Tras las huellas del amor prohibido
¡®Blackbird¡¯, obra del escoc¨¦s David Harrower sobre las relaciones de una ni?a y un adulto, sube a escena de la mano de Irene Escolar y Jos¨¦ Luis Torrijos
?Qu¨¦ hace cada uno con su dolor? Ella quiso pisar los ojos que una vez le hab¨ªan mirado, las manos que¡, pero no pudo y aqu¨ª est¨¢ hoy, hurgando en el pasado. ?l cambi¨® de nombre, de ciudad, tiene un trabajo respetable y una pareja. Ella se sigue llamando Una, nunca se mud¨® de casa ni de calle, perdi¨® a sus amigos y sigue soportando el escarnio de los vecinos. Una mujer fantasma que hoy, quince a?os despu¨¦s, revive esa cama de hotel, ese televisor y esa ventana al mar de cuando era una ni?a y ¨¦l, un hombre adulto, la dese¨® y am¨® con delirio. Blackbird, una obra conmovedora del autor escoc¨¦s David Harrower, se estrena por primera vez en espa?ol en un montaje del Festival de Oto?o en Primavera dirigido por Carlota Ferrer e interpretado por Irene Escolar y Jos¨¦ Luis Torrijos.
Es un texto controvertido y nada f¨¢cil el de Blackbird, un encargo del Festival de Edimburgo a Harrower que estren¨® en 2005, premio Laurence Olivier 2007 a la mejor obra nueva, que desde entonces se ha representado por todo el mundo y que Lluis Pasqual dirigi¨® hace cuatro a?os en el Lliure con Jordi Bosch y Bea Segura. Con ecos de tragedia, este viaje para saldar una antigua deuda de amor entra directamente en el territorio del conflicto, un conflicto que no solo sucede en escena sino que se apodera del patio de butacas. Las preguntas y las dudas se suceden a lo largo de la hora y media de espect¨¢culo, hermoso y terrible al mismo tiempo, todo un combate verbal en un ¨²nico espacio. ?Es amor lo que sinti¨® aquel hombre por la ni?a de doce a?os? ?Fue ella la que le busc¨®? ?Pudo ¨¦l parar el enamoramiento est¨²pido de esa chiquilla solitaria y triste? ?Por qu¨¦ no lo hizo? ?Estamos hablando de amor o es pura podredumbre? ?La prisi¨®n acaba con la culpa?
Carlota Ferrer sabe que Blackbird supone un punto de inflexi¨®n en su carrera. Esta actriz, directora y bailarina entronca la historia de Harrower dentro de la tradici¨®n literaria de los amores prohibidos, El maestro constructor (henrik Ibsen), Muerte en Venecia (Thomas Mann) o Lolita de Nabokov. ¡°Harrower tensa los l¨ªmites de la moral a trav¨¦s de dos personajes en cuyo interior palpita la vieja historia de un amor no resuelto. Es un texto que habla de c¨®mo uno puede ser al mismo tiempo v¨ªctima y verdugo, desaf¨ªa los tab¨²es de la sociedad e invita a reflexionar, a revisitar todo. Es una obra que pone sobre la mesa el tema de la culpa y de la fragilidad a la hora de juzgar a nadie¡±, explica Ferrer, para quien el autor escoc¨¦s ahonda adem¨¢s en la vulnerabilidad del amor.
Fue la actriz Irene Escolar quien hace a?os compr¨® los derechos de la obra para representarla en teatro en espa?ol. Tras varios intentos frustrados, ha sido la Comunidad de Madrid, a trav¨¦s del Festival de Oto?o en Primavera, y el Teatro Pav¨®n Kamikaze, quienes han apoyado finalmente este montaje de gran tragedia contempor¨¢nea que se estrena ma?ana en la sala madrile?a. ¡°Es un proyecto que supone algo nuevo en mi carrera. Blackbird habla de muchas cosas de la condici¨®n humana, del deseo, la p¨¦rdida, la soledad, el amor y la mentira. De c¨®mo cada uno gestiona su propio dolor tras una herida profunda. Es dif¨ªcil encontrar en el teatro contempor¨¢neo un texto con unos personajes tan complejos psicol¨®gicamente y tan aut¨¦nticos¡±, dice Escolar, para quien la experiencia emocional que vive junto a Jos¨¦ Luis Torrijos en el escenario se traslada al patio de butacas.
¡°Al espectador se le coloca en un lugar inc¨®modo y va a tener que posicionarse o, al menos, intentar entender a cada uno de ellos, compadecerles o perdonarles. Harrower da suficientes argumentos al hombre y a la mujer para que ninguno de ellos sea el bueno o el malo¡±, asegura Torrijos, para quien el personaje de Ray al que da vida en la obra est¨¢ en el l¨ªmite de lo que uno como actor quiere representar. ¡°Conecta con sentimientos que yo entiendo bien, como es el perd¨®n o la culpa. No es un personaje f¨¢cil porque est¨¢ en un sitio muy indefinido, pero se puede vincular a muchos casos de gente que arrastra terribles culpas pero que pide una oportunidad para seguir adelante¡±.
Quince a?os sin verse. Una mujer confundida que busca venganza y tambi¨¦n, por qu¨¦ no, un abrazo. Un hombre obsesionado por el olvido pero atrapado por una pasi¨®n. "Nunca quise herirte", le dice ¨¦l. "Lo hiciste", le contesta ella.
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