestiones de gesti¨®n cultural, pero con demasiada influencia en su ¨®rbita.
Tambi¨¦n que le posibilite recursos fuera del Estado para crecer y colocarse en la l¨ªnea de real potencia que tienen sus instituciones gemelas en Europa. Reino Unido, Francia, Alemania, Italia o Portugal cuentan con presupuestos hasta seis veces mayores, caso del British Council. Dura competencia para un entorno global que demanda, sobre todo, aprender espa?ol a la altura del ingl¨¦s. Amenazas como las de un poco amigable Donald Trump, que nada m¨¢s llegar a la Casa Blanca ha eliminado la web en castellano, demuestran, parad¨®jicamente, su pujanza.
Alumno del Colegio Estudio, donde ense?an, ante todo, curiosidad e independencia de criterio, Bonet no tardar¨¢ en reclamar las riendas libres de cargas que deben corresponderle en su nuevo cargo para hacer encarar esos molinos de viento.
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