El fin de una doble historia de amor con Afganist¨¢n
La antrop¨®loga estadounidense Nancy Hatch Dupree dedic¨® cinco d¨¦cadas de trabajo a estudiar la historia y cultura del pa¨ªs
La Universidad de Kabul anunci¨® el pasado domingo la muerte a los 89 a?os de la antrop¨®loga estadounidense Nancy Hatch Dupree, conocida en los c¨ªrculos acad¨¦micos como la abuela de Afganist¨¢n por su dedicaci¨®n al pa¨ªs asi¨¢tico. Han sido cinco d¨¦cadas de entrega a la historia y la cultura afganas, y ese v¨ªnculo empez¨® con una doble historia de amor por el pa¨ªs y por el hombre con quien lo comparti¨®.
Dupree, una americana inusual que naci¨® y pas¨® su infancia en Kerala (India) donde sus padres trabajaban en programas de desarrollo rural e hizo su bachillerato en M¨¦xico, lleg¨® a Kabul en 1962 con su primer marido, un diplom¨¢tico. Poco despu¨¦s conoci¨® a Louis Dupree, un destacado arque¨®logo especializado en Afganist¨¢n, con quien terminar¨ªa cas¨¢ndose. Juntos recorrieron el pa¨ªs de cabo a rabo durante tres lustros en busca de huellas del pasado. Mientras ¨¦l excavaba en sitios prehist¨®ricos, ella se dedic¨® a escribir libros sobre el patrimonio afgano, entre los que destacan los cl¨¢sicos A Historical Guide to Afghanistan, A Historical Guide to Kabul y A Guide to the National Museum.
Hasta que en 1978, el Gobierno prosovi¨¦tico acus¨® a Louis de espiar para la CIA y ambos se vieron obligados a abandonar el pa¨ªs, pero en lugar de regresar a EEUU, se instalaron en Peshawar, en el vecino Pakist¨¢n. All¨ª se convirtieron en una referencia obligada para los periodistas y estudiosos que quer¨ªan entender Afganist¨¢n. Temerosos de que los saqueos borraran las huellas del pasado reciente, fundaron ACBAR, siglas en ingl¨¦s de la Agencia de Coordinaci¨®n del Cuerpo para la Asistencia Afgana, y empezaron a recoger libros y documentos sobre la historia, la cultura, la invasi¨®n sovi¨¦tica, los muyahid¨ªn y los talibanes. Con el tiempo, ACBAR se convirti¨® en una organizaci¨®n paraguas para medio centenar de ONG locales que trabajaban para ayudar a los afganos.
A la muerte de Louis en 1989, Nancy permaneci¨® en Peshawar, aunque divid¨ªa su tiempo entre esta ciudad y su casa de Carolina del Norte. Finalmente, en 2005, cuatro a?os despu¨¦s de que las tropas estadounidenses derribaran al r¨¦gimen talib¨¢n, la antrop¨®loga regres¨® a Kabul con el objetivo de encontrar un lugar para la ya entonces nutrida colecci¨®n de ACBAR que superaba los 25.000 textos. Con ayuda del Gobierno estableci¨® el Centro sobre Afganist¨¢n en la Universidad de Kabul, que dirigi¨® entre 2006 y 2011 y que desde 2012 cuenta con un edificio propio.
Nada m¨¢s conocerse la noticia de su muerte, muchos afganos, desde pol¨ªticos a activistas, pasando por acad¨¦micos y artistas, se volcaron en Twitter para rendir homenaje a esta mujer extraordinaria que consagr¨® su vida a preservar y difundir el patrimonio afgano.
¡°Fue una persona muy divertida e interesante, a quien encantaba hablar con cualquiera que viniera a visitarnos¡±, declaro Wahid Wafa, el director ejecutivo del Centro sobre Afganist¨¢n. ¡°A pesar de los 40 a?os de guerra siempre mantuvo la esperanza en el futuro y en las nuevas generaciones afganas¡±, asegur¨®.
Babelia
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