Muere Tobe Hooper, director de ¡®La matanza de Texas¡¯

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Con la muerte ayer de Tobe Hooper a los 74 a?os (ha fallecido en Sherman Oaks, en California, seg¨²n ha informado el forense del condado de Los ?ngeles a Variety, sin aclarar las causas del ¨®bito), este verano de 2017 ha dejado al moderno cine de terror sin dos de sus grandes referentes: el director de La matanza de Texas y Poltergeist y el maestro George A. Romero. Formaron parte de la generaci¨®n que en los a?os setenta dinamit¨® el cine de terror, cambi¨® por completo sus reglas y encontr¨® a un p¨²blico ansioso de esas nuevas experiencias. Muchos empezaron con pel¨ªculas de muy bajo presupuesto, m¨¢s interesadas en la mejor manera de provocar miedo sin tener en cuenta los efectos especiales: de ah¨ª su estallido en una d¨¦cada en la que se hab¨ªan levantado las restricciones de censura pero en la que los estudios de Hollywood a¨²n no hab¨ªan decidido invertir en este g¨¦nero ni en la ciencia ficci¨®n, al menos no como su fuente principal de ingresos. Y aqu¨ª entra La matanza de Texas, que en 1973 Hooper rod¨® con menos de 300.000 euros, y en la que cuenta c¨®mo un grupo de chavales de Austin cruza sus pasos con una familia can¨ªbal. Al igual que pas¨® con La noche de los muertos vivientes, de Romero, con muy poco presupuesto el r¨¦dito en taquilla de La matanza de Texas fue colosal, e impuls¨® un cine indie de terror sin complejos, a pesar de que La matanza... fue prohibida en varios pa¨ªses por su violencia. Aunque rompieron con lo anterior, muchos hicieron gui?os al cine de Alfred Hitchcock. Hooper es un ejemplo. Su Leatherface, el m¨¢s salvaje de los can¨ªbales, se inspir¨® en la misma persona en la que se basa Norman Bates, de Psicosis: Ed Gein, asesino y ladr¨®n de tumbas de los a?os cincuenta.

Craven recordaba a?os despu¨¦s haber visto La matanza de Texas en un cine en la neoyorquina Times Square: "Parec¨ªa que alguien hubiera robado una c¨¢mara y se hubiera puesto a matar gente. Ten¨ªa una energ¨ªa salvaje, que yo no hab¨ªa visto nunca, sin ninguno de esos b¨¢lsamos que lo suavizan todo. Pas¨¦ un miedo atroz". En realidad, el rodaje no fue nada sencillo: con altas temperaturas porque se inici¨® un 15 de julio de 1973, en mitad del verano tejano, y con actores ne¨®fitos. Hooper ten¨ªa claro que lo ¨²nico que pod¨ªa sacar adelante esa pel¨ªcula era su pasi¨®n, y tambi¨¦n un trasfondo posiblemente cercano al cine de denuncia: ya no interesan tanto las v¨ªctimas reales, esos veintea?eros de los que solo sobrevivir¨¢ una rubia (encarnada por la actriz Marilyn Burns, impulsora inicial de la pel¨ªcula, ya que el proyecto naci¨® del amor por ella del productor Bill Parsley), como la familia de can¨ªbales, v¨ªctimas sociales ellos mismos de un mundo que les ha dejado atr¨¢s. Trabajaban en el matadero hasta que la tecnolog¨ªa -las pistolas de aire comprimido-sustituy¨® al mazo como m¨¦todo de sacrificio animal. Gente del campo, expulsada de su tiempo y de su lugar. Eso s¨ª, dejando tras de s¨ª un rastro de sangre, piel y v¨ªsceras inigualable. E im¨¢genes para el recuerdo, como Leatherface usando la motosierra para aniquilar personas (el t¨ªtulo original del filme es La masacre de la sierra mec¨¢nica de Texas).

El mismo Hooper ya hab¨ªa intentado hacer algo diferente anteriormente en el cine de autor con Eggshells (1969), ¡°una fantas¨ªa del tiempo y del espacio¡±, su primer largometraje. Un desastre de drogas y sexo. Esta vez puede que la clave estuviera en eliminar todo elemento fant¨¢stico de la trama. Su coguionista, Kim Henkel, contaba en Sesi¨®n sangrienta, el libro de Jason Zinoman que analiza todo aquel movimiento: "Yo no hab¨ªa visto ninguna pel¨ªcula de terror y no me interesaban especialmente¡±. Solo dejaron una cierta referencia a Hansel y Gretel: ¡°Esas cenas en familia pueden ser terribles. Cuando era peque?o vi cosas muy raras¡±, aseguraba Hooper en el mismo volumen. Rodaron el filme en jornadas de hasta 26 horas seguidas a 37 grados cent¨ªgrados, sin dinero. Y jugando con sus elementos para crear tensi¨®n: Gunnar Hansen, el gigante noruego que interpreta a Leatherface, no se lav¨® la ropa durante toda la filmaci¨®n.

Curiosamente, los creadores de la pel¨ªcula no vieron ni un d¨®lar hasta muchos a?os despu¨¦s a pesar del ¨¦xito. La distribuidora Bryanston Distributing ¡ªla misma de Garganta profunda, liderada por el g¨¢nster Louis Butchie Peraino¡ª se neg¨® a pagarles. Y salvo Hooper y Daniel Pearl, su jovenc¨ªsimo -entonces ten¨ªa 22 a?os- director de fotograf¨ªa (es el autor del incre¨ªble baile final con Leatherface y la motosierra iluminados por el sol del amanecer), el resto de los t¨¦cnicos y actores no lograron una carrera prolongada... hasta que el culto al filme encumbraron d¨¦cadas despu¨¦s a Burns y Hansen.

Ocho a?os despu¨¦s de su primera gran campanada, lleg¨® el segundo de sus grandes ¨¦xitos, Poltergeist, escrita y producida por Steven Spielberg. Nunca ha quedado claro qui¨¦n fue de verdad el responsable final de ese filme, ya que hay fotos y testimonios de t¨¦cnicos que aseguran que en realidad fue Spielberg el aut¨¦ntico director.

Hooper naci¨® en Austin en 1943. Sus padres se divorciaron cuando ¨¦l ten¨ªa ocho a?os, y pas¨® su infancia solo, leyendo tebeos, mientras su madre viajaba actuando. Desde adolescente quiso hacer cine, y con sus amigos recreaba pel¨ªculas de la Hammer. Estudi¨® en la Universidad de Texas, que abandon¨® a mitad de la carrera, para dedicarse a rodar publirreportajes y anuncios para empresas de su estado. Y as¨ª le lleg¨® una experiencia que supuso la epifan¨ªa para su manera de hacer cine: para un documental sigui¨® a un m¨¦dico en sus labores en la sala de urgencias de un hospital. Un d¨ªa film¨® c¨®mo intentaba curar a un herido de bala en la cabeza. En una sola toma. Hasta que la v¨ªctima fallece. Hooper recogi¨® el equipo, se fue a cenar y solo al d¨ªa siguiente, tras ver las im¨¢genes, vomit¨®: "En ese mirar a trav¨¦s del cristal [de la c¨¢mara] hab¨ªa algo que me separaba en un sentido cl¨ªnico". La violencia depende del punto de vista, no de la violencia en s¨ª.

Adem¨¢s de sus dos enormes ¨¦xitos, Hooper trabaj¨® en otras pel¨ªculas, como Trampa mortal (1976) y La casa de los horrores (1981), que a ¨¦l no le hizo feliz, al contrario que la estimulante serie de televisi¨®n El misterio de Salem¡¯s Lot, su adaptaci¨®n en 1979 de la novela de Stephen King. Qued¨® atrapado, como otros directores, en un contrato leonino con la productora Cannon Films, para los que hizo Lifeforce: fuerza vital (1985), Invasores de Marte (1986) y Masacre en Texas 2 (1986). En esta continuaci¨®n aument¨® el humor que cre¨ªa que su p¨²blico no hab¨ªa apreciado en la original, y eso se volvi¨® en su contra. Lo que deber¨ªa haber sido su mejor d¨¦cada supuso la de su declinar, aunque sigui¨® trabajando en cine y televisi¨®n hasta 2013 con su ¨²ltimo filme, Dijnn.

Como escritor, su trabajo m¨¢s sobresaliente es la novela Midnight Movie (2011). "Un libro es una pel¨ªcula en la mente", dijo tras su publicaci¨®n. "Escribir una novela es m¨¢s libre que rodar una pel¨ªcula, y con menos ejecutivos implicados".