Componga su propia novena
El director de orquesta V¨ªctor Pablo P¨¦rez culmina con ¨¦xito el marat¨®n sinf¨®nico del CNDM en el Auditorio Nacional
Nueve novenas
Obras de Haydn, Mozart, Garay, Beethoven, Schubert, Bruckner, Dvor¨¢k, Mahler y Shostak¨®vich.
Orquesta Sinf¨®nica de Madrid. Orquesta de la Comunidad de Madrid, Orquesta Sinf¨®nica de RTVE, Orquesta y Coro Nacionales de Espa?a, Joven Orquesta Nacional de Espa?a. Direcci¨®n: V¨ªctor Pablo P¨¦rez
Auditorio Nacional, 24 de junio
El novelista Kurt Vonnegut ten¨ªa fijaci¨®n con la Novena sinfon¨ªa, de Beethoven. Le sorprend¨ªa que el cerebro humano (ese ¡°kilo y medio de esponja empapada en sangre¡±) hubiera sido capaz de crearla. E incluso recurre a ella, en Gal¨¢pagos, dentro de un reiterado comentario ir¨®nico para disculpar la muerte de sus personajes: ¡°Oh, al fin y al cabo no iba a componer la Novena sinfon¨ªa de Beethoven¡±. El escritor norteamericano asume la condici¨®n ic¨®nica de esa sinfon¨ªa en nuestra sociedad, pero tambi¨¦n su maldici¨®n. Esa mezcla de modelo y obst¨¢culo. Modelo, porque permiti¨® superar las limitaciones funcionales del g¨¦nero orquestal en el entorno cortesano (precisamente lo que propici¨® que Haydn escribiera m¨¢s de cien sinfon¨ªas y Mozart m¨¢s de cuarenta) para abrirse a otras soluciones ligadas a la m¨²sica absoluta y el concierto p¨²blico. Obst¨¢culo, porque proyecta una alargada sombra sobre los compositores venideros, que deber¨¢n medirse con ¨¦l y sufrir¨¢n al alcanzar su marca personal de nueve sinfon¨ªas. Mahler fue un buen ejemplo de ello. No solo evit¨® numerar La canci¨®n de la tierra, sino que asegur¨® a su bi¨®grafo, Richard Specht, que escuchaba al esp¨ªritu de Beethoven mientras escrib¨ªa la Novena y le preocupaba haberla compuesto, como ¨¦l, en la tonalidad de Re, aunque en modo mayor.
Esa idea de la novena antes y despu¨¦s de Beethoven ha centrado la nueva edici¨®n de ?Solo M¨²sica!: nueve novenas que conforman el cuarto marat¨®n bianual organizado por el CNDM en el Auditorio Nacional al hilo del ¡°D¨ªa de la m¨²sica¡±. Junto a la de Beethoven se escucharon sinfon¨ªas anteriores numeradas con el 9, como las vinculadas al ¨¢mbito cortesano de Eszterh¨¢za y Salzburgo (Haydn y Mozart) o al religioso de la catedral de Ja¨¦n (Garay). Pero tambi¨¦n novenas posteriores al compositor de Bonn: Schubert, Dvor¨¢k, Bruckner, Mahler y Shostak¨®vich. Un todo al nueve ideado por el director del CNDM, Antonio Moral, y protagonizado a modo de raid por un solo director de orquesta: V¨ªctor Pablo P¨¦rez (Burgos, 1954). Cinco conciertos en un d¨ªa con cinco orquestas sinf¨®nicas residentes en Madrid (Sinf¨®nica, ORCAM, RTVE, ONE y JONDE) desde las once de la ma?ana hasta pasada la medianoche. Un evento multiforme que combina conciertos paralelos en la Sala de C¨¢mara, con las Nueve sinfon¨ªas, de Beethoven, que tocaron cinco pianistas espa?oles en la transcripci¨®n de Liszt, o improvisaciones jazz¨ªsticas en el Sal¨®n de Tapices. Pero donde no falta tampoco la gastronom¨ªa en el foyer de la Sala Sinf¨®nica para reponer fuerzas durante los descansos.
La fiesta se inici¨® a las diez y media, en la puerta del Auditorio Nacional, con un grupo de metales de la JONDE tocando arreglos de los temas de las nueve novenas. Y termin¨® en la Plaza Rodolfo y Ernesto Halffter con un espect¨¢culo de fuegos artificiales acompa?ados por una grabaci¨®n de la M¨²sica para los reales fuegos de artificio, de H?ndel. Al primero de los conciertos de la ma?ana asisti¨® el ministro de Educaci¨®n, Cultura y Deporte, ??igo M¨¦ndez de Vigo, con una Sala Sinf¨®nica abarrotada para escuchar a la Sinf¨®nica de Madrid las novenas de Haydn y Beethoven. Fue un arranque lleno de energ¨ªa del maestro burgal¨¦s al frente de la orquesta del Teatro Real. Dos lecturas tan precisas como escasas de imaginaci¨®n. Qued¨® patente en el parco Menuetto final de Haydn. Pero tambi¨¦n en una Novena beethoveniana que evolucion¨® desde un Adagio molto e cantable a ras de suelo hacia un Finale m¨¢s intenso y en¨¦rgico; aqu¨ª destac¨® el bar¨ªtono David Men¨¦ndez junto al Coro Nacional. El segundo concierto de Victor Pablo Perez al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, su orquesta como titular desde 2013, fue el punto m¨¢s bajo de la fren¨¦tica jornada. Ni la Novena del asturiano Ram¨®n Garay encontr¨® su ambientaci¨®n natural. Y mucho menos la pl¨²mbea lectura de la Grande en Do mayor, de Schubert, embutida en un extra?o traje bruckneriano y con una orquesta poco motivada.
A las cinco de la tarde, la Orquesta Sinf¨®nica de la RTVE abri¨® su concierto con la juvenil Novena, de Mozart. Y el planteamiento anticuado de V¨ªctor Pablo P¨¦rez en este repertorio se combin¨® con una cuerda que funcionaba a retazos. Sin embargo, el oficio del director burgal¨¦s hizo posible a continuaci¨®n una interesante Sinfon¨ªa n? 9, de Bruckner. Equilibrada y bien construida. Destac¨® el Adagio con excelentes detalles en el viento madera y la magia de veinte segundos de silencio al final. Pero la llegada al escenario de la Orquesta Nacional cambi¨® las cosas. El conjunto de David Afkham luce a un nivel muy alto en todas sus secciones. Lo demostr¨® con una excepcional Novena, de Shostak¨®vich, donde P¨¦rez subray¨® m¨¢s lo corrosivo que lo sarc¨¢stico. Fue quiz¨¢ lo mejor del d¨ªa, aunque la Sinfon¨ªa del Nuevo Mundo, de Dvor¨¢k, volvi¨® a marcar la diferencia.
Faltaba la sorpresa final que protagoniz¨® la Joven Orquesta Nacional de Espa?a con una impresionante Novena, de Mahler. Fue la interpretaci¨®n m¨¢s inspirada de V¨ªctor Pablo P¨¦rez en un incomprensible ascenso art¨ªstico seg¨²n iba cerrando partituras. El director espa?ol exhibi¨® aqu¨ª, siempre sin batuta, su mejor corpograf¨ªa sobre el podio. No hubo asomo de cansancio. Y administr¨® con sabidur¨ªa la entrega de los j¨®venes (mayoritariamente chicas) de la JONDE . Fue una versi¨®n que se inici¨® con la escenificaci¨®n de una arritmia y culmin¨® en parada cardiorespiratoria, con ese tremendo Adagissimo que, ayudados por el descenso lum¨ªnico, nos hizo morir un poquito a todos en la m¨¢s estricta intimidad. Esa experiencia de lo sublime por encima de lo bello que representan las novenas de Beethoven en adelante. Quiz¨¢ Vonnegut se equivocaba en su broma y, en realidad, todos ¡°componemos¡± nuestra novena en cada concierto en directo. Tan solo habr¨ªa que medir la energ¨ªa que producen m¨¢s de dos mil cerebros humanos concentrados en una misma m¨²sica maravillosa.
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