El Rey clausura el centenario de Cervantes, ¡°ejemplo de libertad y di¨¢logo¡±

Con la que cae por el mundo, tranquiliza y distingue escuchar en boca de un jefe de Estado esta clase de discursos: ¡°Recordar a Cervantes es recordar qui¨¦nes somos, de d¨®nde venimos y c¨®mo debemos esforzarnos d¨ªa a d¨ªa para hacer del mundo en que vivimos un lugar, en el mejor sentido de la palabra, m¨¢s cervantino, en el que se conjuguen siempre el di¨¢logo y la libertad¡±. Es lo que dijo el rey Felipe hoy, lunes, en la clausura del cuarto centenario de la muerte del autor del Quijote. Fue en el Palacio Real, con un espect¨¢culo presentado por la actriz Concha Velasco y coordinado por la directora de la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico, Helena Pimenta, en el que se mezclaron m¨²sica, teatro, poes¨ªa y lectura.

Era d¨ªa de balances. Sin que venza la euforia y para que se imponga el seso, a esta celebraci¨®n, que empez¨® renqueante, al final se le ha sacado partido gracias al esfuerzo com¨²n del Gobierno, las comunidades aut¨®nomas, las academias ¡ªlideradas por la RAE¡ª, el Instituto Cervantes y, sobre todo, compa?¨ªas teatrales, autores devotos del autor alcala¨ªno, la sociedad¡­ Entre todos se han puesto en pie millares de actos en todo el mundo e iniciativas, de las cuales, 500 han sido impulsadas desde la comisi¨®n de un centenario que comenz¨® su andadura con fuertes cr¨ªticas por una injustificada tardanza en sus comienzos.

Pero todo ha servido para que no decaiga, vino a proponer el rey Felipe. En la Casa del Rey han estado muy pendientes del desarrollo de los homenajes y han pedido implicaci¨®n en ellos. Quiz¨¢s por eso, el Monarca no quiso hablar de muerte, sino de vida y dejar patente la paradoja, aunque ilusionado porque d¨¦ comienzo, de ahora en adelante, el siglo de escritor: ¡°Si algo ha demostrado este a?o de conmemoraci¨®n es, como subraya el lema de este acto, que Cervantes vive. Y vive m¨¢s que nunca¡±. Vive su obra, vive su influencia y viven sus valores, remarc¨®: ¡°La sociedad que queremos construir para quienes vengan despu¨¦s de nosotros, no puede renunciar y debe aspirar, por encima de todo, a ser, en ese sentido, una sociedad cervantina. Especialmente en la libertad y el di¨¢logo; pero tambi¨¦n en la nobleza y generosidad de esp¨ªritu, para continuar la permanente e inacabada tarea de construir una sociedad mejor¡±.

El a?o Cervantes ha tenido una vocaci¨®n global para un espectro de 500 millones de hispanohablantes. Pero tambi¨¦n por la fuerza de icono universal del Quijote, traducido a decenas de lenguas en todo el mundo, pr¨¢cticamente desde su aparici¨®n en 1605. ¡°Todos formamos parte de ese camino y compartimos esa confianza: los espa?oles y nuestros hermanos de los dem¨¢s pa¨ªses hispanohablantes, con quienes, desde el orgullo de nuestro patrimonio cultural y ling¨¹¨ªstico com¨²n, hemos participado en esta celebraci¨®n. Y tambi¨¦n comparten con nosotros el patrimonio cervantino quienes, en todo el mundo, se identifican con el legado y el mensaje universal que nos dej¨® el autor¡±, asegur¨® el Rey.

El cierre de la conmemoraci¨®n cont¨® con varias actuaciones. Las del grupo Ron LaL¨¢ y su ca?era Cervantina. En ella revisaron una biograf¨ªa a la que a¨²n le atribuyen deudas de reconocimiento pendientes. Las musicales, a cargo del grupo Zarabanda, dirigido por ?lvaro Mar¨ªas. Una lectura de un poema de Antonio Colinas, ¨²ltimo ganador del Premio Reina Sof¨ªa y, para cerrar, el sobrecogedor y magistral repaso del ¨²ltimo cap¨ªtulo del Quijote le¨ªdo por Jos¨¦ Luis G¨®mez.

Con el epitafio del bachiller Sans¨®n Carrasco, incluido: ¡°Tuvo a todo el mundo en poco; fue el espantajo y el coco del mundo, en tal coyuntura, que acredit¨® su ventura morir cuerdo y vivir loco¡±.