El cine de Montoro
Cuentan quienes tratan con ¨¦l que a Crist¨®bal Montoro le gustaba ir al cine de peque?o. El cine era en los a?os cincuenta y sesenta el espect¨¢culo m¨¢s asequible para familias modestas, como la del propio Montoro, y es l¨®gico que el ni?o pasara tardes enteras viendo pel¨ªculas, como hac¨ªamos todos a esa edad en aquel tiempo, en salas comerciales, en el cine parroquial de los domingos o en otros cines de curas. Luego la vida fue diversific¨¢ndose, surgieron otros divertimentos, y al cine le salieron competidores¡ hasta que dej¨® de ser el espect¨¢culo m¨¢s barato. El aparcamiento, las palomitas, el refresco, la cena cuando toca, y por si fuera poco, el ya famoso IVA del 21% con el que precisamente a Montoro se le meti¨® entre ceja y ceja castigar a quienes, como le hab¨ªa ocurrido a ¨¦l de ni?o, disfrutan a¨²n del cine. Lo han ido convirtiendo en casi prohibitivo para bastante gente.
?Pero, ?c¨®mo es que un antiguo aficionado al cine lo castiga ahora desde su capacidad de mando? ?De d¨®nde viene su empecinamiento? ?Se ha vuelto loco? ?l y alg¨²n otro, porque aunque sea Montoro quien acapare los focos aqu¨ª hay m¨¢s gatos encerrados y no puede tratarse de s¨®lo un tipo que corta y recorta a su gusto como en una rep¨²blica bananera. Tiene que haber otros montoros escondidos en la mara?a burocr¨¢tica para que se mantenga este sostenella y no enmendalla contra viento y marea. Y aunque un contubernio as¨ª tampoco aclarar¨ªa la raz¨®n de la guerra del Gobierno contra el cine, al menos repartir¨ªa la culpa entre varias mentes, tan obtusas como an¨®nimas. Porque nadie suelta prenda sobre qui¨¦nes son. Cuando los representantes de Ciudadanos se reunieron con los del PP para discutir el IVA cultural, reconocieron p¨²blicamente su fracaso tras haber intentado bajar el del cine, tal era la cerraz¨®n de sus oponentes. Pero no hicieron p¨²blico sus nombres, eso sigue siendo un misterio, una especie de secreto de estado que no se entiende.
El cine ten¨ªa algo de pecaminoso en aquella ¨¦poca en que Montoro iba al cine de ni?o. Los curas lo censuraban, lo controlaban y todo eso debi¨® de dejarnos alg¨²n poso que podr¨ªa ser el germen de la persecuci¨®n actual. Antonio Mercero ironiz¨® sobre estos curas en su pel¨ªcula Esp¨¦rame en el cielo donde uno de ellos, muy amanerado, peroraba desde el p¨²lpito: ¡°El cine es la calamidad m¨¢s grande que ha ca¨ªdo sobre el mundo desde Ad¨¢n ac¨¢. M¨¢s calamidad que el diluvio universal, que la guerra europea y que la bomba at¨®mica¡±. Va a ser eso.
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