Esplendorosa Agn¨¨s Jaoui
El tono y el reparto convierten la pel¨ªcula en una singularidad delicada, aguda y vitalista
50 primaveras
Direcci¨®n: Blandine Lenoir.
Int¨¦rpretes: Agn¨¨s Jaoui, Thibaut de Montalembert, Pascale Arbillot, Sarh Suco.
G¨¦nero: comedia. Francia, 2017.
Duraci¨®n: 89 minutos.
Las puertas autom¨¢ticas no reconocen la presencia de Aurore cuando se dispone a cruzarlas. Un gag visual recurrente que, al tiempo, funciona como met¨¢fora de la invisibilidad de la mujer madura en el tejido social y, en especial, ante una mirada masculina definida por la aguda discapacidad de solo procesar los cuerpos deseables. Segundo largometraje de Blandine Lenoir ¡ªque, en su carrera como actriz, atesora dos cimas del cine de la transgresi¨®n como Carne (1991) y Solo contra todos (1998), de Gaspar No¨¦, en la piel de la hija de un brutal carnicero racista e incestuoso¡ª, 50 primaveras parte de un material susceptible de caer en el clich¨¦, pero tono, reparto e ingenio a la hora de definir algunas situaciones c¨®micas logran no solo esquivar ese peligro, sino convertir el resultado final en una singularidad delicada, aguda y contagiosamente vitalista.
Interpretada por Agn¨¨s Jaoui, esa actriz, dramaturga y directora con pinta de haberse escapado, a?os atr¨¢s, de una pel¨ªcula de Jacques Rivette, Aurora es una mujer que alcanza la cincuentena separada de su pareja y asfixiada por un trabajo, que no tardar¨¢ en abandonar, regido por los protocolos idiotas de un nuevo jefe. El inesperado reencuentro con un amor de juventud activar¨¢ en ella el desaf¨ªo de la reconquista y la insumisi¨®n ante el cambio de agenda vital que parec¨ªa imponerle la menopausia. Pese a que el reparto respalda bien a la protagonista, no cabe duda de que la pel¨ªcula es, esencialmente, la Jaoui: su carisma, vulnerabilidad, energ¨ªa, calidez y matizada insolencia.
El hecho de que la actriz haya colaborado tambi¨¦n en el guion invita a proponer algunos v¨ªnculos entre su trabajo como dramaturga y cineasta en colaboraci¨®n con Jean-Pierre Bacri y algunas ingeniosas soluciones narrativas de 50 primaveras: sin ir m¨¢s lejos, el hecho de que Aurore reencuentre a su viejo amor de juventud mientras simula visitar un piso en venta parece remitir a las situaciones de partida de On conna?t la chanson (1997), la meta-comedia musical que la pareja escribi¨® para Alain Resnais. Un di¨¢logo ininteligible mientras madre e hija se lavan los dientes, la cita rom¨¢ntica interrumpida por los tenores de un restaurante tem¨¢tico y la escena de la funcionaria acalorada que no termina nunca sus frases colocan el ¨¦nfasis en el lenguaje, quiz¨¢ porque 50 primaveras no va de otra cosa que de un problema ling¨¹¨ªstico: la rebeli¨®n contra el idioma de la obsolescencia (socialmente) programada.
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