La incre¨ªble historia de la vedete m¨¢s chica del mundo
Jordi Soler relata en 'El cuerpo el¨¦ctrico' la vida excepcional de Luc¨ªa Z¨¢rate
No es met¨¢fora, ni invenci¨®n: Luc¨ªa Z¨¢rate, mexicana de 51 cent¨ªmetros, la vedete m¨¢s chica del mundo, existi¨®, su vida fue de trotamundos, aunque ella apenas se mov¨ªa. Arrancada del M¨¦xico natal por un negociante avispado y avieso, hizo su carrera en teatros de mala muerte en Estados Unidos, hasta que se junt¨® con otro promotor norteamericano que agenciaba en los mundos estrafalarios, de enanos o de gigantes, a sus artistas geniales o pendencieros, e hizo de Luc¨ªa un negocio gigante.
Esa troupe alcanz¨® la gloria econ¨®mica, cuando sus promotores descubrieron el tr¨¢fico, se lanzaron en tren a conquistar Am¨¦rica con circo y merca y mandaron a Luc¨ªa Z¨¢rate a conquistar, con desigual ¨¦xito, Par¨ªs y, por tanto, Europa. Ella naci¨® cerca de Veracruz, en 1864, y muri¨® en Estados Unidos en 1890. Su casa fue abierta al p¨²blico en 2011 como museo.
Esa incre¨ªble historia (convertida ahora en ficci¨®n por Jordi Soler, escritor mexicano y catal¨¢n, nacido en Veracruz en 1963) sucedi¨® a partir de 1876, cuando el protagonista aprovechado, el diputado mexicano Cristino Lobat¨®n, descubri¨® las dotes de la liliputiense y la lleva, a destiempo, a la Exposici¨®n Universal de Filadelfia. Hab¨ªa en esta mujer un magnetismo irreal, casi afrodis¨ªaco; su sola presencia era un im¨¢n capaz de atraer a miles y miles de traficantes de morbo.
Esa historia incre¨ªble fue sepultada hasta parecer tan incre¨ªble como un cantar de ciegos. Y ha sido precisamente, Jordi Soler el que se ha atrevido a contar en una novela la realidad (y la ficci¨®n) de aquella apabullante vida de la liliputiense. Su amigo Sergi P¨¤mies, escritor tambi¨¦n, fue quien le descubri¨® ¡°el dato de la liliputiense mexicana¡±. Dice Soler desde Canad¨¢, donde reside provisionalmente (ahora vive siempre en Barcelona): ¡°Me dijo Sergi: a ti que te gustan las historias torcidas, aqu¨ª tienes una de primera magnitud¡±.
Soler, autor de Los rojos de ultramar (2004), la verdadera historia de sus antepasados, catalanes exiliados de la guerra civil en Francia y luego en una selva de Veracruz, se enfrent¨® a la historia de Luc¨ªa: en aquella ¡°miseria hist¨®rica vi un material fabuloso: una persona arrebatadora dentro de un contexto circense del siglo XIX, que necesitaba con urgencia un narrador para que, con los tres datos que hab¨ªa de ella, le hiciera una historia¡±.
Y la hizo. Est¨¢ aqu¨ª, es la novela El cuerpo el¨¦ctrico (Alfaguara). ¡°Fui un ni?o de pueblo, nac¨ª en medio de la manigua y el cafetal; cada septiembre llegaba un circo provinciano de aires rusos, hab¨ªa payasos, un mago al que se le notaban los trucos, dos leones a?osos y una desconcertante divisi¨®n de freaks¡±. A esa divisi¨®n de freaks no ten¨ªan acceso los ni?os, as¨ª que Jordi y su hermano (el tambi¨¦n novelista ?lvaro Enrigue) iban de noche, levantaban la carpa y ve¨ªan ¡°un espect¨¢culo dantesco, hab¨ªa un ni?o lagarto y un se?or con dos cabezas y un solo juego de piernas, como los siameses de mi novela. Mi hermano y yo termin¨¢bamos hablando con los enanos: eran lo m¨¢s parecido que hab¨ªa a nosotros en esa carpa¡±.
De ah¨ª le viene a Soler ¡°mi delirio por los enanos y por los freaks en general¡±. ?l sabe que es ¡°un delirio delictivo¡±, ¡°pero a finales del siglo XIX, la ¨¦poca en que se desarrolla mi novela, estaba bien visto que los freaks se ganaran la vida exhibi¨¦ndose, de otra forma se consum¨ªan en sus casas mientras arruinaban a sus familias. En mi pueblo, aunque yo soy de la segunda mitad del siglo XX, se observaban los usos y costumbres del XIX¡±.
Los rojos de ultramar, su libro m¨¢s famoso, es una novela autobiogr¨¢fica, en la que confluyen ¡°los demonios de mi familia y los fantasmas de la Guerra Civil y del exilio¡±; hay m¨¢s historia verdadera que en El cuerpo el¨¦ctrico. ¡°Hay dos o tres datos de la liliputiense y a partir de ah¨ª me puse a inventarle una historia, la realidad en este caso no era suficiente¡±. Cristino Lobat¨®n, el empresario, ¡°empez¨® como un recurso literario y termin¨® adue?¨¢ndose de la novela¡±. Es el elemento de ficci¨®n ¡°que hace resplandecer la realidad¡±.
El negocio de la liliputiense creci¨®, seg¨²n dice Lobat¨®n en la novela, porque ¡°a cada minuto nace un idiota en el mundo¡±. Esa legi¨®n de individuos, cuenta Soler, ¡°era capaz de pagar por cualquier espect¨¢culo que se le presentara¡±. Ese razonamiento lo lleva hasta la ¨¦poca actual: ¡°?Por qu¨¦ creemos, por ejemplo, en las promesas de un pol¨ªtico? ?Por qu¨¦ damos por bueno lo que nos cuenta en la Red o en Televisi¨®n? ?Por qu¨¦ no creemos en nada que no aparezca en Google? Me temo que Lobat¨®n tiene raz¨®n: porque somos idiotas¡±. Y avanza m¨¢s Soler: ese Lobat¨®n que triunfa en Estados Unidos es un trasunto de la ascensi¨®n al poder de Trump, capaz de comprar con su dinero hasta la presidencia de los Estados Unidos¡ ¡°Al margen de su energ¨ªa pol¨ªtica, es un empresario de bienes ra¨ªces que se compr¨®, con su dinero y el de sus amigos, la presidencia de su pa¨ªs¡±.
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