No s¨¦ d¨®nde puse la cabeza

Una pareja de fot¨®grafos, a tres d¨ªas de la fecha que un juzgado fij¨® para su desahucio, se ve sin el techo previsto: la amiga que iba a cobijarles, ha perdido su trabajo y necesita una habitaci¨®n extra, para montar su oficina. La mudanza, de Celia Nadal y Javier Manzanera, es una comedia dram¨¢tica conmovedora, inspirada en la precariedad que generaron la carest¨ªa de la vivienda, la alta tasa de paro recurrente y la reducci¨®n salarial, que afecta a los profesionales liberales con especial virulencia.

Manzanera y Vidal, n¨²cleo de la compa?¨ªa abulense Perigallo Teatro, suelen abordar temas sensibles sin sensibler¨ªas, de manera positiva siempre, con esc¨¦ptico optimismo, pero sin dejar de mirar de frente al dolor. Algo tienen sus espect¨¢culos que toca el coraz¨®n del p¨²blico: La mudanza acaba de celebrar su funci¨®n n¨²mero 200, cifra que pocas compa?¨ªas de post¨ªn y con grandes nombres logra.

El lema de Paco y Emilia, sus protagonistas, que van afrontando reveses apoy¨¢ndose en la sinceridad de su amor mutuo, en la chispa de deseo que sigue habiendo entre ellos y en su inveterado sentido del humor, podr¨ªa ser: ¡°A mal tiempo buena cara¡±. La mudanza habla de un proceso de despojamiento, pero tambi¨¦n de un regreso a lo esencial de la vida cuando las circunstancias apremian y de la circularidad del tiempo: lo que a esta pareja le sucede no difiere mucho de lo acontecido 50 a?os antes a Mari Carmen y Emilio, abuelos de Emilia, emigrados a Alemania.

Joao Mota ha puesto el texto en escena con transparencia, sencillez y la convicci¨®n absoluta de tener entre manos estupendos actores y mejor material dramat¨²rgico si cabe. A pesar de que La mudanza tiene una dimensi¨®n pl¨¢stica y una limpieza formal dif¨ªcilmente apreciables en el peque?o espacio esc¨¦nico de la sala Membrives del madrile?o teatro Lara, acaba provocando una emoci¨®n sincera, palpable en los aplausos que el p¨²blico le dedic¨® en la funci¨®n a la que asist¨ª.