Miquel Barcel¨® instala en Salamanca su Arca de No¨¦
El artista expone 80 obras por toda la ciudad en el marco del VIII centenario de la Universidad
Todo empez¨® con los dragones de la Edad Media y ha desembocado en las criaturas retorcidas de Miquel Barcel¨®. Los toros amenazantes, los peces desmadejados, los objetos sin nombre y esas naturalezas muertas de fruta descalabrada y colores chillones aterrizan en los lienzos abombados y en las cer¨¢micas del artista de Felanitx. Pero esta vez lo hacen en patios de piedra y umbr¨ªa, renacentistas, fr¨ªos, recios, definitivos.
Desembarca Barcel¨® en Salamanca con una exposici¨®n m¨²ltiple de 80 obras que se despliega por cinco enclaves de la ciudad. Es su primera gran muestra espa?ola desde aquella de 2010 en Caixaforum Madrid. El motivo: su fichaje, por parte del rector salmantino Daniel Hern¨¢ndez Ruip¨¦rez, como estrella indiscutible en las conmemoraciones del octavo centenario de la Universitas Studii Salmanticensis, una de las universidades m¨¢s antiguas del mundo.
¡°Fue una buena estrategia, porque el rector me visit¨® en mi estudio de Par¨ªs y primero me pidi¨® s¨®lo que hiciera el logo del VIII Centenario (un logotipo que transforma en letras los dragones medievales)¡ pero al final me acab¨® pidiendo una exposici¨®n, y mira¡±, explica el artista. Y tampoco qued¨® ah¨ª la cosa. Cuando el 1 de octubre se cierren las puertas de este recorrido por la geograf¨ªa creativa de Barcel¨®, la Universidad de Salamanca nombrar¨¢ al artista doctor honoris causa.
'La imagen fantasma': una eleg¨ªa del toreo
Uno de los aut¨¦nticos platos fuertes de esta presencia masiva de Miquel Barcel¨® en Salamanca es la performance titulada La imagen fantasma, en colaboraci¨®n con el m¨²sico franc¨¦s Pascal Comelade. Solo la hab¨ªan hecho hasta hoy en el Museo Picasso de Par¨ªs y en "un castillo zen de Kyoto" (Jap¨®n), y las dos veces en versi¨®n m¨¢s reducidas. En el patio del Palacio Fonseca, y sobre un lienzo de 15 metros confeccionado con un material especial que va absorbiendo la pintura hasta volatilizarse, Barcel¨® crea con pintura negra manchones que, por arte de magia, se van convirtiendo en toreros, en toros, en banderillas¡y luego se sienta a esperar. Comelade improvisa su m¨²sica hasta que todo desaparece y el lienzo vuelve a ser blanco. Es una eleg¨ªa del arte del toreo en toda regla. "Siempre estamos viendo aparecer cosas, pero no las vemos desparecer, y la verdad es que es muy higi¨¦nico", explica Barcel¨®, gran aficionado a la fiesta.
Entre sus proyectos inminentes: una intervenci¨®n en una iglesia rom¨¢nica de Catalu?a, con frescos y bajorrelieve, que se quedar¨¢ de forma fija all¨ª. "Me pondr¨¦ a trabajar en ella en verano. Y ya tengo otros proyectos parecidos en marcha". Pero lo que de verdad le gustar¨ªa a Miquel Barcel¨®, confiesa, es volver a pintar una vidriera colosal como la que hizo en la Biblioteca Nacional de Francia, en Par¨ªs: 200 metros de largo por seis de alto que "vivieron" seis meses y luego fueron borrados, tal y como estaba previsto. "Me gustar¨ªa hacer una que se quedara permanentemente; tengo un proyecto en Brasil que est¨¢ casi aprobado, pero es Brasil, y ya sabes".
La estrategia al alim¨®n del rector y del alcalde de Salamanca, el popular Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco, no era otra que dotar a la muy tradicional, muy acad¨¦mica y muy eterna ciudad castellana de un repentino toque de modernidad. En otras palabras: evitar celebrar la antig¨¹edad con m¨¢s dosis de antig¨¹edad. ¡°Se trataba de aportar modernidad a estos espacios monumentales y de convertir Salamanca en epicentro mundial del arte contempor¨¢neo¡±, asegura el alcalde de la ciudad en un sincero ataque de orgullo local.
Para que nos hagamos una idea: cuando Salamanca fue Capital Europea de la Cultura en 2002, el artista que ocup¨® la ciudad fue Rodin, y la obra que invadi¨® el Patio de Escuelas de la Universidad fue el grupo escult¨®rico Los burgueses de Calais. Desde hoy brotan de ese patio los 13 bronces retorcidos de una tonelada que componen la obra 14 allumettes, un inquietante bosque de cerillas que Miquel Barcel¨® no hab¨ªa expuesto hasta ahora en su conjunto y que define as¨ª: ¡°Es como un bosque retorcido, casi como un Monte de los Olivos¡ es algo con vida, es como si cogieras a los amigos que has tenido desde los a?os 70 hasta ahora y les hicieras una especie de s¨ªntesis, de d¨®nde ven¨ªan, cu¨¢nto han vivido, una especie de gr¨¢fico de sus vidas¡¡±. En la sala del lado, el visitante puede contemplar las acuarelas originales de La divina comedia, la fant¨¢stica obra en tres tomos que Barcel¨® ilustr¨® en 2003 por encargo de Galaxia Gutenberg.
La mitad de las obras presentes en Salamanca merced al patrocinio de Mapfre no hab¨ªan sido mostradas nunca al p¨²blico. Como la monumental pintura El Arca de No¨¦, que da t¨ªtulo al conjunto expositivo, un monumental lienzo de 4 X 6 metros pintado en 2014 y que hab¨ªa permanecido hasta hoy en el estudio de Barcel¨® del parisiense barrio de Le Marais. El Arca y una veintena de las caracter¨ªsticas cer¨¢micas abolladas de Barcel¨® descansan en la Capilla del Colegio Arzobispo Fonseca. Al lado, en la sala de exposiciones de la Hospeder¨ªa Fonseca, el comisario de la exposici¨®n, el poeta y cr¨ªtico de arte Enrique Juncosa, ha instalado algunas de lo que el propio artista denomina pinturas parietales: cabezas de toros, de caballos y de cabras que parecen querer escapar del lienzo y que remiten sin resquicio de duda al arte rupestre de Chauvet, la cueva paleol¨ªtica descubierta en el sudeste de Francia en 1994 y que es el verdadero santuario personal de Miquel Barcel¨®.
En el patio del Palacio Anaya (sede de la Facultad de Filolog¨ªa) surge la superposici¨®n de cuatro macetas gigantes, una de ellas en estado de flacidez. Se trata de Le grand ¨¦couteur, una escultura en poliuretano molido que bien podr¨ªa interpretarse como una alegor¨ªa de la impotencia sexual, que se eleva casi hasta los seis metros y que hubo que introducir con enormes gr¨²as en el patio de Anaya. Por cierto, no todo van a ser celebraciones ante el aterrizaje de Barcel¨® en la ciudad: algunos de los futuros fil¨®logos, ayer en su d¨ªa de fiesta, andaban soliviantados. ¡°Hombre, es que hoy es la fiesta de la facultad y mira qu¨¦ mamotreto nos han colocado aqu¨ª. No vamos a caber en el patio para la fiesta de esta noche¡±.
Mientras, en medio de la Plaza Mayor, una versi¨®n blancuzca del elefante de Barcel¨® haciendo equilibrios con su trompa (Gran elefant dret) y echando humo cada vez que sonaban las campanadas de las horas en el ayuntamiento hac¨ªa las delicias de los profesionales del selfie. ¡°En fin, no s¨¦ si esto es bueno o malo¡±, se resignaba el padre de la criatura.
Babelia
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