Muere Holger Czukay, el esp¨ªritu burl¨®n del grupo Can
El m¨²sico alem¨¢n fue un creador irreverente, que se anticip¨® al uso del 'sampler' y a los experimentos con grabaciones ex¨®ticas
Holger Czukay, multiinnstrumentista y miembro fundador del grupo Can, apareci¨® muerto en sus aposentos del Inner Space Studio, en Weilerswist, a media hora de Colonia. Czukay, de 79 a?os, viv¨ªa solo tras fallecimiento de su esposa; su cad¨¢ver fue encontrado ayer martes.
Nacido en 1938 en Danzig, Czukay vivi¨® la tragedia de la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias (su ciudad natal, rebautizada Gdansk, pas¨® a integrarse en Polonia). Para llevar dinero a casa, trabaj¨® en una tienda que reparaba radios; de all¨ª vino su fascinaci¨®n por las emisiones en onda corta.
A mediados de los sesenta, acudi¨® a los cursos de Karlheinz Stockhausen; pretend¨ªa transformarse en profesor de m¨²sica. Por all¨ª tambi¨¦n hab¨ªa pasado Irmin Schmidt, que quer¨ªa hacer carrera como director de orquesta. Junto con Jackie Liebezeit y Michael Karoli, instrumentistas procedentes del jazz, Smichdt y Czukay formaron un grupo de rock, inicialmente llamado Inner Space y definitivamente bautizado Can. ?Motivos? En 1968, el rock era un territorio en vertiginosa expansi¨®n y atra¨ªa a esp¨ªritus inquietos.
Sin saberlo, formaban parte de un movimiento ¨Cel krautrock, en la simplificaci¨®n de los cr¨ªticos ingleses- que pretend¨ªa desarrollar una m¨²sica libre de formalismos estadounidenses, superando sus traumas de hijos del nazismo. Can busc¨® cantantes at¨ªpicos, primero el escultor neoyorquino Malcolm Mooney y luego un m¨²sico callejero japon¨¦s, Damo Suzuki.
Combinaban primitivismo y experimentaci¨®n. El tener a su disposici¨®n el Inner Space Studio les permiti¨® elaborar desde bandas sonoras para cineastas underground a juegos como las ¡°falsificaciones etnomusicol¨®gicas¡±. Tambi¨¦n reflejaban sus vivencias, tanto los viajes con drogas como los viajes f¨ªsicos (el doble LP Tago Mago ten¨ªa ecos de su estancia en Ibiza). Con el tiempo, Can fue refinando sus ritmos obsesivos y hasta despach¨® temas que llegaron a la zona baja de las listas de ¨¦xitos, como?Moonshake o I want more.
Aunque Czukay figuraba como bajista, en Can funcionaba como el productor Teo Macero en las sesiones de Miles Davis: analizaba las horas de improvisaciones hasta descubrir la forma de estructurar fragmentos como temas acabados. Sin romper el contacto con sus antiguos socios, en 1978 dej¨® la banda para grabar en solitario.
Los discos de Holger Czukay son un tesoro poco conocido. En Movies (1979) inclu¨ªa Persian love, donde trenzaba un fondo electr¨®nico alrededor de voces extra¨ªdas de Golha, un programa de m¨²sica y poes¨ªa de la Radio Nacional Iran¨ª. El bell¨ªsimo resultado se anticipaba a las manipulaciones del sampler (Czukay trabajaba con una cuchilla y cinta adhesiva) y suger¨ªa el potencial para la transformaci¨®n de grabaciones encontradas, m¨¢s tarde explorado por Bowie o el d¨²o Brian Eno-David Byrne.
Czukay era capaz de tocar pr¨¢cticamente todos los instrumentos en discos como On the way to the peak of normal (1981) pero tambi¨¦n disfrutaba colaborando con for¨¢neos curiosos tipo Jah Wobble o David Sylvain. Su limitado conocimiento del ingl¨¦s le serv¨ªa bien en melod¨ªas aparentemente infantiles como?Cool in the pool o The photo song.
Son ocurrencias divertidas pero uno prefiere las audacias mayores, hechas con el dinero de Virgin Records. El tema principal de Der Osten is rot (1984) es la recreaci¨®n del apabullante himno de la Rep¨²blica Popular China, interpretado por una banda militar polaca y customizado con su guitarra acelerada y golpes de percusi¨®n. Rome remains Rome (1987) conten¨ªa?Blessed Easter, donde arropaba en blues un canto lit¨²rgico de Juan Pablo II.
Evidentemente, no era eso lo que esperaban las discogr¨¢ficas. Los discos de Czukay se fueron espaciando pero nunca dej¨® de investigar las posibilidades de la grabaci¨®n. Se benefici¨®, claro, de la beatificaci¨®n de Can, aunque estuvo ausente en varias de las resurrecciones del grupo en directo.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.