El Primavera Sound se resit¨²a frente al futuro
El certamen cierra con un aumento de la asistencia hasta 200.000 entradas vendidas Los organizadores tratan de abrir paulatinamente su cartel e infiltrar m¨¢s m¨²sica negra
Tres estampas del Primavera Sound. Primera: dos parejas de m¨¢s de cincuenta a?os apoyadas en la valla del control de luces y sonido, esperando el concierto de Grace Jones, pertrechados con sillas de camping con reposabrazos y bebiendo, que no emborrach¨¢ndose, vino. ¡°Nos gusta la m¨²sica¡±, respondieron llanamente al ser preguntados por su presencia all¨ª, en un festival. ?Vaya pregunta!, debieron pensar. Segunda: p¨²blico negro en cantidad notable durante el concierto de Solange, hasta ahora algo singular no s¨®lo en el Primavera, tambi¨¦n en los grandes conciertos de la ciudad. Y se trataba de ciudadanos no llegados tristemente en patera, esos no se pagan festivales. Tercera: la chavaler¨ªa que botaba con Skepta en el ¨²ltimo concierto importante del s¨¢bado. Nadie llevaba gafas. Y despu¨¦s se seguir¨¢ hablando de ¡°hipsters¡± y modernos al referirse al p¨²blico del festival, idea que como las postales viejas ya ha perdido color, aunque se seguir¨¢ manoseando.
Idea central: el indie ya no es lo que era, lo ha dado todo y el festival busca resituarse en ¨¢mbitos que no le aten a una etiqueta. M¨¦todo: abrir paulatinamente el cartel, buscar artistas cl¨¢sicos e infiltrar m¨¢s m¨²sica negra, la que hoy marca la pauta. Y m¨¢s electr¨®nica. No tardaremos en ver reguet¨®n, no deja de ser otra mutaci¨®n del hip-hop. Resultado: este a?o se ha intentado con Frank Ocean, que sali¨® rana, pero el concierto de Solange ha sido el concierto del festival, no tanto por un tema de gustos como que espect¨¢culos as¨ª no menudean en Europa, un mercado remoto para los artistas cumbre norteamericanos. Y no digamos Espa?a. Lo de Solange, como dijeron Sleaford Mods antes de comenzar su actuaci¨®n, es de otra liga. Y los asistentes al festival han podido catarla.
Asistencia mayormente extranjera. No es un problema mientras no ocurra como cuando el FIB colocaba en escenarios centrales y en horas estelares a artistas s¨®lo conocidos en Inglaterra. El festival ha de tener sentido para el p¨²blico local, y mientras eso ocurra la concurrencia extranjera no comportar¨¢ m¨¢s problema que aprender ingl¨¦s si se quiere ligar. Eso s¨ª, el FIB tuvo unos Planetas para situar en horario estelar, mientras que al Primavera a¨²n le faltan sus Planetas, el grupo dom¨¦stico que pueda exhibir en horario noble. Finalmente una novedad: los conciertos sorpresa. Dicen que el espectador se lleva una experiencia insospechada. Cierto, pero tambi¨¦n aumenta la presi¨®n por estar pendiente de la sorpresa y significarse habiendo visto a Arcade Fire de cerca, no como los dem¨¢s, sino en el concierto sorpresa, fil¨®n de prensa y redes. ?Ya no basta pagar para disfrutar?, ?es precisa tanta exclusividad para que nos sintamos algo?
Babelia
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