David Llorente: ¡°Me pareci¨® un bodrio ¡®Cristus versus Arizona¡¯, de Cela¡±

David Llorente (Madrid,1973) es uno de los nombres m¨¢s destacados de la novela negra espa?ola. Recientemente ha ganado el premio Dashiel Hammett por su obra Madrid: frontera (Alrev¨¦s).

?Qu¨¦ le hizo querer ser escritor?

Hace muchos a?os, cuando el estudio de las Humanidades no estaba perseguido, la profesora de Filosof¨ªa de mi instituto se dio cuenta de que yo inventaba un relato de ficci¨®n para cada trabajo que hab¨ªa que entregar. Me dijo que yo escrib¨ªa bien y me anim¨® a que siguiera haci¨¦ndolo. Incluso me regal¨® libros. ?Tengo mucha confianza en ti?, me dijo.

?Cu¨¢l ha sido el ¨²ltimo libro que le ha gustado?

Del boxeo, de Joyce Carol Oates. Esta autora es la voz narrativa m¨¢s potente de toda la literatura contempor¨¢nea.

?Un libro que no pudiera terminar?

Cristo versus Arizona, de Camilo Jos¨¦ Cela. En su momento, cuando estudiaba en la universidad, me pareci¨® un ejercicio deslumbrante de atrevimiento narrativo y de propuestas vanguardistas. La ¨²ltima vez que lo intent¨¦ leer, hace un par de meses, me pareci¨® un bodrio insoportable y todo aquello que me hab¨ªa gustado me hac¨ªa bostezar. Su est¨¦tica ha sido superada. La literatura, evidentemente, evoluciona.

?Qu¨¦ libro ajeno le habr¨ªa gustado escribir?

Ninguno. Yo creo que los libros ajenos (los buenos) est¨¢n para disfrutar y aprender de ellos, no para so?ar con haberlos escrito.

La novela negra le ha dado premios y fama. ?Qu¨¦ le gusta y qu¨¦ aborrece del g¨¦nero?

Creo que es el m¨¢s vers¨¢til de todos los g¨¦neros narrativos. Desde sus pilares de cr¨ªtica social, de descripci¨®n ambiental, de investigaci¨®n criminal, de hondura psicol¨®gica de v¨ªctimas, culpables y sabuesos, es capaz de saltar los muros que lo separan de otros g¨¦neros y mezclarse con ellos. Lo que menos me gusta es que tiene unas pautas narrativas aparentemente sencillas que hacen que cualquiera que pasaba por aqu¨ª escriba una y encima se la publiquen.

Tambi¨¦n es dramaturgo y dirige sus propias obras. ?Qu¨¦ tipo de teatro le gusta (o disgusta)?

A m¨ª me gusta hacer teatro serio con gente joven, con adolescentes o con actores que rondan los veintipocos. Se trata de ense?arles a actuar, a respetar profundamente el teatro y a enfrentarse a los grandes temas de la literatura universal, que son los temas que tarde o temprano la vida les lanzar¨¢ a la cara. Y l¨®gicamente, me revienta ese teatro (y esa gente) que presupone que si los actores son j¨®venes, los planteamientos esc¨¦nicos y tem¨¢ticos deben ser inexistentes.

?Qu¨¦ canci¨®n escoger¨ªa como autorretrato?

No hay ninguna canci¨®n que me retrate. Pero s¨ª es verdad que me identifico fuertemente con la m¨²sica de Rosendo, que fue la voz de un par de generaciones, de una ciudad y de un barrio.

Si no fuera escritor, ?qu¨¦ le gustar¨ªa ser?

Es que no solamente soy escritor. A lo mejor alguien, mientras lee este cuestionario, ha llegado a la descacharrante conclusi¨®n de que yo vivo de escribir. Yo soy profesor de lengua y literatura espa?olas, traductor del checo al espa?ol, director de teatro, he hecho montaje de v¨ªdeo, he sido baloncestista, he bailado durante muchos a?os¡­ Si no fuera escritor, ser¨ªa el resto de cosas que soy, pero mucho m¨¢s triste.

?Cu¨¢l es su pel¨ªcula favorita?

Tengo muchas. ?Existe alguien que ame el cine y que tenga una sola pel¨ªcula favorita? Imposible. Pero si hago un esfuerzo, elijo La noche del cazador.

?Qu¨¦ est¨¢ socialmente sobrevalorado?

No he visto nada m¨¢s sobrevalorado (y no creo que nunca vaya a ver nada que lo supere) que la diplomacia y los altos cargos administrativos, culturales y educativos destacados en el exterior.

?Qu¨¦ encargo no aceptar¨ªa jam¨¢s?

Si se refiere a un encargo editorial, no aceptar¨ªa ninguno que supusiera un paso atr¨¢s en mi viaje literario, el cual emprend¨ª sin prisas y sin saber ad¨®nde me llevar¨¢.

?A qu¨¦ escritor de novela negra le dar¨ªa un Nobel?

A Cormac McCarthy. Y fuera de la novela negra, a Carol Joyce Oates, Amos Oz, Ismail Kadar¨¦ y Peter Handke. Y antes que a ninguno de ellos, a Juan Goytisolo, pero la muerte se cans¨® de esperar a la Academia sueca.