Miguel Falomir: ¡°Lo del ¡®Guernica¡¯ es asunto cerrado¡±
El nuevo director del Museo del Prado descarta reclamar el cuadro de Picasso al Reina Sof¨ªa y alerta de la masificaci¨®n y envejecimiento de las visitas
Miguel Falomir?(Valencia, 1966) ha tomado hoy, martes, posesi¨®n como nuevo director del Museo del Prado, en sustituci¨®n de Miguel Zugaza, quien deja el puesto tras 15 a?os y parte a dirigir el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Falomir, hasta ahora director adjunto de Conservaci¨®n e Investigaci¨®n de la pinacoteca, es experto en pintura italiana del Renacimiento y lleg¨® al cuerpo de conservadores del Prado hace 20 a?os. En esta entrevista con EL PA?S, el nuevo m¨¢ximo responsable del museo admite que el asunto de la posible reclamaci¨®n del Guernica de Picasso al Reina Sof¨ªa, por la que luch¨® su predecesor, es "un asunto cerrado", y alerta contra la masificaci¨®n del museo y el envejecimiento en la edad media del visitante.
Pregunta. ?Por qu¨¦ dijo no la primera vez que le propusieron dirigir El Prado?
Respuesta. Porque asumir la direcci¨®n de este museo es un reto que te cambia la vida. Lo rechac¨¦ sobre todo porque yo estaba muy contento haciendo de historiador del arte y no me ve¨ªa haciendo de gestor¡
P. ?Qu¨¦ le hizo cambiar de opini¨®n?
R. Gente de mi entorno me dijo que estaba adoptando una postura muy maximalista, que no ten¨ªa por qu¨¦ suponer un abandono traum¨¢tico de esa actividad. Me dijeron que lo que quer¨ªan en realidad era un liderazgo intelectual para El Prado.
En un tiempo en el que se proclama que la econom¨ªa va mejor, ser¨ªa dif¨ªcil no justificar que la partida del Prado aumentara
P. Dirigir este museo requiere la triple condici¨®n de cient¨ªfico, gestor administrativo¡ y un poco pol¨ªtico. Miguel Zugaza demostr¨® tenerlas. ?Usted se siente capaz de desarrollar las tres?
R. Yo no voy a ser un clon de Miguel Zugaza, porque cada uno es como es y porque somos bastante distintos. En la parte intelectual creo haber demostrado que tengo cierta solvencia. Las otras dos partes¡ me temo que va a ser una cuesti¨®n de darme el beneficio de la duda. Soy consciente de que nunca he tenido que lidiar con situaciones pol¨ªticas. Y como gestor, no voy a enga?ar a nadie, mi experiencia es limitada. Yo he sido un director adjunto de investigaci¨®n, y ha habido una directora adjunta, Marina Chinchilla, que es la que lleva la parte de la gesti¨®n.
P. Entonces, en la gesti¨®n, ?va a mantener el equipo actual?
R. Una de las cosas que tuve claras cuando pens¨¦ en asumir la direcci¨®n fue hablar con Marina Chinchilla y estar seguro de que ella continuar¨ªa. Ella me dijo que s¨ª.
P. ?Y la direcci¨®n adjunta de conservaci¨®n, que ocupaba usted?
Deber¨ªamos dejar claro y por escrito c¨®mo debe ser el proceso de selecci¨®n del nuevo director
R. La ocupar¨¢ Andr¨¦s ?beda, que hasta ahora ha sido el jefe del ¨¢rea de pintura italiana y francesa.
P. ?Qu¨¦ papel exacto jug¨® el presidente del Patronato, Jos¨¦ Pedro P¨¦rez-Llorca, en la oferta de que usted dirigiera El Prado?
R. Bueno, P¨¦rez-Llorca me ofreci¨® el puesto y yo le dije: ¡°Mira, si dentro de diez a?os me lo puedes volver a pedir¡¡±. Le dije que no estaba interesado.
P. Es de suponer que en su definitivo s¨ª habr¨¢ habido un intercambio de cromos¡ y que en tiempos de recortes le habr¨¢n prometido¡ ?qu¨¦ le han prometido?
R. Hay un compromiso del Ministerio de Cultura de que el museo mejore. Y en un tiempo en el que se est¨¢ proclamando que la econom¨ªa va mejor, ser¨ªa dif¨ªcil no justificar que la partida presupuestaria del Prado aumentara.
P. El pacto parlamentario del 95 garantiz¨® que El Prado no fuera objeto de vaivenes pol¨ªticos, pero siempre existe la tentaci¨®n¡ ?es usted intransigente ante eso, El Prado no se toca?
R. Ser¨¦ intransigente en la autonom¨ªa del museo. Uno de los grandes problemas de este pa¨ªs es la falta de seriedad institucional. Aqu¨ª los individuos tienen m¨¢s importancia que las instituciones, todo depende del pol¨ªtico de turno. Pero lo importante son las instituciones.
P. Se dijo que las relaciones entre Zugaza y P¨¦rez-Llorca pudieron estar en la base de la renuncia del primero. ?Cree que fue as¨ª? Dicho de otro modo: ?cree que hay luchas de poder en El Prado?
R. Yo creo que no. Lo que s¨ª hay aqu¨ª es distintos colectivos y cada uno tiene unas competencias, y hay momentos en que no est¨¢ claro d¨®nde acaban las de unos y donde comienzan las de otros. Yo entr¨¦ aqu¨ª hace veinte a?os y al llegar me dijeron que me iban a caer cuchillos por todas partes. Y esto ahora est¨¢ m¨¢s tranquilo.
P. Una de las primeras decisiones que habr¨¢ que tomar es la elecci¨®n de entre las dos posibles fachadas del proyecto de Foster para la nueva ampliaci¨®n del museo en el Sal¨®n de Reinos, una abierta y la otra cerrada. ?Usted por cu¨¢l se decanta?
No me gust¨® c¨®mo se ve¨ªa la exposici¨®n de El Bosco, tengo mis dudas de que alguien pudiera disfrutar con aquello
R. Pues cuando las vi, sinceramente me gustaba m¨¢s la abierta. Y me sigue gustando m¨¢s, aunque le veo ventajas a la cerrada, que bueno, es un falso cierre. La decisi¨®n est¨¢ a punto de tomarse, y evidentemente no soy yo el ¨²nico que la tomar¨¢.
P. Los estudios de Norman Foster y Carlos Rubio tuvieron que superar un concurso para hacerse con el proyecto. No es su caso, usted no fue elegido por concurso, lo que gener¨® cierta controversia. ?Usted qu¨¦ opina de esto?
R. Nadie pens¨® que Zugaza pod¨ªa irse del museo. Y por lo tanto, nadie pens¨® en la sucesi¨®n. Cuando ¨¦l anunci¨® que se iba, no se sab¨ªa c¨®mo hab¨ªa que hacerlo. De hecho, hubo que encargar un dictamen a la abogac¨ªa del Estado para ver si hab¨ªa que adoptar o no el C¨®digo de Buenas Pr¨¢cticas. Y el informe dijo que no se pod¨ªa adoptar. Desde luego, ahora deber¨ªamos dejar claro y por escrito c¨®mo debe ser el proceso de selecci¨®n del nuevo director, para que todos sepamos a qu¨¦ atenernos. A m¨ª no me habr¨ªa importado nada que hubiera habido un concurso.
P. Su predecesor nunca escondi¨® la ambici¨®n de poder llevar un d¨ªa el Guernica de Picasso al Prado. ?Y usted?
R. El Guernica es una de las grandes obras del siglo XX y tiene un especial significado para los espa?oles. Y su autor era director honorario del Prado cuando lo pint¨®. Dicho esto, creo que el lugar del Guernica es el Museo Reina Sof¨ªa. Tiene que estar ah¨ª. Y me gustar¨ªa, durante el tiempo en que yo est¨¦ de director, evitar cualquier tipo de conflicto con otras instituciones culturales. El Prado tiene unas colecciones que le permiten no tener que contar con el Guernica. Para m¨ª es un asunto cerrado.
P. ?Y el arte contempor¨¢neo? ?Entrar¨¢ definitivamente en El Prado, no casi como pidiendo perd¨®n, como hasta ahora, sino con todas las de la ley?
R. El arte contempor¨¢neo tiene que ser fundamental en El Prado. Nuestra obligaci¨®n es procurar a la gente aproximaciones contempor¨¢neas a nuestras colecciones. Hay que dar cabida a sensibilidades y otras formas de expresi¨®n distintas, los c¨®mics, por ejemplo. Hay que ampliar la base social del visitante, porque hay un claro envejecimiento de la edad media de nuestro visitante.
P. Eso supone un gran cambio de mentalidad.
R. Es que El Prado es una instituci¨®n decimon¨®nica que en muchos aspectos sigue teniendo una concepci¨®n decimon¨®nica. Seguimos teniendo una distribuci¨®n por escuelas nacionales porque el museo naci¨® en el siglo del nacionalismo, pero estamos en una sociedad cada vez m¨¢s compleja en lo social, en lo racial¡ y esa sociedad demanda nuevas narraciones que tenemos que darle, y si no, nos convertiremos en un museo en el sentido m¨¢s peyorativo del t¨¦rmino.
P. ?Est¨¢ pensando en una reordenaci¨®n de colecciones exentas de ese ingrediente de escuela nacional?
R. Adaptar concepciones racionalistas y acad¨¦micas es muy did¨¢ctico, pero tambi¨¦n es traicionar a la gente. Fue muy importante organizar la Galer¨ªa Central tal y como lo decidi¨® Miguel Zugaza, con la tradici¨®n veneciana, Rubens y en medio, Vel¨¢zquez, salt¨¢ndose cronolog¨ªas y escuelas. Es una reacci¨®n de protesta contra el academicismo.
P. ?C¨®mo evitar la posibilidad de que un museo como este pueda morir de ¨¦xito? ?C¨®mo seguir organizando esas exposiciones magn¨ªficas pero sin esa masificaci¨®n tremenda?
R. Vivimos una ¨¦poca en la que los grandes museos son, adem¨¢s de grandes instituciones culturales, grandes destinos tur¨ªsticos. Eso genera problemas. A m¨ª no me gust¨® c¨®mo se ve¨ªa la exposici¨®n de El Bosco, tengo mis dudas de que alguien pudiera disfrutar con aquello. Y me sorprende que hubiera tan pocas quejas. Uno de los grandes desaf¨ªos es ese, c¨®mo compaginar la asistencia masiva con lo que debe ser el disfrute de la visita. Y es rid¨ªculo cifrar el ¨¦xito de una gesti¨®n en los n¨²meros.
Babelia
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