El mirlo que pic¨® al cuervo
David Harrower saca a debate con delicadeza un tema a contrapelo, comprometido e inc¨®modo, en un montaje logrado y bien interpretado
?Una historia de amor asim¨¦trico? David Harrower nos sorpredi¨® hace quince a?os con Cuchillos a las gallinas, drama sobre como el lenguaje crea la realidad, sutilmente dirigido por Cristina Dom¨ªnguez Dapena, luego Directora del Centro Dram¨¢tico Galego. Blackbird (Mirlo), estrenado en 2013 por Llu¨ªs Pasqual, es un ensayo dram¨¢tico sobre los afectos entre un hombre y una joven, que se conocieron cuando ¨¦l frisaba los 40 y ella ten¨ªa apenas 12, como la Leticia Valle de Rosa Chacel.
Blackbird
Autor: David Harrower. Traducci¨®n: Jos¨¦ Manuel Mora. Int¨¦rpretes: Irene Escolar, Jos¨¦ Luis Torrijo. Espacio sonoro: Sandra Vicente. Luz: David Picazo. Vestuario: Ana L¨®pez Cobos. Escenograf¨ªa: Monica Boromello. Direcci¨®n: Carlota Ferrer. Madrid. El Pav¨®n Teatro Kamikaze, hasta el 7 de mayo.
A trav¨¦s del cara a cara entre Una y Ray, el autor escoc¨¦s desarrolla una intriga que evoca el enfrentamiento entre profesor y alumna urdido por David Mamet en Oleanna. Pero, en la segunda parte, a trav¨¦s de detalles que una y otro van deslizando, Harrower entra en terreno comprometido e inc¨®modo. ?Es del todo imposible el amor entre adulto y adolescente? ?Puede un hombre hecho y derecho enredarse en un v¨ªnculo as¨ª sin ser ped¨®filo? ?Lo fueron Charles Chaplin y Antonio Machado, cuya relaci¨®n con Leonor Izquierdo qued¨® como modelo de entendimiento? ?Hubiera el poeta podido pretender a la ni?a hoy?
Harrower abre una discusi¨®n franca y Carlota Ferrer nos la sirve en un montaje limpio, bien perge?ado, con una magn¨ªfica escenograf¨ªa de Monica Borromello en dos alturas (un escenario dentro de otro), con sendas interpretaciones notables. Por fin vemos a Irene Escolar en un papel que le viene como un guante, al que imprime con sencillez aparente forma atractiva y pronunciado relieve, con exquisita contenci¨®n. Ella lleva la iniciativa y a Jos¨¦ Luis Torrijo le toca estar a la escucha, sacudirse el estupor y darle r¨¦plica, misi¨®n de la que sale harto airoso.
La direcci¨®n enfr¨ªa el drama, para evitar extrav¨ªos emotivos, y lo lleva de sorpresa en sorpresa, hasta su buen fin. Prescindible, la sonorizaci¨®n inal¨¢mbrica, que vuelve difuso el origen de las voces: sin amplificaci¨®n, el contraste cuando los actores hablan al micr¨®fono de pie ser¨ªa m¨¢s n¨ªtido. Cuando Torrijo canta en ingl¨¦s, rompe el c¨®digo del espect¨¢culo: l¨¢stima, habiendo un cancionero amoroso infinito en espa?ol. Dos pegas menores, para un espect¨¢culo en modo mayor.
Babelia
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