Robert Frank, singular e inimitable

¡°Ed, soy famoso. ?Ahora qu¨¦?¡±, escrib¨ªa Robert Frank (Z¨²rich, 1924) a su amigo Edward Grazda a comienzos de los setenta. Refugiado con su segunda mujer, June Leaf, en una remota aldea minera de Nueva Escocia, al norte de Canad¨¢, el esquivo fot¨®grafo suizo intentaba cerrar las puertas a la fama, fiel a su credo de outsider. Llevaba ya m¨¢s de diez a?os dedicado plenamente a su otra pasi¨®n: el cine. Su famoso libro The Americans hab¨ªa alterado no solo su vida, sino tambi¨¦n el curso de la fotograf¨ªa. Publicado en 1958 en Francia por Robert Delpire, revolucion¨® el lenguaje tradicional del reportaje. Tardar¨ªa unos a?os en convertirse (junto con El Momento Decisivo, de Cartier-Bresson) en el libro de fotograf¨ªa m¨¢s influyente del siglo XX, pero la reacci¨®n de Frank no se dej¨® esperar: en 1959 guard¨® su Leica.

¡°Una decisi¨®n: pongo mi Leica en un armario. Harto de estar a la espera, persiguiendo, a veces captando la esencia del blanco y negro, el conocimiento de d¨®nde est¨¢ Dios. Hago pel¨ªculas. Ahora hablo a la gente que aparece en mi visor. No es f¨¢cil, ni especialmente exitoso¡±, escrib¨ªa Frank. Hu¨ªa del arte que le hab¨ªa dado la gloria. Aun as¨ª, The Americans seguir¨¢ marcando a las generaciones venideras. As¨ª lo entiende la Fundazione Forma Per la Fotograf¨ªa con la muestra Gli Americani di Robert Frank, que expone, por primera vez en Mil¨¢n, esta oda a Am¨¦rica cuya fuerza po¨¦tica y provocadora permanece 60 a?os despu¨¦s.

Al tiempo, el Museum der Moderne de Salzburgo exhibe Robert Frank: Books and Films, 1947- 2016, una exhibici¨®n experimental que se expone por distintas partes del mundo desde 2014 y recorre la trayectoria art¨ªstica del autor suizo a trav¨¦s de sus im¨¢genes m¨¢s influyentes, junto con sus pel¨ªculas y sus libros. Las fotograf¨ªas se exhiben impresas en hojas de papel de peri¨®dico que alcanzan los cuatro metros de ancho. Dichas impresiones ser¨¢n destruidas al finalizar la exposici¨®n. ¡°R¨¢pido, barato y sucio¡±, tal como Frank lo describe.

¡°Las obras no deben estar siempre enmarcadas de forma cara y elaborada. Tampoco deben ser siempre copias vintage u originales, las cosas se pueden hacer de forma experimental. La obra de Robert Frank no solo lo resiste sin problema, sino que parece encajar especialmente bien dentro de esta forma de presentaci¨®n¡±, se?ala el editor y comisario invitado de la muestra, Gerhard Steidl. Es precisamente su sello editorial, Steidl, el que bajo una cuidada y exquisita presentaci¨®n publica Robert Frank, Film Works, que incluye 8 DVD, los cuadernos de Me & My Brother y Pull My Daisy y el libro Frank Films, editado por Brigitta Burger-Utzer and Stefan Grissemann, que aborda la poco conocida obra cinematogr¨¢fica del fot¨®grafo.

Am¨¦rica, con su inmensidad geogr¨¢fica y la diversidad de sus habitantes, vislumbraba una promesa de libertad para este joven jud¨ªo. En Nueva York comparti¨® cuarto oscuro con Louis Faurer, colaborando con las principales revistas del momento, como Life, donde sus arriesgadas im¨¢genes eran frecuentemente rechazadas por los directores de arte y editores. Viaj¨® por Europa; Par¨ªs, Valencia, Londres. Mostr¨® sin remilgos la crudeza de la vida de los mineros galeses. M¨¢s tarde fue a Per¨². En 1955 obtuvo la beca Guggenheim; durante nueve meses iba a deambular por las carreteras y las aceras de Estados Unidos en un periplo que terminar¨ªa dando a conocer Am¨¦rica a los americanos.

The Americans comienza con una mujer blanca que se esconde tras una bandera americana (la Am¨¦rica oculta) y termina con una imagen en la que Mary, su mujer, y su hijo Pablo descansan dentro de su coche (la melanc¨®lica mirada de Mary vista a trav¨¦s del parabrisas funciona como s¨ªmbolo del aislamiento del hombre de su entorno), con 83 im¨¢genes entre medias. ¡°Robert Frank, suizo, discreto, amable, con esa peque?a c¨¢mara, que levanta y dispara con una mano, se trag¨® un triste poema desde la misma Am¨¦rica y lo pas¨® a fotograf¨ªa, haci¨¦ndose un sitio entre los grandes poetas tr¨¢gicos del mundo¡±, escribir¨ªa Jack Kerouac en el pr¨®logo.

Frank hab¨ªa captado el ritmo emocional de la Am¨¦rica de la posguerra, mostrando aquello que se escond¨ªa detr¨¢s del sue?o americano; un pueblo dividido, la realidad de los m¨¢s desfavorecidos, de los negros, de los olvidados, o marginados, quedaba al descubierto tras sus furtivas y melanc¨®licas miradas. Su provocadora obra desafiaba a la tradici¨®n documental de la fotograf¨ªa a trav¨¦s de una mirada muy personal, donde lo metaf¨®rico se mezclaba con lo real. Adem¨¢s, conllevaba una nueva est¨¦tica, t¨¦cnicamente inaceptable. La revista Practical Photography la descalificaba por su ¡°emborronamiento sin sentido, su grano, sus exposiciones enfangadas, sus horizontes ebrios y su desali?o en general¡±. ?A Frank no solo se le calificaba de antiamericano, sino tambi¨¦n de antifot¨®grafo.

Frank retomar¨ªa la fotograf¨ªa en 1971. La muerte de su hija Andrea en un accidente a¨¦reo y el suicidio de su hijo Pablo, aquejado de esquizofrenia, en 1994 marcar¨ªan definitivamente su vida. Su faceta de cineasta underground permaneci¨® pr¨¢cticamente desconocida para el gran p¨²blico, no habiendo encontrado el ¨¦xito deseado en este campo. A pesar de ello directores como Richard Linklater y Jim Jarmusch no dudan en considerarle el padrino del cine independiente americano personal y alaban su b¨²squeda de una narrativa fuera de lo convencional. Entre su compleja obra, sus pel¨ªculas m¨¢s conocidas son Pull My Daisy (1959) y Me and My Brother (1969). Ambas dan voz a la llamada generaci¨®n beat. ¡°Fue maravilloso caer en un grupo como este¡±, declaraba el artista en una entrevista con The New York Times en 2014. ¡°Los observabas vivir, y era algo tan distinto de lo que has visto. Su arte, su vida sexual, la verdad en la que cre¨ªan y predicaban y de la que escrib¨ªan. Ginsberg era un verdadero profeta. Ve¨ªa una Am¨¦rica distinta y m¨¢s tolerante¡±.

¡°?C¨®mo acercarse a un artista que repetidamente ha evitado a todos y a todo, incluyendo la interpretaci¨®n y el examen cr¨ªtico?", se pregunta Stefan Grissemann en Robert Frank Films. ¡°Robert Frank solamente ha hecho frente a una cosa: a ¨¦l mismo. Esto se evidencia en su obra, sus pel¨ªculas y mucho m¨¢s en su fotograf¨ªa... Trabaj¨® ajeno a las modas o las escuelas, su arte brot¨® literalmente de s¨ª mismo y para s¨ª mismo, es esta la raz¨®n por la que es tan singular e inimitable¡±.

¡°Hago siempre las mismas im¨¢genes. Siempre intento mirar fuera, en un intento de ver dentro. Intento decir algo que sea verdad. Pero quiz¨¢s nada sea verdaderamente real. Excepto de lo que est¨¢ ah¨ª afuera. Y lo que est¨¢ ah¨ª afuera es siempre diferente¡±, conclu¨ªa el fot¨®grafo en el documental Fire in The East, dirigido por Philip Brokman en 1986.

Gli Americani di Robert Frank. Fundazione Forma Per la Fotograf¨ªa. Forma Meravigli. Mil¨¢n, Italia. Hasta el 19 de febrero.

Robert Frank: Books and Films, 1947-2016. Museum der Moderne Salzburg, Salzsburgo, Austria. Hasta el 29 de marzo. ?

Robert Frank, Film Works, Steild. 150 euros.