Cada uno cuenta la guerra

A trav¨¦s de la sutil nube de vapor que cada amanecer emanaba de la yeguada de Michael Kohlhaas, Henrich von Kleist cre¨® en unas pocas vivas pinceladas una imagen fiel de la felicidad humana: la m¨²sica de las esferas y el trote de la manada, acordados en un solo ritmo. Y mostr¨® tambi¨¦n cu¨¢n presto est¨¢ en quebrar esta armon¨ªa el poderoso y la batalla que el agraviado debe emprender para restablecer un orden justo. En Por toda la hermosura,Nieves Rodr¨ªguez, joven autora, cifra la felicidad de sus personajes en la rememoraci¨®n de un tiempo dichoso segado por una guerra larga y cruenta, sin entrar en precisiones ni pormenorizar un relato.

Los protagonistas de esta obra evocan el para¨ªso dom¨¦stico perdido, invocan a sus seres queridos y rememoran situaciones de otrora. Sus identidades son gen¨¦ricas: ¡°Un abuelo, Una madre¡­¡±, y los lugares que mencionan, indeterminados: ¡°El primer pueblo, nuestro pa¨ªs, la monta?a¡­¡± El aliento po¨¦tico que Rodr¨ªguez intenta imprimirle a sus di¨¢logos ya desde el propio t¨ªtulo (que es el verso primero de Glosa a lo divino, de San Juan de la Cruz) se abrir¨ªa camino con mayor facilidad si identificara paisajes y acontecimientos de manera v¨ªvida: ¡°Habla de tu aldea y ser¨¢s universal¡±, sentenci¨® Tolstoi.

Para escribir con lirismo cierto, es necesario conocer la realidad de primera mano o documentarse minuciosamente. Por la ambici¨®n l¨ªrica con la que est¨¢ escrita, por el tema que trata y el tono utilizado, esta pieza forma un d¨ªptico conceptual redundante con La rebeli¨®n de los hijos que nunca tuvimos,estrenada hace un mes en el mismo ciclo ¡®Escritos en la escena¡¯, del Centro Dram¨¢tico Nacional.

?Por qu¨¦ remacha tal ciclo en el mismo clavo? ?No aprovechar¨ªa m¨¢s reflexionar sobre las guerras de ahora desde enfoques dispares y mejor informados? Como Ester Bellver, Javier Carrami?ana, Jes¨²s Berenguer y Esther Isla, dirigidos por Manu B¨¢?ez, se entregan a fondo en su interpretaci¨®n de un texto que se resuelve todo ¨¦l en palabras, consiguen mantener inc¨®lume la atenci¨®n del espectador. Tom¨¢s Charte los ilumina a todos con delicad¨ªsima luz veermeriana y Alessio Meloni los ancla a tierra con un inspirado espacio escenogr¨¢fico que representa el cr¨¢ter rodeado de aceras donde anta?o estuvo la casa familiar. A la canci¨®n que interpreta El abuelo una melod¨ªa de tradici¨®n oral le caer¨ªa mejor. El abundante texto proyectado deber¨ªa de verse sin esfuerzo desde cualquier punto de la grada de la sala Nieva del Teatro Valle-Incl¨¢n.