¡°En lo cotidiano puede estar lo extraordinario¡±
El fot¨®grafo Carlos P¨¦rez Siquier, premio Nacional, inaugura el centro con su nombre y al que ha legado su obra
Nervioso, en alg¨²n momento conmovido, con ganas de huir de tanto halago de las autoridades, aunque no le dedican a uno un museo todos los d¨ªas. El fot¨®grafo Carlos P¨¦rez Siquier (Almer¨ªa, 1930), premio Nacional en 2003 y uno de los renovadores de la fotograf¨ªa espa?ola en los a?os cincuenta, inaugur¨® el pasado viernes, en la localidad almeriense de Olula del R¨ªo (7.000 habitantes), el centro que lleva su nombre y acoge su obra, formada por m¨¢s de 20.000 negativos, diapositivas, documentos, carteles, libros, c¨¢maras¡ Todo se digitalizar¨¢ para ponerlo a disposici¨®n de expertos y aficionados. Es el primer gran museo monogr¨¢fico dedicado a un fot¨®grafo espa?ol vivo. ¡°Ni en sue?os pens¨¦ algo as¨ª, no s¨¦ qu¨¦ hago yo en un sitio como este. Aunque ahora mi obra me sobrevivir¨¢. Ojal¨¢ esto sirva para incentivar la creaci¨®n de un museo de la fotograf¨ªa en Espa?a, un proyecto que prometi¨® el ministro Javier Solana hace m¨¢s de 30 a?os¡±, dijo el protagonista despu¨¦s de descubrir la placa conmemorativa del Centro P¨¦rez Siquier.
Con una superficie de 500 metros cuadrados, el centro de Olula del R¨ªo, que dirige Juan Manuel Mart¨ªn Robles, consta de cuatro salas, m¨¢s un patio de otros 200 metros cuadrados con lo m¨¢s destacado del medio siglo largo de trayectoria de P¨¦rez Siquier, un autor para quien ¡°la fotograf¨ªa ha sido un impulso de vivir¡±. Este museo es fruto de la iniciativa privada. La Fundaci¨®n de Arte Ib¨¢?ez Cosentino ha pagado los 300.000 euros que ha costado y, seg¨²n sus impulsores, por el momento acoge poco m¨¢s del 10% del legado del fot¨®grafo.
Casi todas las fotos que se exponen fueron tomadas en la provincia de Almer¨ªa. Un mensaje a los que empiezan: ¡°Para m¨ª no ha sido necesario ir a pa¨ªses ex¨®ticos, ni fotografiar a gente de otras pieles. Me he mantenido fiel a mi tierra, en ella he conseguido im¨¢genes con trascendencia. En lo cotidiano puede estar lo extraordinario¡±, destaca P¨¦rez Siquier.
Una realidad dura se exhibe en la sala principal, que acoge una treintena de las fotos que P¨¦rez Siquier tom¨®, en blanco y negro, de la barriada de La Chanca, en Almer¨ªa, entre 1956 y 1962. Es su trabajo m¨¢s conocido y el que le dio nombre en la fotograf¨ªa espa?ola. Ni?os de ojos grandes, mujeres que acarreaban agua en c¨¢ntaros y ¡°la miseria de un espacio¡± del que quiso resaltar ¡°la dignidad y sinceridad de sus gentes¡±. La sala contigua muestra su regreso a La Chanca, pero en color (1962-1965) con el objetivo puesto en las paredes encaladas, y su contraste con los tonos c¨¢lidos de objetos y ropas. Un pionero del color en la fotograf¨ªa europea, como lo valor¨® Martin Parr.
P¨¦rez Siquier cambi¨® de registro con La playa (1972-1980), producci¨®n de la que se exponen unas 25 im¨¢genes y que le situ¨® en la fotograf¨ªa internacional. Fue un recorrido por playas mediterr¨¢neas para capturar ¡°fragmentos de los cuerpos de los turistas", las suecas, que sudaban al sol, maquilladas, ¡°y no se extra?aban de ver a un tipo haci¨¦ndoles fotos de cerca¡±. Cuellos, bustos, espaldas¡ en tono ir¨®nico y colores pop.
Rodeado de su familia: esposa, dos hijas y cinco nietos, P¨¦rez Siquier, rememor¨® sus inicios, cuando su padre, un aficionado a la fotograf¨ªa, instal¨® un cuarto para revelar en la buhardilla de su casa. ¡°?l me prestaba la c¨¢mara, y pronto me di cuenta de que la fotograf¨ªa era algo m¨¢s que hacer amistades con chicas interesantes¡±, a?ade serio, como siempre que se pone socarr¨®n. En 1956, con su amigo Jos¨¦ Mar¨ªa Artero, fallecido en 1991, lanzaron la revista Afal (Agrupaci¨®n Fotogr¨¢fica Almeriense), que sirvi¨® para arrumbar el pictorialismo y la fotograf¨ªa de sal¨®n y dar paso a nuevas corrientes.
Afal fue un sue?o que dur¨® siete a?os. ¡°Pusimos en contacto a los autores inconformistas que, desde distintas regiones¡±, hab¨ªan decidido documentar la realidad con una mirada neorrealista: Miserachs, Cuallad¨®, Masats, Terr¨¦¡ Ah¨ª comenz¨® P¨¦rez Siquier una obra que, en sus palabras, se caracteriza por la ¡°autenticidad, la intuici¨®n, y sin trucos¡ a c¨¢mara limpia¡±.
El patio al aire libre del Centro P¨¦rez Siquier alberga su obra m¨¢s reciente, la de la abstracci¨®n a trav¨¦s de motivos como un desconch¨®n en una pared o manchas de pintura. Un camino que contin¨²a en el libro que, anuncia, est¨¢ preparando, La brise?a, nombre tomado de su cortijo, en el que busca ¡°luces, sombras y objetos¡±. Devoto diario de su gin tonic de las ocho de la tarde, P¨¦rez Siquier ya ha avisado de que morir¨¢ ¡°con las fotos puestas¡±, y tira de humor negro para expresar sus sensaciones de un d¨ªa as¨ª: ¡°Que se abra este museo me alegra por inaugurarlo en vida. Lo prefiero a un mausoleo, pues creo que nunca podr¨¦ tener dos vidas como Dal¨ª¡±.
M¨¢s de medio siglo con la c¨¢mara
Carlos P¨¦rez Siquier naci¨® el 14 de diciembre de 1930 en Almer¨ªa.
Se aficion¨® a la fotograf¨ªa viendo revistas y aprendi¨® en el cuarto oscuro que su padre mont¨® en casa.
Entre 1948 y1950 estudi¨® fotograf¨ªa en la Escuela de Artes y Oficios de Trabaj¨® en un banco durante 30 a?os mientras desarrollaba su obra fotogr¨¢fica.
En 2003, el Ministerio de Cultura le concede el Premio Nacional de Fotograf¨ªa, y en 2013, PHotoEspa?a le otorga el Bartolom¨¦ Ros a su carrera.
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