Vamos a estrenar mentiras¡
Todos hacen lo que mejor saben hacer y se nota en la gran calidad de los ingredientes
Dicen Elena Mendoza y Matthias Rebstock en el programa de mano: ¡°Componer una ¨®pera hoy en d¨ªa significa hasta cierto punto reinvent¨¢rsela como g¨¦nero¡±. Tienen raz¨®n, incluso sobra el ¡°hasta cierto punto¡±. Pero, ?qui¨¦n inventa un g¨¦nero? Los g¨¦neros son convenciones colectivas y los artistas actuales no tienen f¨¢cil confrontarse con ese colectivo imaginario que da cuerpo a la convenci¨®n: el p¨²blico.
?Qui¨¦n invent¨® el w¨¦stern o el g¨¦nero policiaco? Reinventar la ¨®pera es otra de las mentiras que pueblan la ciudad que retratan Mendoza y su colaborador Rebstock, siguiendo la imaginaci¨®n de Onetti. Y parecen conscientes, ya que el equipo que pone en escena este ¡°teatro musical¡± forma pi?a. Ya presentaron, y se vio en Madrid, aquella Niebla unamuniana de gran poder sugestivo.
En esta Ciudad de las mentiras la compositora se pone el traje de asistente del director esc¨¦nico, este lo hace con la partitura e incluso los siete formidables m¨²sicos que est¨¢n en escena aparecen como algo diferente. M¨¢s que hablar del mil veces llamado ¡°espect¨¢culo total¡±, el teatro musical que conciben Mendoza y Rebstock es una apoteosis de la meta¨®pera, todo remite a otra cosa.
LA CIUDAD DE LAS MENTIRAS
Teatro musical en quince escenas. M¨²sica: Elena Mendoza. Libreto y colaboraci¨®n musical: Matthias Rebstock. Basado en cuatro cuentos de Juan Carlos Onetti. Direcci¨®n musical: Titus Engel. Direcci¨®n de escena: Matthias Rebstock. Reparto: Katia Guedes, Laia Falc¨®n, Anne Landa, Anna Spina, Graham Valentine, David Luque¡ M¨²sicos en escena: ??igo Giner Miranda, piano; Miguel P¨¦rez I?esta, clarinete; Martin Posegga, saxof¨®n; Wojciedh Garbowski, viol¨ªn; Erik Borgir, violonchelo. Orquesta Titular del Teatro Real. Estreno absoluto. Encargo y nueva producci¨®n del Teatro Real. 20, 21, 23, 24 y 26 febrero.
Como el p¨²blico no ha sido convocado para cerrar el acuerdo de reinvenci¨®n, puede estar o no de acuerdo con la propuesta, pero es innegable que es coherente. Todos hacen lo que mejor saben hacer y se nota en la gran calidad de los ingredientes: la sugestiva inspiraci¨®n de los cuatro cuentos de Onetti, sabiamente elegidos, la interacci¨®n metaf¨®rica de las ideas y la extraordinaria calidad de las aportaciones de todo el equipo art¨ªstico.
?Hay alg¨²n pero en este plato de alta cocina? Eso debe decirlo el p¨²blico para el que esta ¡°¨®pera¡± es, en suma, una propuesta abstracta con todas sus consecuencias, y ese es el terreno m¨¢s endiabladamente dif¨ªcil para ¡°reinventar la ¨®pera¡±. Casi se echa en falta al gran mentor de este encargo, Mortier, pontificando sobre las bondades de la modernidad y reprochando la falta de nivel de quien lo niegue. ?Qui¨¦n duda de que una ¨®pera titulada La ciudad de las mentiras podr¨ªa ser casi el lema de su concepto de la ¨®pera?
En rigor, este espect¨¢culo se rige por las reglas del teatro musical de vanguardia, la huella de Kagel no est¨¢ lejos. Hay momentos memorables en este sentido, como los juegos de percusi¨®n de la partida de domin¨® o el impagable camarero, cuyo aire chaplinesco en el n¨²mero de poner la mesa resulta magistral con la complicidad de unos m¨²sicos en los que se huele el trabajo de taller. Pero hay no pocos momentos tediosos, quiz¨¢ resultado de un a priori respecto a una historia que se hace larga desde la ¨®ptica de la deconstrucci¨®n m¨¢s absoluta. Adem¨¢s, que en hora y media apenas se canten unos minutos tiene algo de provocaci¨®n en el ¡°reaccionariado¡± del Real. Este espect¨¢culo programado en el Festival de Oto?o habr¨ªa seducido. Pero el Real¡
En todo caso, el equipo art¨ªstico es excelente y la simbiosis entre ellos es tan grande que parece injusto destacar a nadie; desde la compositora, magistral en lo que sabe hacer, hasta cualquier miembro del grupo.
Babelia
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