Retrato humano en guerra
El objetivo: un m¨¢s que digno entretenimiento del b¨¦lico cl¨¢sico, y la estampa colectiva de unos seres a la deriva
ZONA HOSTIL
Direcci¨®n: Adolfo Mart¨ªnez.
Int¨¦rpretes: Ariadna Gil, Ra¨²l M¨¦rida, Roberto ?lamo, Antonio Garrido, Ingrid Garc¨ªa Jonsson.
G¨¦nero: b¨¦lico. Espa?a, 2017.
Duraci¨®n: 95 minutos.
En el cine b¨¦lico el paisaje f¨ªsico y el paisaje humano se suelen unir para acabar conformando un retrato del individuo en condiciones adversas; el dibujo de un sujeto como integrante de una microsociedad, cuya actuaci¨®n individual en pos de la comunidad igual puede llevar a la muerte que salvar vidas. La dependencia mutua, junto a ciertos valores normalmente asociados al militarismo como el honor y la solidaridad, queda reflejada en el relato, y en esos lazos de uni¨®n entre personas no pocas veces residen los mejores momentos de las pel¨ªculas. La tralla y la acci¨®n son importantes; los hombres y mujeres, sus interioridades morales, y su interrelaci¨®n, lo son a¨²n m¨¢s.
Zona hostil, debut como director de largometrajes del espa?ol Adolfo Mart¨ªnez, con amplia experiencia en Hollywood en departamentos art¨ªsticos y como director de segunda unidad (de Alien: Resurrecci¨®n a Terminator: Salvation), aboga por esa fusi¨®n entre el hombre y la tierra, y entre compa?eros que a veces no parecen serlo tanto. Como en la notable 1898: Los ¨²ltimos de Filipinas, la pel¨ªcula destaca en dos aspectos: una excelente producci¨®n, y un magn¨ªfico retrato de grupo. Desde la, en cierto modo, fundacional Guerreros (Daniel Calparsoro, 2002), el cine espa?ol ha comprendido que la madurez y la fortaleza son claves en el cine b¨¦lico: la madurez interpretativa, y aqu¨ª la hay, y la fortaleza narrativa y de producci¨®n. Unas virtudes que, adem¨¢s, deben expresarse en apenas unas pinceladas, porque no hay tiempo para desplegar grandes teor¨ªas sobre los personajes ni sobre el relato, lo que provoca que si te quedas corto caes en el clich¨¦, y si te pasas, te derrumbas en lo ret¨®rico.
Sin mayores alardes, pero con eficacia, el guion de Luis Arranz y Andr¨¦s M. Koppel, ambientado en una misi¨®n de rescate del ej¨¦rcito espa?ol en Afganist¨¢n, acude a ciertas dualidades que, sin hundirse en el trazo grueso, otorgan validez al conjunto: ej¨¦rcito-ONG; guerra-salvamento; adrenalina-paz interior. Un hecho real de car¨¢cter ¨¦pico a la medida del ej¨¦rcito espa?ol: rescatar de en medio del desierto un helic¨®ptero que "a¨²n puede salvar vidas", a pesar de estar destrozado en algunas partes, frente al acoso de la insurgencia. Parece rid¨ªculo, pero no lo es, porque siempre hay existencias en juego, de un lado y del otro. Y con un muy buen manejo de la tensi¨®n y del suspense, aunque con unos mejorables montaje y puesta en escena en las secuencias de acci¨®n pura y dura, Mart¨ªnez dirige a su pel¨ªcula hasta el gran objetivo: el m¨¢s que digno entretenimiento del b¨¦lico cl¨¢sico, y la estampa colectiva de unos seres a la deriva.
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