Sebastian Junger: ¡°Competir con un grupo rival nos hace sentir bien¡±
El autor de ¡®Tribu¡¯ reflexiona sobre la importancia de la vida compartida frente a la alienaci¨®n imperante en un mundo cada vez m¨¢s individualista
Cuando era un veintea?ero, su t¨ªo Ellis, con sangre dakota y apache, le cont¨® que en la conquista de EE UU si un blanco era apresado por los indios, y le adoptaban, luego se resist¨ªa a regresar a la sociedad de la que proced¨ªa. Si lo hac¨ªa, escapaba una y otra vez para tratar de volver con la tribu. No hab¨ªa casos a la inversa. Muchos a?os despu¨¦s, el periodista y documentalista Sebastian Junger (Massachu?setts, 1962) record¨® aquello al ver la dificultad que ten¨ªan para reintegrarse tras la guerra los soldados estadounidenses con quienes hab¨ªa compartido trinchera en Afganist¨¢n. ¡°Quer¨ªan volver al frente y seguir luchando, y ese lugar era un ambiente totalmente tribal: viv¨ªan en una unidad 40 hombres, absolutamente dependientes los unos de los otros. Pens¨¦ en mi t¨ªo. Si pruebas algo distinto a la sociedad moderna, no quieres volver¡±, dice sobre Tribu (Capit¨¢n Swing), el ensayo en el que estudia la brecha entre el mundo actual y nuestra naturaleza m¨¢s at¨¢vica.
Junger, autor de La tormenta perfecta, cubri¨® conflictos por todo el mundo desde mediados de los noventa, pero el a?o que pas¨® empotrado en el valle afgano de Korengal junto al fot¨®grafo Tim Hetherington le descubri¨® el lado m¨¢s ¨ªntimo del combate. Aquello cuaj¨® en el libro Guerra, en la trilog¨ªa de documentales sobre los soldados Restrepo, Korengal y La ¨²ltima patrulla, y en el potente an¨¢lisis que plantea en Tribu.
PREGUNTA.??Es la a?oranza del grupo y no el estr¨¦s postraum¨¢tico lo que afecta a los soldados?
RESPUESTA.?Un 25% de los voluntarios del cuerpo oficial de cooperantes Peace Corp sufre una profunda depresi¨®n cuando vuelven a casa, al pasar de una vida muy cercana, casi de pueblo, a los suburbios de EE UU. Lo mismo ocurre con muchos soldados. Algunos sufren estr¨¦s postraum¨¢tico, pero lo que suele ser traum¨¢tico no es la guerra, sino la transici¨®n al regresar.
P.?Las comunas tambi¨¦n han expresado esa ansia tribal, ?no?
¡°Muchos soldados se deprimen cuando vuelven a casa, al pasar de una vida muy cercana en el frente a los suburbios de EE UU¡±
R.?S¨ª, aquello resultaba atractivo para la gente por los mismos motivos, tambi¨¦n las pandillas de motoristas, las pandillas callejeras, etc¨¦tera.
P.??Cu¨¢l es el atractivo?
R.?Nuestra existencia es m¨¢s plena cuando quienes nos rodean dependen de que actuemos correctamente. Ocurre cuando hay alg¨²n tipo de amenaza que permite mostrar nuestro pasado evolutivo. Los humanos somos primates sociales, empezamos a hacer fuego y a fabricar herramientas, evolucionamos en un ambiente muy hostil y cada individuo del grupo era necesario para la supervivencia de todos. Esto crea un sentimiento de estar a salvo, de pertenencia. Cu¨¢nto m¨¢s ricos somos y menos dificultades hay, menos necesitamos al grupo, y a la inversa: estamos m¨¢s alienados. Es una liberaci¨®n de la tiran¨ªa del grupo, pero tambi¨¦n una gran p¨¦rdida.
P.?En Tribu habla de guerra y cat¨¢strofes naturales, pero tambi¨¦n menciona a un empresario que pidi¨® ayuda a sus empleados. Muchos trabajadores se enfrentan a un escenario duro.
R.?Si lo comparas con las sociedades de recolectores-cazadores es simplemente la alienaci¨®n y la dispersi¨®n de la sociedad moderna. La adversidad para los humanos es perecer de hambre o de sed, morir asesinado por el enemigo. Cuando existe esta amenaza, nos unimos, como ocurri¨® tras el 11-S en Nueva York o en Londres con el Blitz [los bombardeos entre 1940 y 1941]. Una sociedad que se enfrenta a algo as¨ª se comporta extremadamente bien, y la gente llega a echar de menos esos d¨ªas en los que todos cooperaban. Es interesante que algo terrible sea recordado como el mejor momento.
¡°Estamos configurados para vivir en grupos de cien personas. Hoy y hace siglos. Pero no se puede decir que todo un pa¨ªs debe ser una tribu¡±
P.??El auge del populismo est¨¢ relacionado con el ansia por la acci¨®n colectiva y la pertenencia?
R.?Si pones a dos hombres a competir entre ellos y ambos pertenecen a un mismo bando, sus niveles hormonales se mantienen estables. Pero si compiten contra alguien de otro bando, suben la oxitocina y las hormonas que favorecen la colaboraci¨®n. Competir con un grupo rival, aunque sea al domin¨®, nos hace sentir bien. EE UU es un Estado moderno que tiene organizaciones muy complejas. Los populistas que corean a Trump no son vecinos. Las fuerzas pol¨ªticas y econ¨®micas que han alimentado este movimiento son m¨¢s poderosas que la subida de oxitocina. Hay una realidad nueva, pero la identificaci¨®n con otra gente que lleva la misma camiseta o adora al mismo dios, esa identificaci¨®n tribal es muy poderosa.
P. La histeria de las masas en un concierto de una estrella del pop o de un partido de f¨²tbol, tambi¨¦n puede darse en pol¨ªtica.
R. Con alguien como Jim Morrison o Trump o Madonna, los humanos se unen a su alrededor, porque as¨ª es como se estructura la sociedad. Pero el comportamiento de masas en un mitin es algo realmente distinto del comportamiento comunal en grupos peque?os.
P.?Define a alguien de la tribu como aquel a quien dar¨ªas tu comida.
R.?Es una manera de entender que eres uno del grupo. Si tienes hambre y no hay suficiente comida, la repartir¨¢s, pondr¨¢s en peligro tu vida.
P.?Cuando las cosas van mal, la tribu te ayuda. ?El problema con el Estado de bienestar que denuncia es que en la sociedad moderna todo es an¨®nimo?
R.?En un grupo peque?o, en el que existe una relaci¨®n personal, se puede detectar si alguien est¨¢ tratando de hacer trampas. En el Estado moderno se trata de discernir qui¨¦n necesita ayuda realmente a una escala mucho mayor, y hay fallos. Es dif¨ªcil saberlo. Pero dar sustento y seguridad a la gente necesitada es un valor ancestral humano.
P.?En la tribu no se permite el robo o el asesinato por una cuesti¨®n pr¨¢ctica. ?No hay matices?
R.?La manera en que un grupo decide sobre la utilidad de sus miembros es algo el¨¢stico: hay esquizofr¨¦nicos cuya funci¨®n en las sociedades recolectoras era comunicarse con dios. O por ejemplo, el d¨¦ficit de atenci¨®n se considera un fallo que afecta a cr¨ªos que no pueden concentrarse. Pero el no tener un centro de atenci¨®n sino ir mirando a todas partes en busca de pistas es perfecto para cazar. Es un rasgo adaptativo que resulta problem¨¢tico en la sociedad moderna, porque ha cambiado m¨¢s r¨¢pido que nuestra evoluci¨®n.
P.??El ansia de tribu es mayor que hace 20 a?os?
R.?Estamos configurados para vivir en grupos de 100 personas. Hoy y hace siglos. Lo que no se puede decir es que todo un pa¨ªs debe ser una tribu, porque es como afirmar que una naci¨®n debe ser una aldea y no lo es. El truco es trasladar los principios del pueblo, de la tribu y ver c¨®mo podemos hacer que funcionen a una escala mayor. Podemos usar algunas de esas relaciones que ocurren de manera org¨¢nica en peque?os grupos para mejorar la calidad de nuestras vidas y el civismo en pol¨ªtica.
P.??Hay que fomentar la igualdad?
R.?Los periodistas no hacemos recomendaciones. Solo apunto que vivimos de una manera radicalmente distinta a nuestro pasado evolutivo. El tipo de fraudes que ocurre en Wall Street y por quienes se benefician del Estado de bienestar ser¨ªa inaceptable para nuestros antepasados, esa gente ser¨ªa castigada, asesinada, desterrada. Al no castigar nos alejamos de nuestra naturaleza.
P. ?Somos capaces de recordar los peores momentos como si fueran los peores?
R. Lo que me parece interesante es que algo que es terrible luego sea recordado como el mejor momento. Un amigo vivi¨® un a?o escondido en unas cuevas de las monta?as cuando los alemanes entraron en su pueblo. Eran unas 150 personas. Juntas buscaban comida. Los nazis no sab¨ªan que estaban ah¨ª. El abuelo de mi amigo dice que fue el mejor momento de su vida y siempre le ha pesado que terminara. Tambi¨¦n fue obviamente el peor momento de su vida. ?C¨®mo se explica eso? Mi libro trata de explicar esta contradicci¨®n.
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