Millares: poes¨ªa humana bajo la luz de una vela
Canarias conmemora el centenario del escritor canario, miembro de una familia dedicada al arte
Magdalena Cantero, la viuda del escritor canario Agust¨ªn Millares Sall, dec¨ªa ayer de su marido, un gran poeta espa?ol de la posguerra: ¡°Escrib¨ªa de noche, a la luz de una vela. Sal¨ªa al pasillo y recitaba solo¡±. Su hijo ?scar, core¨®grafo, lo recuerda: ¡°Ha pasado tanto de su muerte [en 1989] y es como si lo siguiera escuchando de madrugada¡±. La suya era, dice otro hijo, el historiador Agust¨ªn Millares Cantero, que ha escrito un libro sobre su padre, ¡°una poes¨ªa rabiosamente humana¡±. Hoy se cumple un siglo del nacimiento del hombre que, seg¨²n Magdalena, ¡°respiraba poes¨ªa¡±.
Los canarios de todas las generaciones recientes hemos cantado en las calles sus versos de protesta o paradoja. Pero ese desvelo del poeta est¨¢ sobre todo en sus versos m¨¢s ¨ªntimos, hasta su muerte. Magdalena Cantero lo ve en su poema El amanecer me duerme: ¡°No estoy en paz cuando duermo/ Frecuentemente despierto/ Sufro el reloj que se duerme/ Y que se queda durmiente/ Durante todo el desvelo/ Sus agujas no se mueven/ Casi est¨¢n exactamente/ Donde las dej¨¦ hace tiempo/ Entre la vida y la muerte¡±. Ese poema est¨¢ entre los ¨²ltimos que escribi¨®. Aparece en su libro p¨®stumo Salvas de jugueter¨ªa. Otros libros suyos son Sue?o a la deriva, Poes¨ªa un¨¢nime, Segunda ense?anza o La palabra o la vida. Fue premio Canarias de Literatura 1985.
Naci¨® el poeta en Las Palmas de Gran Canaria en el seno de una familia excepcional: los Millares. Su padre fue el escritor Juan Millares Carl¨®, y sus hermanos fueron los pintores Manolo (el m¨¢s conocido fuera de Canarias), Jane y Eduardo, el m¨²sico Totoyo, el poeta Jos¨¦ Mar¨ªa Millares¡ La guerra civil interrumpi¨® su formaci¨®n; su trabajo alimenticio fue en el comercio mar¨ªtimo y aquellos desvelos, las madrugadas y su compromiso con la vida en su pa¨ªs y en su tierra lo convirtieron en un poeta extremadamente popular.
Millares fue militante comunista desde su juventud. Como dice su viuda, en ¨¦l ¡°lo primero era la militancia¡±, pero eso no lo convirti¨® en un poeta social en el sentido estricto. ¡°Creo que es t¨®pico encasillar a mi padre como tal¡±, dice su hijo Agust¨ªn. ¡°?l cubri¨® todos los registros de la creaci¨®n po¨¦tica; la suya fue poes¨ªa combativa cuando lo exigieron las circunstancias, pero al un¨ªsono escrib¨ªa otros poemas intimistas¡±.
Es, pues, ¡°una poes¨ªa humana¡± que se incorpor¨® en el tiempo a la de otros grandes de la generaci¨®n de la guerra y la inmediata posguerra, como Pedro Garc¨ªa Cabrera, Manuel Padorno o Pedro Lezcano. En el ¨¢mbito de la poes¨ªa de las islas, padres suyos fueron Tom¨¢s Morales o Alonso Quesada. Antecedentes de Millares Sall fueron poetas de la generaci¨®n del 27, como Miguel Hern¨¢ndez, o m¨¢s actuales, como Blas de Otero. Magdalena Cantero une a esas influencias la de Quevedo. ¡°Agust¨ªn escribi¨® muy buenos sonetos, que son tan dif¨ªciles para un poeta¡±.
Fue un poeta de la calle, para la calle y tambi¨¦n un poeta ¨ªntimo. ?scar recuerda lo que dec¨ªa antes de la guerra su abuelo sobre su hijo poeta: ¡°Mi hijo milita en las Juventudes Comunistas, que es donde en estos momentos est¨¢ la juventud inteligente¡±. ¡°El suyo era un compromiso social con las causas nobles¡±, dice ?scar. ¡°Pero no era poes¨ªa militante. Era poes¨ªa¡±.
El 2 de febrero de 1931 apareci¨® en La voz obrera de Las Palmas de Gran Canaria su primer poema, El barco muerto. ¡°La negra silueta de un barco/ destaca en la oscuridad,/ y a merced de las olas/ va sobre el enfurecido mar¡¡±. Poco despu¨¦s, el joven poeta se daba a conocer con el mismo poema en? un peri¨®dico que se editaba en Madrid por entonces llamado El Pa¨ªs.
Este viernes, escritores de las islas conmemorar¨¢n en su ciudad natal al que fue uno de los m¨¢s queridos poetas del siglo XX canario.
Babelia
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