Miguel ?ngel Arcas: ¡°Max Aub es el hito de nuestra editorial¡±
El editor de Cuadernos del Vig¨ªa vive entregado desde 2009 a la recuperaci¨®n de la obra del escritor hispano-mexicano
Miguel ?ngel Arcas tiene estatura para convertirse en faro, una suerte de centinela que vigila con esmero y rotundidad a un grupo de escritores a los que arropa como l¨ªder de una tribu que tiene sus or¨ªgenes en Granada a finales del siglo pasado. ¡°La editorial naci¨® con una circunstancia especial, puesto que yo no ten¨ªa grandes intenciones de editar, m¨¢s bien me dedicaba a escribir. Pero estaba viendo a un grupo de escritores, fundamentalmente poetas, toda una generaci¨®n, que no ten¨ªan donde editar. Estaban Andr¨¦s Neuman, Rafael Espejo, Luis Melgarejo, Juan Carlos Abril, una serie de j¨®venes que estaban empezando y que necesitaban un lugar y un soporte para sacar su trabajo¡±, explica el editor de Cuadernos del Vig¨ªa, Miguel ?ngel Arcas. As¨ª naci¨® esta editorial cuyo nombre proviene precisamente de esta circunstancia inicial: ¡°Me constitu¨ª en vig¨ªa, en vigilante de lo que estaba sucediendo en mi ciudad, en Granada, un lugar con gran tradici¨®n po¨¦tica¡±, comenta Arcas.
El cat¨¢logo de Cuadernos del Vig¨ªa est¨¢ centrado en los g¨¦neros breves. Principalmente poes¨ªa, relato breve, microrrelato y sobre todo, el aforismo como g¨¦nero emergente y del que sacan por cuarto a?o consecutivo en Premio Internacional Jos¨¦ Bergam¨ªnde aforismos. Desde el a?o 2009, Arcas ha dedicado todo su tiempo a la recuperaci¨®n de la obra de Max Aub, un autor olvidado como pocos pero que para ellos es uno de los grandes de la literatura: ¡°Max Aub ha constituido el hito m¨¢s importante de nuestra editorial, no s¨®lo por la dimensi¨®n de su obra y de su figura sino tambi¨¦n porque ¨²ltimamente hemos logrado -junto con la Fundaci¨®n y la familia de Max Aub-, que empiece a ser conocido y esto se ha reflejado en la venta de los libros¡±, afirma orgulloso el editor. Pocas veces, una empresa de una peque?a editorial ha abordado un autor tan gigante: ¡°Hemos iniciado un gran proyecto como es la edici¨®n de El laberinto m¨¢gico y hemos publicado la primera de esas seis novelas¡±. Pero no s¨®lo de Max Aub vive Arcas, hay otros libros que en este tiempo han tenido buena suerte, por ejemplo, el libro de aforismos in¨¦ditos de Jos¨¦ Bergam¨ªn. En cualquier caso, como el propio Arcas asegura, lo mejor es lo que est¨¢ por llegar¡±.
Y si sabemos que para mantener una peque?a editorial es necesario hacer malabarismos financieros, no digamos si ¨¦sta no radica en lo que se suele llamar 'el centro cultural' de un pa¨ªs. ¡°Es cierto que no estamos en el ojo del hurac¨¢n o en el mejor de los sitios para promocionar nuestro trabajo, pero esto ha ocurrido siempre. La metr¨®poli es la metr¨®poli, Madrid es Madrid, Barcelona es Barcelona, y Andaluc¨ªa est¨¢ ah¨ª abajo. La verdad es que siempre ha ocurrido que las peque?as editoriales que apostamos por el rigor en las ediciones nos cuesta mucho trabajo salir adelante, primero desde punto de vista financiero, luego de la distribuci¨®n¡±. Sin embargo, para el editor de Cuadernos del Vig¨ªa el verdadero problema es uno que se formula de modo sencillo pero cuya resoluci¨®n se antoja complicada: llegar a la gente. ¡°Es el gran problema cuando est¨¢s en un mundo repleto de editoriales y de escritores. A ver c¨®mo sacas la cabeza ah¨ª, a ver c¨®mo te visibilizas y c¨®mo haces valer tu trabajo. Y ese es el gran problema que yo creo que se solucionar¨ªa editando menos y editando lo que realmente merece la pena¡±, sentencia Arcas. Entre esos libros se encuentra, sin duda, todos los de Max Aub. Por esta raz¨®n, recomienda un libro de otra editorial que acaba de leer con fervor: ¡°Perdonadme esta especie de rollo obsesivo pero voy a insistir con Max Aub. Ha sacado la editorial Reino de Cordelia Trampas, una serie de aforismos dedicados al juego que era una de las grandes pasiones de Max Aub. De hecho muri¨®, momentos antes de iniciar una partida de p¨®ker. Con eso te lo digo todo¡±, comenta entre risas el editor.
Antes de terminar la charla, Arcas anota en la ya extensa lista de razones para creer en los libros, una de notable significado: ¡°Hay que creer en los libros porque es el lugar donde podemos conversar con los dem¨¢s y con nosotros mismos. Los libros son como el jard¨ªn de la memoria: nos suministran libertad, nos ejercitan mentalmente y procuran un pensamiento el¨¢stico y antidogm¨¢tico¡±. Tres atributos de los que, tristemente, carecemos en los ¨²ltimos tiempos.
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