¡®Dunkerque¡¯ gusta mucho, pero tambi¨¦n genera pol¨¦mica
La ¨²ltima pel¨ªcula de la Segunda Guerra Mundial arrasa en la taquilla y recibe buenas cr¨ªticas pero tambi¨¦n molesta en Francia por sus ¡®olvidos¡¯ hist¨®ricos
Lo tir¨® todo a la arena. El fusil, el equipo, a saber si hasta el casco. Llov¨ªan las bombas, arreciaba la batalla. Pero enfrente estaba su hogar, y era lo ¨²nico que importaba. A los compa?eros, que le miraban alucinados, les dijo que iba "a caminar hasta casa". Cuentan los testigos que el soldado se adentr¨® en el mar, decidido a cruzar los m¨¢s de 80 kil¨®metros del canal de la Mancha. Directo hasta Inglaterra. Como ¨¦l, varios militares intentaron la misma haza?a. Su mente, rota por la guerra, debi¨® de pensar que nadar hacia la muerte era cuando menos mejor que esperarla en la playa. Porque ese parec¨ªa el ¨²nico destino que aguardaba a los 400.000 miembros de la Fuerza Expedicionaria Brit¨¢nica atrapados en Dunkerque en mayo de 1940. Enviados a salvar a Francia del avance nazi, acabaron arrinconados por los alemanes en la costa norte del pa¨ªs. A sus espaldas, el enemigo, dispuesto a masacrarlos. Por delante, solo olas. En el horizonte, su patria. Tan cerca, tan lejos.
¡°Una de las historias que m¨¢s me impresion¨® fue la de un veterano que me cont¨® que la gente se met¨ªa andando en el agua¡±, escribi¨® Christopher Nolan en The Telegraph. Tanto que el cineasta quiso reflejarla en una secuencia de su pel¨ªcula Dunkerque. En ella, el director de Memento y El caballero oscuro reconstruye la desesperante espera del Ej¨¦rcito brit¨¢nico y el milagro de su rescate, uno de los episodios m¨¢s fascinantes y claves de la Segunda Guerra Mundial, ya que permiti¨® a Reino Unido recuperar las fuerzas para aguantar la tormenta nazi. M¨¢s de 330.000 soldados fueron sacados de aquella ratonera, gracias a la Marina de su pa¨ªs, a la movilizaci¨®n de cientos de embarcaciones civiles y a la orden, que el mism¨ªsimo Hitler firm¨®, de parar el ataque contra Dunkerque, un misterio que a¨²n intriga a los historiadores.
Pero much¨ªsimos m¨¢s han sido los espectadores que el filme de Nolan ha cosechado por el planeta, con m¨¢s de 284 millones de euros de ingresos, el cuarto filme sobre la Segunda Guerra Mundial m¨¢s taquillero de la historia. Y eso que falta su estreno en China. Su relato de la lucha por la vida, por tierra, mar y aire, ha enamorado a los cr¨ªticos de las revistas m¨¢s prestigiosas ¡ªes "una obra maestra", seg¨²n The Hollywood Reporter o The Atlantic¡ª, mostrado a Hollywood que otra superproducci¨®n es posible y desatado debates, tanto de cine como de historia.
?Es fiel a los hechos? ?Emocionante o demasiado patriotera? ?Puede encantar un filme sin trama? "Considerarla una obra maestra cuando lleva pocas semanas en las salas me parece osado. Genera mucho realismo, pero su guion carece de ritmo", opina Mag¨ª Crusells, profesor de Historia Contempor¨¢nea y Cine de la Universidad de Barcelona. Nolan, en realidad, quiso prescindir del guion.
La idea naci¨® en 1992, cuando el director cruz¨® el canal de la Mancha, en barco, junto con su pareja, Emma Thomas, rumbo a Dunkerque. El tiempo p¨¦simo y el mar enfurecido complicaron la traves¨ªa. ¡°Llegamos en medio de la noche, tras 19 horas de navegaci¨®n. Y eso sin gente bombarde¨¢ndonos¡±, ha contado Nolan. De ah¨ª que su respeto por el relato de Dunkerque, que en Reino Unido todos conocen, se disparara. Su abuelo, adem¨¢s, pele¨® y muri¨® en la Segunda Guerra Mundial. As¨ª que el director le plante¨® a Thomas una experiencia que trasladara al espectador hasta aquella pesadilla: ¡°Quiero solo mostrarlo, sin guion¡±.
?D¨®nde est¨¢n los indios?
Al menos cuatro compa?¨ªas del Ej¨¦rcito indio estaban en la playa de Dunkerque aquel mayo de 1940, luchando por el bando brit¨¢nico. Una fue capturada por los alemanes; las otras tres, evacuadas. Ninguna, se?ala un art¨ªculo de The Washington Post, aparece en el filme. De ah¨ª que algunos autores y medios indios hayan disparado contra Dunkerque.
"Su servicio marc¨® la diferencia entre derrota y victoria; mientras los aliados se lam¨ªan las heridas de Dunkerque, la Armada India se encarg¨® de luchar en ?frica del Norte y Oriente Medio", explica en la revista Slate el historiador John Brioch. Y Yasmin Khan, autora del libro The Raj at War, denunci¨® que "el foco sobre la resistencia en solitario de los brit¨¢nicos corre el riesgo de subestimar c¨®mo la guerra llev¨® el dolor a muchos pa¨ªses por el mundo". Para la escritora, es otra prueba de la decenal "amnesia brit¨¢nica".
Finalmente, su ahora esposa le convenci¨® de que incluyera una trama. Y Nolan acab¨® escribiendo un texto de 76 p¨¢ginas, el m¨¢s corto de su carrera. El filme, en el fondo, siempre estuvo listo. ?l, sin embargo, no. Para plantearle a Hollywood una pel¨ªcula b¨¦lica sin un solo estadounidense y que relate una gigantesca derrota hac¨ªan falta galones. Hoy, el creador de Interstellar los tiene. De hecho, de su negociaci¨®n con Warner Bros sac¨® un triunfo de gran estratega: 150 millones de presupuesto, m¨¢s de 1.000 extras, el compromiso de usar el ordenador solo cuando fuera necesario ¡ªel filme emplea aviones y barcos reales, algunos incluso de la contienda original, y lleg¨® a desplegar 60 nav¨ªos a la vez durante el rodaje¡ª y un sueldo antol¨®gico (20 millones y un 20% de los ingresos de taquilla). A cambio, el cineasta film¨® qu¨¦ significa sobrevivir en una guerra. ¡°No quise empantanarme en los asuntos pol¨ªticos. El problema no es tampoco qui¨¦nes son, ser¨¢n, o de d¨®nde vienen los personajes. La ¨²nica cuesti¨®n que me interesaba era: ?Saldr¨¢n de all¨ª?", ha asegurado.
Una elecci¨®n tan extrema trae consecuencias. En el filme casi no se escuchan di¨¢logos. B¨¢sicamente, porque apenas los hay. Pero, tambi¨¦n, porque el ruido de la batalla los cubre tanto que varias salas avisan con un cartel de que si el espectador no capta alguna frase no es por fallos t¨¦cnicos del cine. Sin embargo, el principal foco de las pol¨¦micas ha sido que la c¨¢mara de Nolan dejara fuera demasiados detalles, seg¨²n sus cr¨ªticos. As¨ª, Le Monde y Le Figaro le acusan de menospreciar el rol de las tropas francesas en proteger la retirada de los brit¨¢nicos. Los franceses, adem¨¢s, fueron los ¨²ltimos en ser evacuados, y Reino Unido estuvo muy cerca de abandonarlos a su destino. El filme no incluye ni un solo soldado alem¨¢n y "se podr¨ªa haber profundizado m¨¢s en por qu¨¦ detuvo su ataque Hitler", afirma Jos¨¦ Miguel Sales Lluch, autor del libro La Segunda Guerra Mundial en el cine. Tampoco se ven africanos o indios entre las tropas aliadas, pese a que su presencia fue clave en la resistencia. Apenas dos mujeres hablan en toda la pel¨ªcula. En general, se acusa a Nolan de perpetuar el fil¨®n occidental que blanquea la historia y la escribe desde su ombligo. El cineasta ha sido atacado incluso por reivindicar el patriotismo en ¨¦poca del Brexit, adem¨¢s de quien, como David Cox, de The Guardian, considera que el filme ¡°no es m¨¢s que un mont¨®n de soldados esperando¡±.
Las cinco pel¨ªculas m¨¢s taquilleras sobre la Segunda Guerra Mundial
Datos globales de la web Box Office Mojo.
Salvad al soldado Ryan: 409 millones.
Pearl Harbour: 382.
Capit¨¢n Am¨¦rica: el primer vengador: 315.
Dunkerque: 284.
Malditos bastardos: 273.
¡°Los historiadores no podemos buscar todo lo que falta. Aunque s¨ª es cierto que el filme magnifica una an¨¦cdota menor: de cinco d¨ªas de rescates, los barcos civiles solo participaron en dos¡±, tercia Crusells. "Una pel¨ªcula, o incluso una enciclopedia, no puede contarlo todo. Lo importante ser¨ªa que un filme de este tipo refleje una verdad global sobre lo que pas¨®", considera el historiador de cine Santos Zunzunegui. Sales Lluch considera que el inter¨¦s que sigue suscitando la Segunda Guerra Mundial obedece a que la gente sigue buscando respuestas al brutal conflicto. Otros a?aden que es una guerra m¨¢s fot¨®g¨¦nica para el cine que la Primera Guerra Mundial y que el enemigo es mucho m¨¢s identificable.
Y otro experto,? el historiador brit¨¢nico John Brioch, defendi¨® en un repaso en Slate las verdades de Nolan. Apunt¨® que es cierto que los aviones brit¨¢nicos ten¨ªan que cuidar la gasolina, que solo les permit¨ªa una hora de autonom¨ªa en vuelo, y que los folletos que la propaganda alemana lanza sobre la ciudad al principio del filme tambi¨¦n son veros¨ªmiles. Algunos hasta han buscado parecidos entre el civil que zarpa a ayudar con su barco, interpretado por Mark Rylance, y el comandante C.H. Lightoller, cuya historia real recuerda a la del personaje.
Ken Sturdy tambi¨¦n naveg¨® hacia Dunkerque. Hoy tiene 97 a?os y en 1940 acudi¨® como miembro de la Marina a rescatar a sus compatriotas. Hace unas semanas se sent¨® con su chaqueta militar y sus medallas en una butaca en Calgary (Canad¨¢) y volvi¨® a sus recuerdos: ¡°Estaba ah¨ª de nuevo. Vi a mis antiguos amigos, y muchos murieron en la guerra¡±. Cont¨® a Global News que llor¨®, ¡°porque los seres humanos hacen cosas incre¨ªbles y otras tan est¨²pidas¡±; porque ¡°nunca termina¡±. Y apunt¨®: ¡°No vayan al cine solo por entretenimiento. Piensen¡±.
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