La cruz y el sujetador
Alberto de Casso articula una comedia ligera por episodios en torno a los prejuicios ideol¨®gicos que impone la religi¨®n
CUATRO HISTORIAS TRUNCADAS
Autor y director: Alberto de Casso. Int¨¦rpretes: Anna Hastings, Vel¨¦n Granados, Claudia maga. M¨²sica y canciones en vivo: Carolina Gordillo. Madrid. Teatro Lagrada, hasta el 30 de junio.
Una comedia compuesta por episodios aut¨®nomos, cuyo nexo tem¨¢tico son los prejuicios ideol¨®gicos que impone la religi¨®n. Alberto de Casso, su autor, reproduce un procedimiento frecuente en el cine italiano de los a?os sesenta, cuando Vittorio de Sica bromeaba sobre el amor (Ayer, hoy y ma?ana) y el adulterio (Siete veces mujer) a trav¨¦s de historietas breves, divertidas e inconexas y Pasolini recreaba nueve relatos sical¨ªpticos en El decamer¨®n.
La puta y la colegiala, primera de estas Cuatro historias truncadas, en lo epid¨¦rmico es boccacciana y procaz, pero en el fondo es la m¨¢s dura, incisiva y lograda de todas, porque a trav¨¦s de una an¨¦cdota ligera pone en evidencia con impacto dram¨¢tico notable la abismal desigualdad de medios con la que las personas de clases sociales diferentes compiten en la carrera de la vida y el escr¨²pulo escaso con el que el privilegiado tiende a gestionar su ventaja. El arrojo, la precisi¨®n y el donaire de Anna Hastings en el papel de travestido, son claves en el logro de esta micropieza, la ¨²nica que toca el tema religioso tangencialmente.
En el ingenioso di¨¢logo La verdad desvelada, una madre marroqu¨ª se entrevista con la directora del instituto del cual su hija acaba de ser expulsada por llevar hiyab, velo isl¨¢mico que solo deja a la vista el ¨®valo facial. En aras de un final ingenioso pero trucado (pues pone un icono a?ejo y la realidad actual en id¨¦ntico plano), De Casso sacrifica el debate de fondo: las suras del Cor¨¢n que hablan sobre el pudor femenino nada dicen que fundamente la obligaci¨®n de llevar esta prenda,cuyo uso se ha multiplicado a partir de los a?os noventa merced a la profusa pr¨¦dica de cl¨¦rigos integristas sufragados generosamente. M¨¢s que un s¨ªmbolo religioso, es un s¨ªmbolo ideol¨®gico. En Francia zanjaron el asunto prohibiendo en los colegios p¨²blicos todo s¨ªmbolo religioso ostensible: el hiyab y la kip¨¢, pero tambi¨¦n los crucifijos grandes.
La jovenc¨ªsima Claudia Maga encarna con recatado encanto la resistencia pasiva de la alumna (y sus sonados contraataques), mientras Vel¨¦n Granados lleva con pericia el tim¨®n dram¨¢tico de la escena.
El obispo y la feminista (sobre el amor l¨¦sbico) y La virgen secuestrada (protagonizado por una joven costalera), bienhumorados episodios restantes, acusan escasez de acabado en su puesta en escena. Acertadas y pegadizas, las dos primeras canciones de Carolina Gordillo, interpretadas en vivo. Granados debe de optar por donde tirar (si por lo serio o lo par¨®dico) en el bis de su saeta.
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