En piloto autom¨¢tico
La pel¨ªcula es la reproducci¨®n exacta de la idea que los detractores de esta saga ten¨ªan de las dos primeras entregas
CARS 3
Direcci¨®n: Brian Fee.
Animaci¨®n.
G¨¦nero: aventuras. Estados Unidos, 2017.
Duraci¨®n: 102 minutos.
En el seno de una cultura empe?ada en dejar de tratar al espectador como tal para transformarlo en cliente (de una obra, pero tambi¨¦n de su red de productos derivados), resulta inevitable que se vayan abandonado viejas costumbres como la de entrar en una sala de cine con el ¨¢nimo abierto a toda posibilidad de descubrimiento. El proceso tambi¨¦n tiene sus contrapartidas problem¨¢ticas para quienes han establecido las reglas del juego: s¨ª, la figura del cliente suele ser m¨¢s rentable que la del mero espectador, pero el cliente es, tambi¨¦n, aquel que, en un momento dado, pide el libro de reclamaciones. Y, tambi¨¦n, aquel que siempre tiene raz¨®n, aunque no la tenga. Y buena parte de la clientela habitual de Pixar pidi¨® simb¨®licamente el libro de reclamaciones ante las sucesivas entregas de la saga Cars, porque el h¨¢bito consumidor les hab¨ªa hecho asociar la marca a ambici¨®n conceptual y leve claroscuro adulto y resultaba que las aventuras de Rayo McQueen eran una propuesta infantil sin coartadas (y sin alicientes para el adulto medio, a no ser que tuviera una sensibilidad receptiva a los logros animados y una s¨®lida nostalgia como jugador del Scalextric).
El cliente, como tantas otras veces, no ten¨ªa exactamente la raz¨®n: Pixar era una marca que no deber¨ªa haber sido asociada a su target, sino a la excelencia de su arte de s¨ªntesis y, en ese sentido, tanto Cars (2007) como Cars 2 (2011) no solo cumpl¨ªan con creces (en la expresividad de los ojos / parabrisas, en la flexibilidad de las superficies cromadas, en las afortunadas caracterizaciones de personajes), sino que se tomaban el esfuerzo de dialogar, de manera harto ingeniosa, con los sucesivos ¨Ce insospechados- referentes gen¨¦ricos del western sedentario y la aventura bondiana. Cars 3 no ofrece exactamente lo que esos clientes que reclamaron exigir¨ªan de una producci¨®n Pixar, sino que es, realmente, algo mucho m¨¢s perverso: la reproducci¨®n exacta de la idea que esos detractores ten¨ªan de las dos primeras entregas. Es decir, la pel¨ªcula rutinaria, mec¨¢nica y confiada al piloto autom¨¢tico que no fueron Cars y Cars 2.
Debut en la direcci¨®n del dise?ador de storyboards Brian Fee, Cars 3 satiriza levemente la cultura corporativa y motivacional, entona su lamento nost¨¢lgico ante la subordinaci¨®n a la tecnolog¨ªa y echa un capote de agenda a la visibilidad femenina con la misma convicci¨®n de quien conduce su utilitario a unas vacaciones en casa de los suegros.
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