La c¨¢rcel de las vi?etas
El c¨¦lebre dibujante Guy Delisle recrea en el c¨®mic 'Escapar' el largo secuestro que sufri¨® un activista franc¨¦s en Chechenia
Le salv¨® Napole¨®n. Y eso que el general hab¨ªa muerto hac¨ªa casi dos siglos. Sin embargo, regres¨® para una ¨²ltima haza?a: darle esperanza a Christophe Andr¨¦. En 1997, en su primera misi¨®n humanitaria, este activista franc¨¦s fue secuestrado y encerrado durante 111 d¨ªas en Chechenia. Esposado, sin certezas de salir vivo, hu¨ªa al menos con la fantas¨ªa. Un d¨ªa, por ejemplo, su mente se puso a repasar la batalla de Austerlitz, el triunfo quiz¨¢s m¨¢s extraordinario de Napole¨®n. Y as¨ª lo retrata el dibujante Guy Delisle en su c¨®mic Escapar. Historia de un reh¨¦n (Astiberri), donde repasa el cautiverio de Andr¨¦, sus agobios y sus estrategias para seguir adelante.
As¨ª, de repente, las p¨¢ginas de Delisle viajan por las llanuras de Austerlitz, entre ej¨¦rcitos y bayonetas. Son las pocas pausas que el artista concede sin embargo al lector, ya que el c¨®mic es una agobiante inmersi¨®n en tintes oscuros en el d¨ªa a d¨ªa de Andr¨¦. Las jornadas se hacen tan iguales como infinitas, la puerta se abre solo para una ducha o una sopa y el prisionero se agarra a su cerebro para no derrumbarse. ¡°Siempre me ha fascinado el tema del secuestro. ?C¨®mo lidias con ello? ?En qu¨¦ piensas? He le¨ªdo algunos libros y hay puntos en com¨²n: todos procuran mantener la cuenta de los d¨ªas, les asignan apodos a sus carceleros y se escapan con la imaginaci¨®n¡±, asevera Delisle (Qu¨¦bec, 1966).
Recuerdos del querido l¨ªder
En los noventa, Delisle fue enviado como animador ¡ªsu otra faceta profesional¡ª a trabajar en Corea del Norte y experiment¨® su delirante dictadura. El creador narr¨® su experiencia en su c¨®mic quiz¨¢s m¨¢s logrado, Pyongyang. "No ser¨ªa bueno volver, mientras siga la dictadura. Tampoco creo que les haya gustado mi tebeo y hay turistas que acaban en la c¨¢rcel", cuenta ahora.
La obra s¨ª gust¨® en Hollywood. Gore Verbinski iba a dirigir la adaptaci¨®n al cine, con Steve Carrell y producida por New Regency. Pero la crisis desatada por el filme La entrevista y las amenazas de los hackers norcoreanos en diciembre de 2014 llev¨® a cancelar el filme. Pero parece haber esperanza de verlo alg¨²n d¨ªa. "Han vuelto a comprar los derechos, pero no s¨¦ nada m¨¢s", revela Delisle. Y, finalmente, ante la provocaci¨®n de comparar el dictador de Corea del Norte y Marine Le Pen, responde: "Kim Jong-un es peor. Pero Le Pen es lo peor que le pueda pasar a Francia ahora".
El propio artista, en el fondo, era preso de este relato. Entrevist¨® a Andr¨¦ hace unos 15 a?os y prepar¨® un borrador. ¡°Era como una pel¨ªcula de acci¨®n, lleno de efectos. Y eso pod¨ªa dejar en segundo plano la historia. Quer¨ªa algo simple: un nombre secuestrado y su perspectiva¡±, recuerda. Adem¨¢s, Delisle pertenece a la corriente de pensamiento de Art Spiegelman, ganador del Pulitzer por el c¨®mic Maus: el l¨¢piz ha de servir a la trama. ¡°Mis p¨¢ginas no son s¨²perbonitas. El c¨®mic es una narraci¨®n, y las vi?etas apoyan la historia. Nunca colgar¨ªa mis dibujos en una pared¡±.
As¨ª que Escapar qued¨® apartado. Y Delisle se hizo famoso. Vivi¨® en distintos rincones del mundo, los observ¨® con los ojos fascinados del intruso occidental y lo narr¨® en cuatro celeb¨¦rrimas novelas gr¨¢ficas: Shenzhen, Pyongyang, Cr¨®nicas Birmanas y Cr¨®nicas de Jerusal¨¦n (todas ellas publicadas por Astiberri). Tras la ¨²ltima, retrat¨® en Gu¨ªa del mal padre sus fracasos cotidianos como progenitor. Y se encontr¨® de nuevo frente a Escapar: ¡°Si no lo hac¨ªa ahora, tendr¨ªa que borrarlo de mi memoria¡±.
Entonces acept¨® el reto. Doble, porque supon¨ªa varios cambios en su estilo. Por primera vez, el protagonista no ser¨ªa ¨¦l mismo. ¡°Estoy acostumbrado a contar mis propias situaciones embarazosas. Intent¨¦ centrarme en los peque?os detalles, que es lo que me suele gustar. No ten¨ªa ni idea de si Christophe hab¨ªa dicho exactamente lo que yo dibujaba, as¨ª que cada 10 p¨¢ginas le enviaba el material¡±, rememora el creador. Este daba su visto bueno, y Escapar continuaba. Aunque los seguidores de Delisle tampoco encontrar¨¢n aqu¨ª otra marca de la casa: ¡°Siempre necesito el humor. Pero en esta historia no hab¨ªa espacio para ello¡±. Aun as¨ª, el artista no puede evitar un pu?ado de gui?os c¨®micos. ¡°Me gustar¨ªa que los lectores me recordaran como un autor que los ha hecho divertir y les ha ense?ado algo¡±, reconoce.
Pese a tantos cambios, Delisle no cree haber cruzado un punto de inflexi¨®n. ¡°Era un relato especial para m¨ª. Y te puedes identificar. Conozco historias incre¨ªbles, por ejemplo de alguien que acab¨® fumando opio con el traductor del Dalai Lama, pero son tan ex¨®ticas que nunca te pasar¨ªan¡±, afirma Delisle. Eso s¨ª, la fuente de la que saca sus p¨¢ginas sigue siendo la misma: el mundo de las ONG, ya que su mujer fue enviada por M¨¦dicos sin Fronteras a Myanmar o Israel, Delisle la acompa?¨® y lo convirti¨® en un tebeo.
Aquella etapa, al parecer, se termin¨®. Y con ella sus c¨®mics de viajes. ¡°He hecho cuatro libros sobre las diferencias culturales entre pa¨ªses. Es un proceso largo: pasas un a?o all¨ª, vuelves, preparas un tebeo. ?ltimamente estuve en Vietnam pero al regresar no ten¨ªa mucho que contar. ?Y si me pasara de nuevo? Y mis dos hijos son la otra raz¨®n¡±, cuenta. As¨ª que el futuro por ahora prev¨¦ una serie animada de Gu¨ªa del mal padre.
?Y los c¨®mics? Delisle celebra el sector: ¡°En Francia solo en el mes en que sali¨® Escapar se editaron otras 300 obras¡±. ?l pertenece adem¨¢s al selecto club de los que lo viven del tebeo. Y no solo. Su obra no deja de regalarle satisfacciones: ¡°Hay maestros que usan mis libros en clase para explicar historia o religi¨®n¡±. Con las vi?etas, los ni?os pueden aprender del conflicto ¨¢rabe-israel¨ª o sobre el budismo. Y, ahora, escaparse hasta la batalla de Austerlitz.
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