¡®La villana¡¯ encuentra el camino de retorno
Esta asombrosa zarzuela parece guardar m¨¢s de un misterio 90 a?os despu¨¦s, regresa al teatro donde naci¨® en 1927
90 a?os despu¨¦s, La villana vuelve al Teatro de la Zarzuela, donde naci¨® en 1927. Es la cuarta vez que se repone en el que es su teatro con todos los honores. Esta asombrosa zarzuela parece guardar m¨¢s de un misterio.
Tras el ¨¦xito hist¨®rico que alcanzaron Amadeo Vives y sus libretistas, Federico Romero y Guillermo Fern¨¢ndez-Shaw, con Do?a Francisquita, en 1923, el list¨®n estaba muy alto. Hab¨ªan recuperado la ¡°zarzuela grande¡± y el siguiente paso era hacerla sublime. El paso obligado: recurrir de nuevo a Lope de Vega, y la obra elegida fue Perib¨¢?ez y el Comendador de Oca?a.
La historia del g¨¦nero est¨¢ llena de trampas. En La villana todo se hizo bien, y Vives firm¨® una partitura que casi convierte en aficionados a sus colegas de entonces. Su ambici¨®n y osad¨ªa fueron ilimitadas: la m¨²sica lo llena todo y los pocos momentos hablados ya no son recitativos para hacer avanzar la acci¨®n, Vives narra con m¨²sica hasta el m¨ªnimo detalle.
LA VILLANA
Zarzuela en tres actos. M¨²sica de Amadeo Vives. Libreto de Federico Romero y Guillermo Fern¨¢ndez-Shaw. Direcci¨®n musical: Miguel ?ngel G¨®mez Mart¨ªnez. Direcci¨®n de escena: Natalia Men¨¦ndez. Escenograf¨ªa: Nicol¨¢s Boni. Vestuario: Mar¨ªa Araujo. Iluminaci¨®n: Juan G¨®mez-Cornejo. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro Totular del Teatro de la Zarzuela. Reparto: Nicola Beller Carbone, ?ngel ?dena, Jorge de Le¨®n¡ Teatro de la Zarzuela. Del 27 de enero al 12 de febrero.
Se hablar¨ªa y se seguir¨¢ hablando de si era ¨®pera o zarzuela; pero era, sin duda, una obra l¨ªrica de alcance extraordinario para el panorama espa?ol, casi un milagro de los que hubo pocos en esas tres primeras d¨¦cadas en Espa?a.
Y, sin embargo, La villana no ha rozado siquiera la popularidad de Do?a Francisquita. ?Por qu¨¦? Cualquier respuesta invita a ahondar en detalles que quiz¨¢ relativicen la enorme talla de esta zarzuela grandiosa. Quiz¨¢ el tr¨ªo de protagonistas pequen de esa rigidez dram¨¢tica achacable a los motivos del Barroco literario espa?ol, la honra, por ejemplo, que quita ductilidad emocional a los personajes; el texto de Lope de Vega, quiz¨¢ demasiado respetado; o algunas cosas m¨¢s; pero es injusto que un t¨ªtulo as¨ª siga en segundo plano. Tambi¨¦n puede que le falte esa o esas romanzas que luego tararea todo el mundo, aunque no falten puntos l¨ªricos extraordinarios. En fin¡ misterios de nuestro torturado teatro l¨ªrico.
Quedar¨ªa otra dificultad: Vives propone cantantes de cuerpo entero; sue?a con una zarzuela profesional realizada con efectivos de nivel oper¨ªstico. Ahora parece casi normal esa exigencia, pero seguro que le ha afectado en su carrera marcada por la penumbra.
En la versi¨®n que dirige Miguel ?ngel G¨®mez Mart¨ªnez con buen pulso, destaca el tr¨ªo protagonista, la soprano Nicola Beller, el tenor Jorge de Le¨®n y el bar¨ªtono ?ngel ?dena (en el primer reparto, el del estreno), excelentes en general. La puesta en escena de Natalia Men¨¦ndez es sobria y cristalina, ha respetado la ¨¦poca, ?albricias!, y ese esp¨ªritu de campos de Castilla a los que contribuye una sabia iluminaci¨®n de Juan G¨®mez-Cornejo que consigue que casi sepamos que hora es en cada momento de la acci¨®n.
Y, en un ambiente de art¨ªstica camarader¨ªa, el Coro de la Zarzuela y el resto de secundarios se integran en estampas coloristas que el ojo disfruta. M¨¦rito mayor si nos atenemos a la enjuta selecci¨®n de colores que propone Nicol¨¢s Boni: blanco, negro con grises y oro de trigo vibrante que transmite aromas de pan y vino; el oro del campo de Castilla.
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