La m¨¢quina de guerra de Brad Pitt
Netflix estrena 'War Machine', una pel¨ªcula sobre la invasi¨®n de EE UU a Afganist¨¢n
Desde su primer minuto, War Machine, sienta el tono del relato. La voz de un narrador explica de forma socarrona la naturaleza b¨¦lica de Estados Unidos, esa naci¨®n dispuesta a librar guerras en todo el mundo en nombre de la libertad. Y c¨®mo esas batallas se convierten, como lo ha demostrado la realidad, en laberintos cada vez m¨¢s dif¨ªciles de escapar para la gran potencia mundial. En la nueva cinta de Netflix, que se estrena este viernes mundialmente, no hay cr¨®nicas de hero¨ªsmo de los GI Joe. Este es un retrato del sistema que empuja al ej¨¦rcito m¨¢s poderoso del mundo a librar guerras que no pueden ganar.
Brad Pitt interpreta al general Glenn McMahon, un purasangre vestido de camuflaje. El personaje naci¨® en el seno de una familia de militares y fue educado en West Point. Tambi¨¦n realiz¨® estudios de posgrado en universidades privadas. El papel de Pitt est¨¢ inspirado en el general Stanley McChrystal, excomandante supremo de las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN en Afganist¨¢n. Su actuaci¨®n, sin embargo, est¨¢ basada en la encarnaci¨®n que George C. Scott hizo de George Patton y en otros generales como Douglas MacArthur. Esto es mand¨ªbula de hierro, pecho inflado y testosterona en exceso.
War Machine, dirigida por David Michod (The Rover, Animal Kingdom) inicia con el arribo de McMahon a Afganist¨¢n. Barack Obama, al llegar a la Casa Blanca, debe lidiar con el conflicto iniciado por George W. Bush en 2001. El general es la apuesta del dem¨®crata para limpiar el desastre en que se ha convertido la ofensiva contra la insurgencia talib¨¢n. El militar aterriza en Kabul junto con su c¨ªrculo de confianza. Durante sus primeros contactos con diplom¨¢ticos y autoridades locales se da cuenta de que el camino que le espera es cuesta arriba.
McMahon visita al presidente de Afganist¨¢n, Hamid Karzai, interpretado por un gran Ben Kingsley. El general llega al palacio presidencial a la misma hora en que se convoca a la oraci¨®n desde los minaretes. Cuando McMahon llega al despacho, Karzai y su ayudante est¨¢n inclinados de rodillas. No rezan, est¨¢n tratando de conectar un Blu Ray a la televisi¨®n.
Las situaciones chuscas no son solo producto del ingenio de la producci¨®n, a cargo del productor Jeremy Kleiner (12 years a slave, Moonlight). La historia que da vida a este proyecto fue atestiguada por Michael Hastings, un periodista que sigui¨® de cerca a McChrystal y su s¨¦quito durante varios meses en 2009. Hastings public¨® la cr¨®nica en Rolling Stone. Su texto, The Runway General, se convirti¨® en una poderosa pieza de periodismo que cost¨® el cargo al general. El estilo directo y audaz de McChrystal fue c¨¢ndidamente retratado por el reportero, que describi¨® c¨®mo el militar se burlaba de la ignorancia de los civiles en estrategia militar y se quejaba amargamente con su Estado mayor de c¨®mo nadie en Washington entend¨ªa lo que estaba tratando de hacer en Afganist¨¢n.
"Fui muy respetuoso de las tropas. Las veo, en gran parte, como v¨ªctimas de los destrozos que provocan los altos niveles", explic¨® Michod a un grupo de periodistas latinoamericanos hace algunos d¨ªas. El cineasta afirma que su pel¨ªcula, que renuncia por momentos al tono c¨®mico para entrar en el drama se convierte en una cinta antib¨¦lica que estudia tambi¨¦n al macho alfa en uniforme. "War Machine es sobre la ambici¨®n masculina y la vanidad", asegura. Dentro del personaje de Pitt, hay un drama que se desarrolla sin que ¨¦l exprese sentimiento alguno. "Glenn experimenta una tragedia al entender que no est¨¢ destinado a ser especial. Que solo es uno m¨¢s entre nosotros".
El cine b¨¦lico es parte de la gen¨¦tica de Hollywood. Las gestas ¨¦picas de los soldados inundaron las salas de cine continuamente desde finales de los cincuenta. Todos los grandes directores tienen en su filmograf¨ªa una historia sobre conflictos armados. De David Lean a Stanley Kubrick hasta Clint Eastwood y Steven Spielberg. Michod llevaba a?os dando vueltas, buscando el proyecto adecuado para retratar los fiascos de Irak o Afganist¨¢n. Encontr¨® en The Operators, el libro que Hastings public¨® antes de morir en 2013 la historia que quer¨ªa. Esta es tan triste como verdadera: "Hemos dejado de marchar en las calles para protestar en contra de las guerras. Nos hemos acostumbrado a ellas".
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