S¨¢bado a la noche

Hay algo parad¨®jico, o quiz¨¢ profundamente l¨®gico, en que fuera precisamente una v¨ªspera de domingo cuando falleciera el hombre que mejor retrat¨® el s¨¢bado por la noche en sus canciones. Hasta que apareci¨® Chuck Berry, el rock¡¯n¡¯roll ten¨ªa pasi¨®n, ten¨ªa temas propios y una ret¨®rica, pero no dispon¨ªa de los elementos necesarios para crear una po¨¦tica propia. Y Chuck Berry se los dio.

No hay que verlo como un descubrimiento ad¨¢nico, sino como la perspicacia de una mente art¨ªstica astuta y genial. Lo que hizo fue analizar c¨®mo contaba las cosas aquel blues del que era aficionado y trasladar esos modos a las letras de su rock. En 10 a?os, entre 1955 y 1965, estableci¨® los rasgos b¨¢sicos de la comedia humana que conformar¨ªan esa mitolog¨ªa llamada rock¡¯n¡¯roll. Hablaba de la pubertad que descubre el cuerpo en Sweet Little Sixteen, del d¨ªa de paga y los vagabundeos adolescentes en No Particular Place To Go, de la desfachatez antiacad¨¦mica en Roll Over Beethoveen, de la rutina educativa en School Days. Podr¨ªamos seguir, porque sus letras son generosas de cara al an¨¢lisis filol¨®gico. Berry quiz¨¢ no lo supiera, pero era principalmente un literato. En Misuri existi¨® el primer instituto de secundaria para afroamericanos y all¨ª estudi¨® junto a Tina Turner. Como era algo mayor que el p¨²blico de sus canciones, pod¨ªa adem¨¢s radiografiarlo con cierta distancia ir¨®nica. La picard¨ªa propia de Charles Edwards y los dobles sentidos del blues acabaron de cocinar una receta po¨¦tica irresistible que alimentar¨ªa al rock durante el medio siglo siguiente.

La biolog¨ªa tiene a veces unos caprichos que semejan llenos de significado. La noche del s¨¢bado en que muri¨® Charles Edward Anderson Berry era aqu¨ª la v¨ªspera del d¨ªa del padre. Sin ¨¦l, probablemente hubieran sido imposibles Bob Dylan, Ray Davies o Lou Reed. Fue el primero que us¨® el rock para contar por entregas y con ojo cr¨ªtico todo lo que ve¨ªa a su alrededor. De una manera m¨¢s modesta pero veraz, tengo el convencimiento de que Pepe Risi, Kiko Veneno, Rosendo Mercado o yo mismo no habr¨ªamos escrito ni una l¨ªnea de la misma manera de no haber existido antes el patriarca Chuck.

Sabino M¨¦ndez es compositor, guitarrista y escritor.